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El césped artificial de Bergantiños da a luz a la peor Segoviana
Los de Iñaki Bea caen con claridad ante un rival que les sentenció con tres goles en la primera parte y no dio opción
El estreno de la tercera camiseta, con un tono ámbar como guiño ala Catedral de Segovia, no dio suerte a la Gimnástica Segoviana, que sufrió ... en Bergantiños su segunda derrota de la temporada en una guerra de guerrillas en césped artificial, un contexto en el que no jugaba desde abril de 2024. Como entonces, perdió con claridad, la gran muestra de vulnerabilidad en lo que va de curso de un equipo que encajó en escasos 45 minutos la mitad de los goles que había recibido en los 13 partidos anteriores. Con todo, mantiene el liderato por el tropiezo del único perseguidor que podía alcanzarles, el Real Oviedo Vetusta.
Bergantiños
Santi Canedo, Sola, Fito, Marc, Marru, Darío Germil, Iago Novo, Diego, Nacho Pastor, Keko Hevia y Tass.
3
-
1
Segoviana
Postigo, René, Josín, Josep Jaume, Ayán, Manu, Fer Llorente, Juanma, Rodri Ibañes, Marc Tenas y Álex Castro.
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Cambios Bergantiños: Isma Cerro por Marru (min 71)
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Cambios Segoviana: Ivo por Josep Jaume (min 33), Javi Borrego por Ayán (min 60) y Samu Manchón por Josín (min 60).
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Goles: 1-0 Marru (min 3), 2-0 Marru (min 40), 3-0 Marru (min 45) y 3-1 Marc Tenas (min 75).
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Árbitro: Expulsó con tarjeta roja directa a Manu en la segunda parte.
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Otros datos: Campo de As Eiroas. 500 espectadores.
Iñaki Bea viajó a tierras gallegas sin un solo lateral disponible, con Silva, Iker y Rubén apartados por molestias físicas. Con lo que tenía en la nevera, el técnico improvisó un menú con línea de cinco atrás para matizar la relevancia de esa figura huérfana en el dibujo táctico. Línea de tres centrales con René, Josín y Josep para dejar a Ayán y Juanma como laterales. Si algo elimina un campo de césped artificial con las dimensiones de un futbolín es la profundidad, así que el vasco se cargó a los extremos y puso a sus dos nueves para cazar lo que pudieran. La baja de Diego Campo, sancionado por cumplir ciclo de amarillas, brindó a Rodrigo Ibañes una titularidad inédita y a Manu el regreso al once tras cinco partidos sin jugar.
El Bergantiños, un equipo con la confianza tocada que no ganaba desde el 26 de octubre, salió con hambre y no dio ni tres minutos al improvisado dibujo gimnástico para engrasar automatismos. La lógica de un futbolín: juego directo. Uno de tantos balones disputados valió para que los locales prolongaran de cabeza y pillaran dormida a la zaga visitante. Marru, atento, ganó la espalda a Josep, y pilló a Postigo en el primer renuncio de su corta carrera como azulgrana. El portero salió a apagar el incendio, una misión complicada. Su patada al aire dejó al atacante con la portería vacía para abrir el marcador, el mejor tratamiento para un equipo que venía de marcar un gol en los últimos partidos.
Bea presume de equipo dominador, pero la actitud del partido la puso el Bergantiños, como el anfitrión qué obliga al invitado a dejar los zapatos en la puerta. La Sego parecía anestesiada. No podía subir a presionar porque el Bergantiños no jugaba en su parcela. La iniciativa se discutía en los duelos y los visitantes perdían casi todos. El paradigma de la frustración era Ayán, alguien que necesita llevar la pelota cosida para existir y que perdió un balón tras otro cuando trató de hacer algo decente con él.
Como al perro flaco todo se le vuelven pulgas, Josep dejó el campo lesionado. El enésimo remiendo de Bea fue meter a Ivo y pasar a Ibañes de media punta a central. Solo hubo una línea en la que las cosas pudieron cambiar. Un córner que Manu recibió solo con la defensa encerrada, pero el balón no le llegó al sitio para el disparo de primeras y cuando finalmente remató se encontró con un defensor.
Los locales disiparon dudas de un plumazo con un despeje de más de 30 metros convertido por arte de magia en asistencia. Marru le ganó la espalda a Ibañes y vio adelantado a Postigo, al que batió con una vaselina. Un tiro que no fue perfecto, pero sí suficiente, pues el segoviano la tocó en su repliegue, pero no pudo desviar la trayectoria. La frustración de los de amarillo iba a más, sirva como prueba un cambio de orientación de Ibañes que Juanma veía botar en la banda contraria como un balón de baloncesto, sin poder domarlo. Segundos después, Marru marcaba el tercero con una definición impecable en el mano a mano, aprovechando un balón filtrado por Iago, el cirujano. Aún pudo llegar el cuarto antes del descanso.
Adjudicada la victoria, la Sego acabó su jornada laboral sin dejarse la dignidad ante un equipo que ya había saciado su hambre. La guinda fue la roja de Manu al controlar un balón como último hombre. Bote raro, la dio con la mano y vio la roja sin protestar, como quien va al dentista. El único paliativo lo puso Marc Tenas, que se estrenó con poniendo en la escuadra un tiro desde el balcón del área. Golazo. Solo él recordará con cierta alegría el estreno de la camiseta ámbar.
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