La capital de los servicios para la Tierra de Pinares
MUNICIPALISMO 2024 ·
El municipio conserva industrias diversas y un sector terciario que suministra a casi 10.000 habitantes de pueblos modestos de la comarcaSi extrapolamos las cartillas del centro de salud de Nava de la Asunción como su zona de influencia, este pueblo es la cabecera de más de 9.000 personas, el triple de su padrón. Es la capital económica de Tierra de Pinares, su foco de servicios. Una cultura emprendedora e industrias que aún son importantes, fábricas de áridos, cerámica, cemento, una de plásticos con cerca de 70 empleados y un taller importante de carrocerías que suma otra treintena. Una ecuación económica que incluye ganadería y agricultura, con un peso reducido frente a otros sectores. Junto a un buen número de autónomos –principalmente albañiles– y un amplio tejido de tiendas. Aunque faltan bares.
Para pueblos con el padrón a la baja, Nava es la metrópoli por sus servicios, desde lo sanitario –hay dos residencias de personas mayores– al abastecimiento más básico, con tres supermercados. El Ayuntamiento asume ese papel y no hace distinción en sus servicios –escuelas deportivas, música o teatro– entre los habitantes del pueblo y los residentes en localidades vecinas. «Todos somos del mismo sitio», resume su alcalde, Juan José Maroto.
La influencia es más directa en los municipios más cercanos –Coca, Navas de Oro, Nieva o Santiuste de San Juan Bautista–, la antítesis de un pueblo dormitorio. «Somos más centro de vivir que centro laboral. Hay mucha gente que trabaja en algún pueblo de alrededor, pero se viene a vivir a Nava». Ese atractivo lo justifica la alta demanda de viviendas de alquiler. «No tenemos suficientes. Casi todos los días pasa alguien por el Ayuntamiento a preguntar». Eso provoca el camino contrario, que un empleado de Nava viva en otro pueblo donde tiene vivienda. Pero la calidad de vida se traduce en la cercanía de los servicios.
Negocios como farmacia, óptica, zapatería, librerías, gasolineras, ropa, bancos, zapatería, administración de loterías, dos tiendas de chucherías o dos bazares chinos. Y el deporte como foco de influencia, muchos padres que traen por las tardes a sus hijos a actividades de fútbol sala o balonmano y aprovechan para abastecerse. Los servicios con la cúspide de la pirámide, especialmente desde la crisis de 2008, que dejó en la mínima expresión –una quincena de empleos– a esas fábricas de cerámica y áridos que daban trabajo a unas 70 personas a principios de siglo. «En el boom de la construcción había para todos, pero están volviendo a funcionar», pone en valor Maroto. Las cifras de paro son bajas, en parte gracias a la mano de obra extranjera, clave para el cultivo de la fresa o el cuidado de mayores.
El auge del club de balonmano, en la Asobal, la máxima categoría nacional, toda una hazaña para un pueblo de 3.000 habitantes, tiene su impacto económico. «El problema es que cada vez tenemos menos bares», subraya Maroto, que recuerda tiempos donde había 24 frente a un presente en el que no llega a la decena. Lo explica por la falta de relevo generacional y porque algunos hosteleros dejaron sus negocios en la pandemia y no han vuelto.
La economía
Infraestructura sanitaria. El pueblo tiene centro de salud y dos residencias de personas mayores
Hostelería a la baja. Los bares han menguado de 24 a menos de una decena por la falta de relevo
www. navadelaasuncion.org