Edificios públicos y religiosos languidecen en Segovia sin uso a la espera de una nueva función

Se trata de edificios emblemáticos como el de las Jesuitinas en la Plaza de la Madre Cándida, que cerró sus puertas en 2011 tras más de 120 años de actividad docente, o el antiguo edificio de Telefónica, donde en alguna ocasión se ha planteado construir un mercado. También la antigua sede de la Dirección Provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), en la plaza Reina Doña Juana, que se quiso aprovechar como sede de varios servicios municipales y concejalías, el convento de San Vicente el Real o el Palacio de Mansilla, antigua sede del Colegio Universitario Domingo de Soto, que IE University está reformando para convertirlo en residencia de estudiantes.

Otro de los edificios memorables de la ciudad es el del Policlínico, que funcionó como hospital público durante 60 años, hasta que en 2008 la Junta de Castilla y León decidió cerrarlo. Este centro sanitario llegó a contar con 155 camas además de consultas, quirófanos, salas de espera, rayos X, despachos, salas de juntas, biblioteca, laboratorio y cafetería entre otras estancias.

Entre su inauguración, en 1948, y 1999, se llevaron a cabo varias de reformas, pero unos años después comenzó su progresivo abandono. Algunos consejeros de Sanidad hablaron de la posibilidad de reabrirlo como psiquiátrico o como centro para enfermos crónicos. También se barajó la gestión privada, sin embargo, a día de hoy sigue sin un proyecto sólido y, según los expertos cuenta con ciertos problemas estructurales. En una situación similar se encuentra la Casa de los Ramírez Arellano, situada en la plaza de Guevara, en pleno casco antiguo, construida en el siglo XVII.

El Palacio de Enrique IV es otro de los encabezan este listado de inmuebles desocupados en la ciudad. Está ubicado en el barrio de San Martín y lo mandó construir el rey Enrique IV en el siglo XV con la intención de contar con una residencia más accesible y cómoda en Segovia que el Alcázar. El complejo de unos 6.000 metros cuadrados tiene carácter mudéjar y contaba con varios palacios comunicados, entre ellos, el del rey y el de la reina. A pesar de los trabajos de restauración realizados en este Bien de Interés Cultural (BIC) en las últimas décadas gran parte sigue abandonado. Los Juzgados, algunos conventos, el antiguo edificio de Telefónica o el de Correos, que cada vez tiene menos uso, correrán la misma suerte si no se plantean soluciones a corto plazo para su ocupación. El presidente del Colegio de Arquitectos de Segovia, Alberto López, insiste en la importancia de dar una segunda vida a estos lugares.

«Son muchos los posibles usos y aquellos que se puedan convertir en viviendas debería priorizarse esta alternativa porque en Segovia escasean», asegura. Este es el fin al que destinaría por ejemplo el colegio de las Concepcionistas en la plaza del Conde Cheste cuya distribución hace eficaz esta reconversión.

Eso sí, admite que otras edificaciones no son susceptibles de albergar pisos y propone que sean ocupados por las administraciones públicas como ocurre con la actual sede de la Diputación, que se ubica en los palacios de Uceda y Maldonado o la Cámara de Comercio de Segovia, en la antigua Casa del Sello. Sin embargo, recuerda que el edificio en el que están las oficinas de la Junta de Castilla y León sí que estaba pensado para vivienda y «sería el uso más lógico».