

Secciones
Servicios
Destacamos
David Martínez Otero 'Davo' (2 de septiembre de 2000, Redondela) descuelga el teléfono en Ibiza, pero no sabe en qué día de la semana está. ... Llegó el martes y debuta hoy. Cayó tan de pie en la Gimnástica Segoviana que solo ha aguantado medio año. Pide mirar más allá del fútbol y comparar su marcha al Ibiza, donde ganará unos 200.000 euros en las dos temporadas y media por las que ha firmado, como una mejora laboral que cualquiera aceptaría. Dijo que no se iría a otro club del grupo I porque no quería enfrentarse a la Sego, así que jugará en el II y buscará asomarse al fútbol profesional.
–¿Qué parte de sus nueve goles es suya y cuál es del equipo?
–Yo creo que es un poquito todo. Parte es también del míster, con el juego que tenemos de presionar alto se roban muchos balones y se generan ocasiones. No es que yo sea ahora bueno, se juntó un poco todo. La preparación física, los compañeros ayudan y yo, bueno, estuve bien.
–Parece que cayó de pie.
–Sí. Fue llegar y ya cayó por suerte un golito en pretemporada. Luego tuve suerte en las primeras jornadas, marqué cuatro partidos seguidos. Además, eran goles que acompañaban con victorias. La verdad es que fue todo muy bien. La forma de jugar de Ramsés de no ahorrarse ningún esfuerzo, correr por el compañero, me venía al pelo. Y la Sego es algo especial en cuanto a vestuario; no hay egos, no está cada uno mirando lo suyo, sino todo lo contrario. Solo eso ya son puntos con los que partes en liga.
–¿Con qué mentalidad llegó en verano?
–La de intentar jugar lo máximo posible, adaptarme a la categoría y a la ciudad, que nunca había estado tan 'lejos' de casa. Yo esperaba que fuera poco a poco, pero como caí de pie, fui creciendo. Entre la confianza de los compañeros y la mía porque estaba marcando goles... Yo creo que se juntó todo.
–¿Se ha sorprendido a sí mismo con este rendimiento?
–Como digo yo, igual marco goles, pero el cien por cien lo dejo en cada partido. No voy a ser falso, contaba con marcar algún gol; pero tantos en una vuelta, la verdad es que no.
–¿Cómo se gestiona físicamente yendo al cien por cien?
–Como tuve lesiones largas hace años, de siete o diez meses, hago movilidad antes de entrenar, mucho roller. Llego una hora antes a entrenar para calentar bien. La comida, que parece una tontería. Y mucha agua. Por eso aguanto. Acabo cansado, tampoco soy Superman, pero Aitor [Maiztegi, el preparador físico] trabaja muy bien: «Tú tranquilo que conmigo no te lesionas, ve al cien por cien». Y es verdad.
–Tras esa primera vuelta, ¿cuándo empezó a sonar el río?
–Más o menos sabes que te pueden llegar ofertas. Había llamadas de que algunos equipos tenían la intención, pero no había nada sobre la mesa hasta enero. En esos primeros días estaba muy tranquilo.
–¿Cuándo cambió la cosa?
–Cuando llegaron las ofertas, que fueron todas a la vez. Ahí sí que lo pasé un poquito mal porque no sabes qué vas a hacer. Pero los compañeros, muy bien, por eso lo llevé 'de puta madre', hablando claro. La gente del fútbol entiende estas situaciones. Que te vacilen, en plan bien, te da una tranquilidad...
Noticia relacionada
–¿Por qué acepta la oferta del Ibiza?
–Por todo. Para mí, con 24 años, es un proyecto para crecer. Ya no tengo 18, que dices, tranquilo, ya buscaré un filial. Este equipo hace dos años estaba en Segunda División y puede optar por volver a ascender. Quiero intentar estar en el fútbol profesional y era lo que mejor veía. Aunque la gente piense que no, a mí me dio mucha pena marchar de la Segoviana, estaba súper feliz. Al final son decisiones que marcan tu futuro, aunque cueste, hay que ver a veces un poco por ti.
–¿Es una oportunidad que no podía dejar pasar por si, por ejemplo, se lesionaba?
–Es que al final el fútbol es eso. O que ya no marcas tantos goles. El fútbol es como un trabajo normal, si te mejoran las condiciones… Y que son, como mucho, ocho o diez años que puede estar a un alto nivel. Ya que por suerte estoy en ese paso de intentar llegar a lo máximo posible, que por lo menos mi cabeza quede tranquila que lo intenté. Soy ambicioso y siempre quiero intentar más. Igual me sale mal, pero si no lo intentas no sabes nunca dónde está tu techo.
–¿Cómo fueron los últimos días?
–Incómodo nunca estuve, es esa sensación de no saber si estarás o no. Pero con la gente como uno más, que si al final me quedaba y tampoco pasaba nada. Yo viajo a Irún sin saber nada, pero si el míster me dice que tengo que jugar, yo a tope. Yo soy o cero o cien, ya me conocéis. Te da rabia igual, estar en el banquillo no le gusta a nadie, pero es entendible por parte del míster. Yo haría lo mismo.
–¿Cómo fue el traslado?
–Meter todo en el coche, ir a Denia, subirlo en el ferry y listo. Fui el lunes a La Albuera a despedirme, tengo que darles las gracias a todos, si no fuera por ellos no estaría aquí. Y más a Ramsés, es el que dijo, «chaval, vente». Gracias a que me llamó estoy más cerca de cumplir el sueño de estar algún día más arriba. La despedida fue dura, la verdad, me dio mucha pena. Hacen bromas buenas porque estamos todo el día juntos y si no lo hacemos, mal vamos, pero cuando tienen que ser serios, lo son.
–¿Le impone el desafío de dar la talla en el Ibiza?
–Imponer no, pero tengo ganas de saber si estoy preparado o no. A ver cómo va. Igual llego ahora cuatro meses y no me adapto, pero sé que tengo otra pretemporada. Eso es importante.
–¿Le pesa que la Sego descienda tras su marcha?
–No. Como dice el míster, todos son importantes. Y lo demuestra porque no tiene un once titular, ni mucho menos. Al que venga igual le cuesta un partido o dos. O no. El que ficha, por algo es. Ramsés sabe mucho de esto. Se salvan cien por cien, estoy completamente seguro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.