El fuego arrasa en Segovia más del doble de superficie forestal respecto a 2024
El 65% de los incendios se concentraron entre julio y agosto, aunque el más devastador se produjo a finales de septiembre
La lluviosa primavera y las elevadas temperaturas del verano anunciaban un alto riesgo de incendios. La existencia de una vegetación frondosa que ha servido de ... combustible y la sucesión de tormentas eléctricas, así como accidentes o negligencias, han supuesto la propagación de las llamas por más de 346 hectáreas en la provincia de Segovia hasta el pasado 12 de octubre, cuando finalizó la época de peligro. Son más del doble que el año pasado, aunque apenas suponen una cuarta parte de lo que se quemó en 2022, ejercicio que ostenta el récord de superficie forestal calcinada. Si bien es cierto que la mayoría de los fuegos se han desatado entre julio y agosto, el más grave, que se localizó en el entorno de La Pinilla, se registró a finales de septiembre.
El nivel de riesgo por incendios disminuye de alto a medio en el territorio segoviano, según ha confirmado este martes la Junta de Castilla y León. El descenso de las temperaturas nocturnas con la llegada del otoño y la mayor humedad relativa ha permitido rebajar el umbral de peligro, lo que supone a su vez la reducción de la actividad del operativo de vigilancia, prevención y extinción de fuegos. Las condiciones han mejorado, pero la provincia todavía debe extremar las precauciones, ya que el contador ha seguido sumando hectáreas calcinadas por las llamas estos últimos días, hasta haber alcanzado las 346 a mediados de octubre.
Son 84 incendios los que se han contabilizado desde principios de año en zonas de arbolado, matorral y pasto, aunque el recuento se eleva a 109 si se incorporan los de naturaleza agrícola. En el caso de los fuegos forestales, la cifra observada tan solo se ha superado en tres ocasiones en la última década: en 2019, cuando hubo 105 focos activos; en 2017, cuando se notificaron 94; y en 2022, cuando se apuntaron 90. Este ejercicio se constituye como el más devastador de la historia reciente, pues encabeza el ranking de superficie quemada, al sumar más de 1.400 hectáreas. Cerca de 900 se corresponden con un único incendio, que es el que devoró parte de la sierra en Navafría y llegó incluso al casco urbano de Torre Val de San Pedro.
Afortunadamente, en esta ocasión más del 83% de los fuegos que se han desencadenado en la provincia son conatos, es decir, han calcinado menos de una hectárea de superficie. Es un hito logrado gracias a la rápida respuesta que han dado en todo momento los medios de extinción segovianos, que están preparados para desplegarse por todo el territorio cuando la situación lo requiere. Es por ello que la gran mayoría de las llamas han sido apagadas apenas unas horas e incluso minutos desde su origen.
Los conatos cada vez tienen mayor presencia en el cómputo total. A pesar de ello, sí que ha habido que lamentar en 2025 una decena de incendios forestales de tamaño medio -de una a cinco hectáreas arrasadas-, así como cuatro catástrofes graves que han rebasado con creces este umbral de afectación, las cuales incluso han llegado a revestir peligro para la población y han protagonizado complejos dispositivos para la extinción de incendios. Dos de ellas tuvieron lugar a lo largo del mes de julio y el resto, en septiembre, según los datos provisionales que publica la Administración regional.
Incendios más graves
El primero de los fuegos que devastaron mayor superficie forestal ocurrió el 13 de julio en Cuéllar, donde las llamas devoraron cerca de 48 hectáreas de arbolado y eso obligó a declarar el nivel 1 de peligrosidad. Tardó en ser extinguido más de diez días y las causas son desconocidas. El segundo de los incendios de mayor envergadura data del día 26 del mismo mes, cuando una chispa de un motor prendió de forma accidental unas 16 hectáreas en Moraleja de Coca, perteneciente a Nava de la Asunción.
El 7 de septiembre se originó un fuego en Fuentidueña, que arrasó algo más de 15 hectáreas de pasto debido a un incidente con líneas eléctricas. Finalmente, un rayo desencadenó una catástrofe natural en Guadalajara que, después de varios días de lucha contra las llamas, se extendió por la vertiente segoviana de la sierra, en el entorno de La Pinilla, hasta quemar 242 hectáreas, más de la mitad de toda la superficie que se ha visto afectada por este tipo de siniestros. Pese a su amplia extensión, que supuso la elevación del nivel de peligrosidad a la categoría 2, es un fuego que se queda muy lejos de aparecer en el ranking de los más voraces del verano en Castilla y León.
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Otro incendio en Coca notificado el 24 de julio alcanzó el nivel 1 de peligro, pero no superó las cinco hectáreas quemadas. Aunque no hayan sido forestales, también cabe resaltar el fuego en una zona agrícola en Valseca provocado por un rayo el 6 de julio, que calcinó casi 30 hectáreas de cultivo; y el que se documentó el 25 de agosto en Fuentepelayo, que destruyó 14 hectáreas. Si se tienen en cuenta todos los tipos de superficies, el mes más funesto fue julio, al sumar 37 incidentes relacionados con fuegos en la provincia, seguido de agosto, con 33. En septiembre las intervenciones para atajar las llamas se elevaron a 16, en junio disminuyeron a 15 y en menos de dos semanas de octubre se contabilizaron ocho.
En todas las comarcas
El periodo en el que más veces se activó el operativo de extinción se corresponde con la semana que va del 7 al 14 de agosto, coincidiendo con la cruenta ola de calor que dejó máximas muy elevadas, cuando se registraron 13 fuegos. Una media de 1,6 cada día. Las jornadas que superan este promedio se caracterizaron por arrojar temperaturas muy altas, aunque las llamas han sido protagonistas a su vez en momentos en los que el mercurio de los termómetros ni siquiera han llegado a superar los 20 grados.
Todas las comarcas segovianas se han visto afectadas por fuegos, por lo que no es posible hacer una distinción en el mapa de las áreas más privilegiadas a la hora de esquivar los incendios. No obstante, sí que ha habido municipios que han tenido varios sustos con el avance de los días durante la época estival. Segovia capital se ha enfrentado a siete fuegos, de los cuales tres se han localizado en Zamarramala; Duruelo ha sido escenario de hasta cinco operativos de extinción entre el 2 de julio y el 12 de agosto y los mismos han lamentado El Espinar y sus diferentes núcleos. Están seguidos de Cuéllar, con cuatro incendios; mientras que La Lastrilla, Maderuelo y el Real Sitio de San Ildefonso suman tres cada uno.
Las investigaciones ponen el foco en diferentes causas que se constituyen como los más habituales en el origen de los fuegos forestales. Un cuarto de los incendios en Segovia están relacionados con un accidente, principalmente por chispas que saltan de maquinaria, líneas eléctricas de alta tensión o fumadores. Otro 25% se corresponde con rayos, debido a la formación de tormentas secas en los días más cálidos. La Junta advierte de que dos de cada diez siniestros han sido intencionados, es decir, provocados por la mano del hombre. El 17% de los fuegos se deben a negligencias, mientras que las causas de diez incendios todavía no se han esclarecido.
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