Crece casi un 30% el número de autoprohibidos en el juego durante la pandemia en Segovia

A pesar de que el primer año de andadura no ha sido fácil como consecuencia de la pandemia, el presidente de Fecyljar, Ángel Aranzana, asegura que ya está dando resultados porque 13 personas se están rehabilitando en estos momentos gracias a la agrupación. De ellos, doce son hombres y una mujer. Cerca del 38,5% tienen entre 20 y 30 años y un 30% entre 30 y 40 años. Además, mañana, Segovia acogerá el II Congreso Regional de Fecyljar 'Ludopatía y Comorbilidad' para abordar los factores asociados al juego y los casos cada vez más frecuentes de jóvenes que padecen ludopatía y otras adicciones, como alcohol y drogas.

La pandemia ha traído consigo un ligero incremento de la adicción al juego 'on-line', ya que los casinos, casas de apuestas y salones de juego han permanecido cerrados durante meses. Las cifras reflejan esta tendencia ya que a finales de 2019 en Castilla y León había 3.103 personas autoprohibidas, es decir, que habían solicitado la incorporación al Registro de Interdicciones del Ministerio de Hacienda para que les impidieran el acceso a salas físicas o portales de internet donde se lleva a cabo el juego. Durante el año 2020 creció hasta las 3.406 personas, lo que supone un 9,76% más. Las diferencias en Segovia son todavía más acusadas, ya que en 2019 había 116 personas que se habían autoprohibido, mientras que en 2020 creció un 28,45%, ya que eran 149 los jugadores en esta situación. Eso sí, Aranzana advierte de que no todos están en tratamiento porque «hay muchos que piensan que con dar el paso de autoprohibirse es suficiente, pero no es así. Muchas veces el juego es un parche que esconde otro tipo de problemas o simplemente se piensan que controlan su adicción cuando es algo mucho más complejo».

Tan solo un 9% de las personas que acuden en busca de ayuda a asociaciones son mujeres, a pesar de que se estima que constituyen más del 33% de los enfermos. La psicóloga Sandra Cuevas advierte que es porque «no se atreven», a pesar de que ahora tienen más apoyo de sus familias «sigue estando peor visto por parte de la sociedad que una mujer juegue». Los hombres suelen estar motivados por la ambición económica y la necesidad de buscar estímulos, mientras que las mujeres caen empujadas por un sentimiento de vacío, de soledad o por no sentirse queridas. En ambos casos, en las recaídas tienen un peso importante las situaciones complicadas como la pérdida de empleo o la muerte de un familiar.