«Debemos dar gracias porque podría haber sido una catástrofe mayor», afirma el alcalde de Valverde del Majano

Los vecinos de Valverde del Majano vuelven a la normalidad excepcional del estado de alarma del coronavirus, pero ya sin la nube de humo negro que este sábado cubrió el cielo a raíz del devastador incendio que ha destruido buena parte de la fábrica de Fosimpe en el polígono Nicomedes García. El alcalde del municipio, Javier Lucía, afirma después de visitar el «amasijo de hierros» al que ha quedado reducido el almacén que «tenemos que dar gracias porque podría haber sido una catástrofe mayor».

«Parece increíble que se haya podido controlar sin que se haya visto afectada ninguna persona y que las empresas que están lado no hayan sufrido el más mínimo daño en sus naves», incide el responsable municipal, quien añade que es «digno de admiración» el trabajo efectuado por los bomberos y los servicios de la Junta porque el fuego «era muy virulento».

Los llamamientos a cerrar ventanas y puertas que se hicieron durante buena parte de la jornada del sábado eran más por precaución y para evitar que el fuerte olor a plástico quemado impregnase las viviendas que por la toxicidad que pudiera suponer la humareda, precisa Javier Lucía.

En cuanto a las causas que originaron el suceso, la Guardia Civil abrirá en breve una investigación para determinar las circunstancias, aunque en un primer momento se está barajando que fuera un posible chispazo en una torre eléctrica anexa a la nave de Fosimpe. Serán las pesquisas las que esclarezcan los hechos, hace hincapié por su parte el alcalde valverdano, quien a su vez matiza que el aparatoso humo que desde la mañana del sábado se expandió durante varias horas, siendo visible en un radio de acción de decenas de kilómetros, «no era tóxico al no estar generado por residuos químicos».

Este domingo aún era «imposible acceder con normalidad» a la zona devastada. Solo los bomberos, que han estado hasta el mediodía en labores de refresco y extinción de rescoldos que permanecían humeantes después de haber estado trabajando durante la noche en sofocar el incendio, lo que se ha logrado a mitad de la madrugada.

Todavía hay mucha tarea por delante, avanza el alcalde del municipio. Además de refrescar los escombros, también «existen pequeños fragmentos sueltos en la cubierta que se pueden desprender», por lo que a su vez hay que realizar labores para «asegurar lo poco que queda en pie». Al parecer, «la estructura está estabilizada», añade en su exposición el regidor de Valverde del Majano.

La vigilancia la llevará a cabo personal de Fosimpe, apunta Lucía, aunque por la información recabada por el responsable municipal de parte de los servicios de extinción de incendios, «es difícil que se produzca una reactivación» de los pocos puntos humeantes que quedaban veinticuatro después del suceso.

Cuando se determine que no hay peligro, el siguiente paso será «mover todo el material amontonado» que han destruido las llamas y el humo, «terminarlo de enfriar y gestionarlo para su retirada antes de iniciar la limpieza de la zona». Lucía no da un plazo, pero intuye que las tareas se alargarán «varios días».

El regidor felicita a los bomberos por el trabajo desarrollado desde que llegaron en la mañana de este sábado al mar de llamas y humo en el que se convirtieron las instalaciones de la empresa, dedicada a la gestión de residuos para su reutilización. La nave afectada por el incendio albergaba toneladas de plástico en balas que pueden pesar en torno a mil kilos cada una y que han quedado destruidas.

Por su parte, el propietario de planta, Tomás Quintanilla, ha agradecido el «trabajo de mucha gente, ya que a pesar de la aparatosidad del incendio, hemos logrado salvar las partes más importantes de la instalación y vamos a seguir trabajando». El industrial es consciente de que «hará falta mucho esfuerzo pero saldremos para adelante».