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El fatal accidente ocurrió ayer hacia las 16:20 de la tarde. Poco después, una llamada alertó al servicio de Emergencias 112 de la colisión de dos aeronaves en el aeródromo de Fuentemilanos. El Centro de Coordinación de Emergencias dio aviso de inmediato a Policía Nacional, Policía Local, los bomberos de Segovia y al Servicio Aéreo de Rescate y Unidad Militar de Emergencias, además de a Emergencias Sanitarias del Sacyl, que envió una UVI móvil y un helicóptero medicalizado. El despliegue se consideró necesario dada la gravedad del incidente, en el que quien alertó había indicado que había una persona herida de gravedad. Pero los esfuerzos para tratar de reanimar a la víctima fueron infructuosos, pues el herido murió casi de inmediato tras el impacto.
El fallecido es José Antonio González Velasco, de 51 años, jefe de vuelos, socio y uno de los gerentes de la empresa propietaria del aeródromo de Fuentemilanos, Aeronáutica del Guadarrama SA (adquirida a la Diputación de Segovia, el Ayuntamiento de la ciudad y el Ayuntamiento de Riaza). Los agentes de la Policía Nacional, que fueron los primeros en llegar al lugar del accidente, le aplicaron técnicas de reanimación cardiopulmonar y la Policía Local, que llegó de inmediato, utilizó un desfibrilador, pero el veterano piloto e instructor, considerado «el alma de Fuentemilanos», falleció como consecuencia de las lesiones que le causó el golpe del ala de otra aeronave, según confirmó el jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez Fuentetaja. José Antonio González, paracaidista, piloto de ultraligeros y comercial de avión FAA y EASA, además de piloto e instructor de vuelo sin motor y técnico de mantenimiento de aeronaves, tenía alrededor de 7.000 horas de vuelo en planeadores.
Las causas del accidente tendrá que establecerlas la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, organismo que depende del Ministerio de Fomento. Las primeras hipótesis apuntan a que José Antonio González, un experimentado piloto e instructor de vuelo, se encontraba en la cabecera de la pista del aeródromo, fuera de su aeronave y a la espera de ser remolcado para despegar cuando aterrizara otra aeronave, también de vuelo sin motor, que estaba realizando las maniobras de aproximación. Le acompañaba otra persona y, unos metros más allá, en un lateral fuera de la pista, estaba estacionada la avioneta de remolque. Por causas no determinadas aún, el planeador que estaba aterrizando golpeó con un ala a la víctima y colisionó también con la cúpula de la cabina del otro aparato, esparciendo restos de los materiales alrededor. El otro hombre habría oído el silbido típico de los planeadores al volar y se habría agachado, con lo que evitó ser también golpeado. La otra aeronave se detuvo unos metros más adelante.
El propio Antonio González informó el pasado 4 de octubre del accidente que ocurrió en el aeródromo de Fuentemilanos cuando un piloto en prácticas de la escuela Adventia de Salamanca, que volaba acompañado por un instructor, se olvidó de desplegar el tren de aterrizaje antes de tomar tierra. El incidente terminó con los dos ocupantes milagrosamente ilesos y la avioneta muy dañada. José Antonio González aludió entonces a las dificultades que entraña la maniobra de aterrizaje.
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