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Cientos de fieles acompañan a la Virgen del Henar en su romería
La lluvia da un respiro y permite celebrar la procesión de la patrona de Cuéllar, suspendida el pasado 15 de septiembre
mónica rico
Cuéllar
Domingo, 22 de septiembre 2019, 21:49
Entre nubes y con algunas gotas al finalizar, la Virgen del Henar pudo salir en procesión una semana después de su día grande. Aunque con menor número de fieles, miles de personas acudieron fieles a la cita con Nuestra Señora, que, a pesar del tiempo, pudo recorrer la pradera en su carroza, eso sí, en la celebración de la fiesta del Henarillo, en lugar de en el día de la romería, que se celebraba el pasado domingo, y que se tuvo que suspender debido a la lluvia.
Tras una noche de lluvia, el día amaneció nublado, por lo que en el Santuario se decidió trasladar la misa de campaña a la escalinata de acceso al templo, temiendo que la lluvia volviera a hacer presencia. Sin embargo, durante algunos instantes, el sol comenzó a salir, y a pesar de las nubes, se decidió que la Virgen realizaría su recorrido habitual.
Así, una vez más, el Santuario de Nuestra Señora la Virgen del Henar, su pradera y su entorno se convirtieron en el centro de devoción y fervor de la zona. En esta ocasión los fieles comenzaron a llegar a lo largo de la mañana, la mayoría para participar en el acto central, la procesión, si bien, varios centenares acudieron ya a primera hora para participar en los actos litúrgicos, el primero de ellos una eucaristía a las 11:00 horas en el templo, que también acogió celebraciones a las 13:00, 18:00 y 19:00 horas. Además, a las 12:00 horas tuvo lugar la Misa Mayor de Campaña, presidida por la imagen de la Virgen, y que a pesar de que se desarrolló en la escalinata de acceso al Santuario, fue seguida por cientos de personas, algunas de las cuales instalaron sillas para poder participar de forma más cómoda en la liturgia, que estuvo acompañada por cánticos a la Virgen.
Seguidamente, la imagen de la Virgen se acercó hasta su carroza, que se situó frente a la puerta principal del Santuario, donde decenas de fieles esperaron para poder acompañar la imagen durante la procesión. La talla de Nuestra Señora se adornó con flores y se llenó de niños, que, tal y como manda la tradición, acompañan a la Virgen durante unos metros del recorrido.
Jotas y vivas
Mientras, al son de las dulzainas y tamboriles, se iniciaba la procesión, seguida de cientos de personas, especialmente durante los primeros y últimos metros de recorrido. Tampoco faltaron en esta ocasión las danzas de muchos de los fieles, que se realizan mirando frente a la imagen. Algunos de ellos no pararon de bailar durante todo el trayecto. Otros lo hicieron haciendo sonar las tradicionales tejoletas y algunos con castañuelas.
Entre jota y jota, la imagen avanzaba unos metros, siempre rodeada por un cordón de seguridad formado por voluntarios, con el que se tratan de impedir las aglomeraciones junto a la Virgen y que los dulzaineros puedan realizar de forma más cómoda su labor. En los descansos, los devotos no pararon de gritar sus vivas a la Virgen del Henar y a 'la Morenita', como se denomina popularmente a la imagen por el color tostado de su piel. También entre las danzas muchos padres aupaban a sus hijos hasta la carroza, avanzando junto a la Virgen unos metros. Se trata de una tradición que se realiza desde hace décadas y que tiene como finalidad que Nuestra Señora proteja y cobije bajo su manto a los pequeños.
Tras más de una hora y media de baile, con cientos de fieles a su alrededor, la imagen de Nuestra Señora del Henar llegaba de nuevo a las puertas del Santuario, donde fue recogida de su carroza y portada en andas hasta el acceso del templo, mientras los fieles bailaban una última y larga jota. En ese momento la lluvia comenzó a hacer acto de presencia, por lo que algunos fieles optaron por sacar sus paraguas, mientras que otros aguantaron las gotas para disfrutar de uno de los momentos más emotivos del día, el que unió las voces de la multitud entonando la Salve Popular, tras lo cual la imagen regresó al templo.
Devoción
Mientras la talla de la Virgen presidía la misa y era venerada en la procesión, cientos de fieles visitaron la imagen original, situada en su camarín, por el que pasaron personas durante toda la jornada. Fue en 2015 cuando los padres Carmelitas de El Henar decidieron que fuera una copia de la talla la que saliera en procesión, debido al deterioro que la misma producía sobre la talla original, una cuestión que no ha restado ni un ápice de fervor a los actos religiosos.
Muchos de los devotos que se acercaron a ver a la Virgen también tuvieron la oportunidad de besar su medalla y visitar la sala de exvotos, dedicada en parte a las ofrendas y promesas realizadas a la Virgen, que conviven con vitrinas donde se exponen antiguos mantos de Nuestra Señora, coronas, ropas de altar, vasos sagrados y otros objetos. Otro de los puntos de referencia es la fuente del Cirio, lugar donde, según la leyenda, se encontró la imagen de la Virgen después de que ésta se le apareciera a un pastor.
Y como cada año, tampoco en esta fiesta del Henarillo falta el mercado popular que se instala en la zona de la chopera en la festividad de El Henar y que repitió en la jornada de ayer. Se trata de un gran mercado de venta ambulante con áreas con atracciones e hinchables para los más pequeños, numerosos bares y decenas de puestos en los que adquirir productos de textil, calzado, bisutería, juguetes, herramientas, artesanía o las tradicionales obleas y avellanas, productos típicos que la mayoría de los visitantes adquiere en esta cita.
También fueron muchos los fieles que aprovecharon la fiesta del Henarillo para pasar una agradable jornada en la pradera, que en esta ocasión contaba con algo de humedad tras las lluvias de la noche. Niños y mayores instalaron sus sillas y mesas y disfrutaron de una comida campestre y de una tranquila tarde de ocio y devoción.
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