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La pandemia del coronavirus obligó a reorganizar la atención sanitaria. Segovia no fue una excepción. De hecho, los efectos de la virulencia de la expansión ... de los contagios, su dimensión en la envejecida población de la provincia, la dispersión geográfica y el abultado exceso de mortalidad, muy por encima del azote que castigó al resto del país, llevaron al límite la capacidad asistencial, tanto en el Hospital General, el único operativo para cubrir la demanda de atención especializada de todo el territorio segoviano, como en el primer nivel del sistema público compuesto por los equipos que cuidan de los ciudadanos en los consultorios locales y centros de salud que conforman la red de la Atención Primaria. Los profesionales sanitarios, al pie del cañón, se jugaron literalmente la vida por salvaguarda la salud de los segovianos.
El Gobierno de la nación y la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León pusieron en marcha medidas para combatir los embates letales de la covid-19. De aquellas, hay algunas que vinieron y se fueron levantando conforme mejoraba el escenario epidemiológico, como el servicio de urgencias en los subcentros de guardia rurales o la obligatoriedad de llevar puesta la mascarilla en las instalaciones sociosanitarias; pero otras se han quedado. O al menos, se han asentado en la cotidianidad de la asistencia que presta la Atención Primaria en la provincia.
Es el caso de las consultas no presenciales, las que no requieren el paso por el centro de salud de referencia del paciente o por el consultorio rural. Si se echa un vistazo a las estadísticas de la Administración regional, publicadas a través del portal de datos abiertos, en 2024 se gestionaron en Segovia, sumadas la capital y los pueblos, 309.871 citas sin que el usuario visitara físicamente a su galeno de familia. Sobre las cerca de 857.000 citas atendidas a lo largo de todo el pasado ejercicio, suponen algo más del 36% de toda la actividad que desarrollan los equipos que trabajan en el primer nivel de la asistencia sanitaria que presta Sacyl.
Tras el descenso de las consultas telefónicas que se registró en 2023, esta alternativa ha vuelto a repuntar y a acaparar más trabajo en el día a día de los médicos de cabecera y de las enfermeras. En doce meses, el volumen de citaciones no presenciales creció en más de 6.400 intervenciones, lo que equivale a un aumento del 2,1% en el último curso. No fueron las únicas que acarrearon más tarea a las plantillas de los centros de salud y de los consultorios repartidos por el medio rural de la provincia segoviana, ya que las consultas presenciales también experimentaron un incremento con respecto al ejercicio anterior de prácticamente el 6% para rozar las 538.000 al cabo del año.
La atención a través de las aplicaciones, pero sobre todo y mayoritariamente mediante llamadas de teléfono, se ha colado definitivamente en la agenda diaria de los facultativos que desempeñan sus atribuciones en la Atención Primaria, a pesar de las dificultades que encuentran los más mayores para tramitar sus citas por canales telemáticos. Ante este choque, el Procurador del Común ha pedido que se faciliten las visitas sin cita previa a los consultorios rurales. Por un lado, están los pacientes a los que se asiste a través de esta opción a distancia; y por otro, los que acuden físicamente al centro al que están adscritos. La sobrecarga que de por sí arrastran algunos puntos de atención y determinados médicos por los altos cupos de tarjetas asignadas, por lo tanto, ha aumentado.
En 2020, el primer año de la covid-19 en el que empezó a implantarse el sistema de las consultas no presenciales para llevar a cabo seguimientos de enfermedades o gestiones como la tramitación de altas médicas o las actualizaciones de las medicaciones, Sacyl registró 47.305 citas telefónicas en el cómputo global de la provincia de Segovia. Eran los primeros escarceos de la apuesta de la Consejería de Sanidad por minimizar los contactos entre sanitarios y pacientes cuando la infección estaba en plena ebullición. Doce meses después, y aún supeditados a las oleadas de la pandemia, estas consultas sin pasar por el centro de salud se dispararon.
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En el curso 2021, la agenda de citas no presenciales se multiplicó por once. Es el tope alcanzado hasta ahora: 518.117 asistencias realizadas sin la visita física al facultativo de cabecera. De hecho, en este año hubo un trasvase de sistemas para atender la demanda asistencial en Primaria. Es decir, hubo más llamadas telefónicas que visitas 'in situ' al médico, que se quedaron en poco más de 359.000 al cabo de dicho ejercicio.
Con la mejoría del escenario epidemiológico, las consultas presenciales retomaron el pulso, aunque no de golpe, sino de forma progresiva y paulatina. Entre 2022 y 2023, los equipos de la Atención Primaria de Sacyl en Segovia agendaron unas 120.000 citas con pacientes que sí se pasaron por las instalaciones sanitarias que les correspondían. En cuanto a las citaciones no presenciales, bajaron un 16,6% en dicho periodo de tiempo. Dicha disminución no devuelve, ni mucho menos, el volumen de trabajo que conllevan estas actuaciones asistenciales a los niveles que había ante de la pandemia. Desde entonces no ha bajado de las 300.000 consultas no presenciales al cabo de cada año, lo que representa un incremento del 555% con las que se contabilizaron en el primer año de la irrupción del coronavirus.
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