El Banco de Alimentos teme un «chaparrón» de peticiones cuando se acaben los ERTE
Tras la gran recogida de noviembre que asegura las reservas de los próximos meses, el próximo reto es lograr una cámara frigorífica
Laura López
Segovia
Martes, 2 de febrero 2021, 07:13
Una vez que la Gran Recogida de alimentos del pasado noviembre asegurara las reservas de los próximos meses, los retos del Banco ahora son conseguir ... una cámara frigorífica para alimentos perecederos y llegar a más pueblos de la provincia
El Banco de Alimentos ha jugado un papel fundamental en estos meses de crisis sanitaria y económica. Su responsable, Rufo Sanz, señala que, comparado con enero del año pasado, cuando «no había pandemia ni los problemas actuales», un 25% más de familias se han sumado ahora a la cola de la pedida de ayuda, que en este caso se entrega a través de Cruz Roja.
Lo que también ha cambiado en todo este tiempo, es el tipo de demandante: «El perfil ha cambiado mucho, ahora hay familias que nunca lo habían necesitado y ahora en muchas casas no llega», explica Sanz. Él también ha sido testigo de cómo las familias han recortado gastos en casa, como, por ejemplo, el servicio de limpieza, y eso ha restado recursos a otras personas.
«Lo que tememos es el chaparrón cuando se acaben los ERTE, porque creemos que no todas las empresas podrán recibir a los empleados», explica el responsable, quien añade: «Y en casa pueden faltar muchas cosas, pero los alimentos son imprescindibles», recuerda.
En este comienzo del año, la cantidad de peticiones sigue en la misma línea de los meses anteriores, y ahora la prioridad del Banco es conseguir una cámara frigorífica, adquisición por la que la organización lleva luchando desde hace muchos años y le permitiría entregar a las familias productos perecederos: «Nos está costando mucho», lamenta Sanz, quien tiene sus esperanzas puestas en que la Federación Española de Bancos de Alimentos y la Fundación Reina Sofía les echen una mano en este sentido.
Ha habido empresarios que, debido a los problemas surgidos en la hostelería, han ofrecido al Banco cantidades de cordero y cerdo, que han tenido que ser trasladadas a otras zonas de España por la falta de esta infraestructura de conservación. «Nunca se pierde, porque se intercambia con otros productos del resto de España, pero es normal que a los empresarios segovianos les guste que se quede aquí» comenta Rufo Sanz.
Otro de los retos que les gustaría alcanzar a los responsables del Banco de Alimentos de Segovia es «llegar más a la provincia», ya que, de momento no tienen medios suficientes para llegar a ciertos pueblos, en los que también hay donaciones y necesidad.
En cuanto a reservas, Sanz celebra que, desde que se realizó la gran recogida el pasado mes de noviembre, están «tranquilos» en ese sentido, porque esta funcionó muy bien: «Nos daba miedo, porque como este año se hizo de forma distinta y, en vez de con comida, se hizo con dinero, no sabíamos si iba tener buen resultado, pero los segovianos se han vuelto a portar muy bien», celebra Rufo Sanz, quien aún no ha recabado datos de lo recaudado en Segovia porque fueron centralizados a nivel nacional.
Con el reciente empeoramiento de los datos epidemiológicos, algunos de los voluntarios que trabajaban para el Banco han interrumpido la actividad para protegerse en casa, mientras que un grupo de jóvenes son los que están «dando la cara» en palabras de Rufo Sanz, quien señala que también reciben a menudo ofrecimientos para incorporarse al equipo y por «cuestiones burocráticas» les tienen que decir que no, aunque les gustaría poder contar con ellos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión