Los segovianos del 56 'procesionan' en el Pedro Delgado para vacunarse contra la covid

Desde las ocho de la mañana, media hora antes de que empezara la primera experiencia de vacunación masiva en Segovia, ya había «treinta o cuarenta personas» a la espera de entrar al polideportivo. En la primera franja horaria de 8:30 a 10:30 estaban llamados los nacidos entre el 1 de enero y el 30 de abril de 1956. Recuerdan responsables de la coordinación de las jornadas de vacunación que se van a desarrollar durante esta Semana Santa atípica, sin apenas turistas, sin procesiones, pero con la pasión por la inmunización.

Los segovianos de los centros de salud urbanos de la capital, los adscritos a Segovia Rural y los pertenecientes al centro del Real Sitio de San Ildefonso-La Granja son los van a desfilar este jueves y el sábado por los puestos habilitados en el pabellón Pedro Delgado. Acuden con ganas, ilusión, alegres, contentos, confiados y sobre todo esperanzados de recibir la primera de las dos inyecciones que requiere el proceso de inmunización con AstraZeneca.

Esperan en la estirada fila con la inyección de la moral ya puesta, porque, como coinciden la mayoría, «la vacunación es lo único que nos queda par salir adelante» y superar la crisis sanitaria desencadenada por el coronavirus. Ellos empiezan hoy a ver la primera luz en el túnel, aunque hay alguna voz que se quejaba de la precipitación con la que se ha llevado a cabo. Muchos no hacía ni 24 horas que se habían enterado de que les tocaba vacunarse.

Guardan la cola escrupulosamente separados unos de otros; la inmensa mayoría pasa de uno en uno, salvo algún matrimonio, sin apenas hablar entre ellos, en silencio solemne y así avanzan por el interior del polideportivo, por cuyas escaleras serpentea la cola guiada por profesionales y voluntarios que despejan las pocas dudas que asaltan cuando se está a escasos cinco minutos de recibir el pinchazo.

Normalmente esas incógnitas son de personas que sufren alguna patología, a las que se les responde en el instante si pueden o no vacunarse o se las remite al médico de cabecera para asegurarse de que la inoculación no les provocará efectos adversos.

Ya arriba la cola se disgrega por los cuatro canales de vacunación que están habilitados para este Jueves Santo. El sábado, día al que están llamados los nacidos en 1957 y 1958, se doblará el turno y habrá inyecciones por la mañana y por la tarde, también divididas por franjas horarias en función de la fecha de nacimiento. Ese día se duplicarán las líneas de vacunación, de cuatro a ocho, comentan Judit de Santos y Carolina García, con los consiguientes refuerzos en el equipo sanitario encargado de administrar las dosis y registrar los datos.

Ambas profesionales están atentas a que esta primera jornada de vacunación masiva en Segovia se desarrolle sin incidentes y con fluidez. Así dicen que está siendo, a pesar de que hay momentos en los que la cola se alarga hasta dar la vuelta al polideportivo. Junto a ellas, cuatro enfermeras, dos técnicos de Cuidados Auxiliares de Enfermería, cinco efectivos de administración y voluntarios que colaboran en que la experiencia salga lo mejor posible. Tienen previsto que a lo largo de este jueves pasen por el pabellón segoviano par recibir su primer pinchazo contra la covid unas 900 personas que este año cumplen 65 años.

La Policía Local que vela por las medidas de seguridad en el exterior del recinto ratifica que la cola avanza con fluidez. La vacunación de este jueves, que solo es matutina, está dividida en tres franjas: De 8:30 a 10:30, de 10:30 a 12:30, y de 12:30 a 14:30 horas. Al final de cada una se abre un intervalo de unos cinco minutos en el que se asegura que no hay más gente del anterior turno a la espera y en el que se empieza a la llamar a los del siguiente, explican los agentes municipales.