Javier Cortés y Roca Rey triunfan en la última jornada de la feria de El Espinar

El festejo con el que se cerró la feria taurina de El Espinar comenzó con más de 15 minutos de retraso debido a las medidas exigidas por la covid-19 según lo anunciado por megafonía. Se lidiaron toros de José Vázquez, con cuajo, a excepción del anovillado segundo, mansos, descastados y sin transmisión, excepto el quinto y el sexto, éste último aplaudido en el arrastre.

Abrió plaza Emilio de Justo ante un animal flojo y descastado, el cual tras un mal tercio de varas acrecentó su invalidez. Intentó justificarse el extremeño cuidando mucho al toro, con muletazos por alto para tratar que el toro no se cayera. Mató tras pinchazo y media en lo alto. Con el cuarto de la tarde, otro toro descastado, justo de fuerzas, que embestía cabeceando le costó fijar en la muleta varias series. Una serie sin ajuste y se acabó lo poco que tenía el toro. Trató de conectar con el público con unas manoletinas que remató con un buen pase de pecho. Pinchazo y gran estocada en el hoyo de las agujas. Oreja con la que se premió la mala suerte con su lote y su voluntad de agradar.

Javier Cortés trató de estirarse a la verónica con el anovillado segundo sin mucho lucimiento. Buen tercio de banderillas. Inicio de faena muy torero montera en mano. Entendió muy bien a su oponente, bajando la mano, dándole los tiempos necesarios y pulseando la muleta cuando el toro fue yendo a menos. Buenos muletazos sobretodo al en el toreo al natural. Estocada y primera oreja de la tarde. Con el quinto, el toro con más fuerza del festejo, dejó una faena de mucho temple. Desde el inicio recibiendo con unas verónicas de calidad. Buen tercio de banderillas y mejor lidia de su cuadrilla. Con la muleta inició faena con manoletinas cambiando el viaje al toro antes del embroque. Los mejores pasajes de la tarde corrieron a cargo del madrileño, quién dejó series llenas de temple y toreo de muchos quilates, sobretodo con la mano izquierda. Se encontraba muy cómodo Cortés y se vio en su toreo. Cuando el toro se vino a menos inició el toreo de cercanías llegando a poner rodilla en tierra con lo que terminó de ganarse al público. Tras una estocada atravesada y dos pinchazos dobló el astado cortando una nueva oreja que posiblemente hubieran sido dos de no fallar con los aceros.

Roca Rey estuvo voluntarioso con su primero, con ganas de agradar ante un astado descastado, que a pesar de la voluntad del diestro demostró su mansedumbre, no dando opción de lucimiento al peruano que a base de tesón arrancó los aplausos del respetable. Ovación desde el tercio. Con el sexto, el toro de mejores hechuras y condición, se lució a la verónica el peruano. Con la capa faena de mano baja y muletazos de trazo largo, combinados con la buena colocación habitual que le permiten ligar las series, varios estuarios y dos pases cambiados por la espalda que llegaron mucho al público. Las ganas de triunfar hicieron que se pasara de faena. Buena estocada pero la tardanza del toro en caer enfriaron al público. Pese a ello dos orejas y puerta grande.

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