Quique González: «Gran parte de la gente no considera la música un oficio serio»
El madrileño y su banda son una de las estrellas que brillan en el cartel del Huercasa Country Festival que se celebra desde mañana en Riaza
Quique González (Madrid, 1973) vuelve a los escenarios tras más de un año y medio de barbecho y digestión. Es recomendable, dicen los que conocen ... los latidos del campo, dejar descansar la tierra un ciclo antes de volver a sembrar y cultivar. El artista madrileño está cerca de cerrar el paréntesis que abrió con su último concierto. Su nombre regresa a la cartelera musical y en octubre alumbrará un nuevo disco con textos del poeta Luis García Montero. La cosecha artística de González, por tanto, tiene pinta de que será abundante. Ese retorno tiene una de sus citas más emocionantes en el Huercasa Country Festival que empieza mañana en Riaza. Quique González comparte cartel con algunos de los nombres de la 'americana music' que ha escuchado y admirado a lo largo de su vida y de los que ha bebido hasta emborrachar su sonido de tragos de country, folk y rock.
El año pasado disfrutó desde abajo, como un espectador más con Steve Earle, y mañana lo vivirá encima del escenario con su banda. Aunque se define como un «músico de club», hay oportunidades de compatibilizar la actuación ante miles de personas y la contemplación de sus ídolos a ras de césped que Quique González no desea dejar pasar. Y eso es lo que le ofrece el Huercasa Country Festival.
–¿Cómo fue la experiencia como público el año pasado en Riaza?
–Vine a ver a Steve Earle y fue espectacular. No había podido venir antes y me enamoré de este festival, aunque sí lo había seguido. Ahora estoy encantado de poder subir al escenario para vivirlo desde arriba.
–¿Qué le da el Huercasa Country Festival para que le haya enganchado de esa manera?
–Me gusta que lo principal del festival sea la música. En otros puede haber muchas atracciones para el público, pero no cuidan la música. Además, está dedicado al country, a la 'americana' y al rock, géneros que me gustan muchísimo, de los que he aprendido y de los que he bebido. Y me motiva mucho compartir la experiencia con gente que he escucho en casa o en el coche. Por otro lado, me gusta su ambiente familiar y el acento que pone el festival en temas como la sostenibilidad o lo ecológico, le da un toque de pulcritud y de limpieza.
–Entre esos referentes, está Will Hogue.
–Sí, creo que me podré quedar para verlo porque toca el mismo día.
«Nervioso» ante las tablas
–Lleva más de un año sin subir a los escenarios. ¿Había ganas?
–Sí, tenía ganas de volver a conectar el alma con el público a través de las canciones. He de reconocer que estoy algo nervioso porque cuando te alejas de los escenarios cuesta volver a coger la distancia.
–Es curioso ver cómo músicos con una trayectoria amplia siguen sintiendo cosquillas en el estómago antes de entregarse al público.
–Es incertidumbre que tiene que ver con el propio oficio de la música, pero también es responsabilidad. Es el respeto a tu trabajo y por la gente que paga una entrada por verte. Es un momento en el que sale la adrenalina, que afecta de manera muy positiva.
–Habla del oficio del músico, que a mí me evoca la realización de un trabajo artesanal, pausado, que quizás ahora se ha perdido.
–No creo que sea tan pesimista. También veo muchas bandas jóvenes que comienzan y que miran a los clásicos. Al final, lo que más vale son las canciones. Con una buena canción uno puede ir a cualquier sitio, tanto se ha hecho de forma más artesanal o si es comercial. El hecho de escribir canciones es un trabajo que yo comparo con cocinar, haciéndose a fuego lento. Me gusta meterme en ellas. Si no lo disfrutamos, es difícil hacer que algo salga bien.
–Y con los años, ¿cuesta más escribir buenas canciones?
–Cuesta más y me gusta más. Pienso que con el paso del tiempo te haces más experto en lo que haces.
–¿Está el country relegado en España a un escalafón inferior de los gustos del público?
–Hay un grupo muy bueno de aficionados a la música americana. Es un buen estilo para contar historias porque engloba todo.
–¿No le da cierta envidia el culto que los norteamericanos rinden a sus raíces musicales?
–No solo en Estados Unidos, también en Portugal, y en Francia ni digamos, o en el norte de Europa. Es un tema cultural. Gran parte de la gente no considera la música un oficio serio. La diversidad enriquece. Lo que sí veo es que hay aficionados buenísimos que van a los festivales y que son muy fieles.
–Ya que viene a tierras segovianas, ¿le acompañará en este concierto Rebeca Jiménez?
–¡Ah! Hasta que me lo has dicho no había caído. En principio no va a haber invitados; pero a Rebeca la quiero un montón y a su familia, aunque ahora no tenemos tanto contacto.
–Y tras estos conciertos de verano, nuevo disco en octubre, ¿no?
–Sí, va a ser algo diferente a lo que he venido haciendo hasta ahora. Estoy muy contento, son letras escritas por Luis García Montero a las que pongo música.
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