Cuéllar restaura un documento de 1527 que habla del origen y contenido de su archivo
Se trata de un escrito de unas 70 hojas de papel verjurado de trapos compuesto por dos cuadernillos y dos bifolios finales cosidos entre sí
La villa de Cuéllar acaba de realizar un hito en la conservación de su patrimonio, pues por primera vez, que se conozca, se ha restaurado ... uno de los documentos con los que cuenta el archivo municipal de la localidad, que se ubica en el torreón de la Memoria del castillo de la localidad.
Fueron la concejala de Cultura, Turismo y Patrimonio, Maite Sánchez, y la directora de la Fundación Archivo Histórico Casa Ducal de Alburquerque y archivera municipal, Lucía Velasco, quienes presentaron ayer el trabajo, que ha sido realizado por la restauradora Azahara Delgado, diplomada en Conservación y Restauración y que ha trabajado en gran variedad de obras con diversa tipología.
La iniciativa partió de la archivera y ha contado con el Ayuntamiento de Cuéllar, con el fin de consolidar uno de los documentos más importantes de la villa, puesto que precisamente habla del archivo. Fechado el 23 de febrero de 1527, cuenta como el licenciado Galarza y Juan Ruiz, de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, a petición de Alonso Sanz, procurador de los buenos hombres pecheros de la villa de Cuéllar y sus arrabales y jurisdicción, para que, en cumplimiento de una real provisión, los custodios de las llaves de los archivos de la villa les dejen ver los documentos y sacar un traslado de los necesarios para u pleito que existía entre los pecheros y los caballeros hijosdalgo de la villa y tierra de Cuéllar, sobre los usos de los pinares, montes y propios comunes.
Velasco destacó que el documento «necesitaba una restauración urgente», apuntando que su idea es llevar a cabo este tipo de trabajos de forma habitual, teniendo en cuenta que hay cosas menores que una archivera puede solventar, pero en este tipo de casos se necesita una experta como Azahara Delgado. Y es que, el documento tenía un intento de restauración, que parecía un «salvamento urgente», pues algunas páginas habían tratado de ser salvadas pegando cintas de celofán, lo que dañó de forma grave el ejemplar.
La archivera también recordó que antes los archivos eran arcas o baúles, y que este documento es probable que haya estado en uno de ellos, a la intemperie, con humedad o expuesto a termitas o carcoma, incluso se ve que hay zonas en las que estuvo expuesto a hongos. También había sufrido los efectos del agua, por lo que presentaba pérdidas de gran tamaño en numerosas hojas, fragilidad y manchas causadas por la humedad. Sin embargo, lo que más dañaba al documento fue la adhesión de innumerables cintas de celofán.
Proceso
La restauradora ha realizado un proceso cuidado que comenzó con la retirada de ese celo y recuperar o reintegrar las partes faltantes. Para ello aplicó calor con plancha para despegar el celo y después otros productos para la consolidación de hojas, alguno de ellos que permite dar rigidez al papel. La encuadernación solo constaba de una hoja, la parte trasera no estaba, por lo que se ha incluido un nuevo papel que se ha teñido con un color similar. Como curiosidad, para la portada se había aprovechado un libro de música del siglo XV.
Ha sido elegido para ser restaurado debido al importante contenido que trata, ya que no solo habla del origen de los archivos de Cuéllar, que al parecer estaban ubicados en el Ayuntamiento y en la iglesia de Santa Marina, sino también del documento que tendrían las arcas, enumerando los privilegios concedidos hasta el momento, como los de ferias de Juan I y Juan II, cartas de venta, por ejemplo del Ayuntamiento a los monjes de la Trinidad o de la familia Velázquez al Ayuntamiento, además de distintas escrituras.
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El documento consta de unas 70 hojas de papel verjurado de trapos compuesto por dos cuadernillos y dos bifolios finales cosidos entre sí, aunque solo mantenía la parte delantera de la cubierta. Además, también se ha restaurado un pergamino del archivo Ducal, en el que se ha hecho un pequeño reintegro.
Todo ello ha tenido un coste de unos 2.8000 euros, y la intención tanto del Ayuntamiento como del archivo es la de seguir consolidando y restaurando distintos documentos, tratando piezas de valor histórico, con el fin de ir poniendo en valor la riqueza del archivo que cuenta con documentos desde los primeros tiempos casi de la creación de la villa y se pretenden dar a conocer.
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