Alumnos de un curso de floristería elaboran el tapiz floral para conmemorar la rebelión comunera
«Apenas llevan un mes trabajando y han hecho un trabajo magnífico, de auténticos profesionales», aseguran los profesores
La estatua de Juan Bravo fue objeto de deseo de los fotógrafos, de los medios de comunicación y de los curiosos, luciendo un tapiz elaborado por los 15 alumnos (y los dos profesores) del curso de auxiliar de floristería (cursos de Formación para Ocupación de Desempleados, FOD) que se desarrollan en la antigua de la fábrica de Borra, subvencionados y gestionados por el Servicio Público de Empleo de Castilla y León y promovidos por el Ayuntamiento .
Un tapiz con tonos morados, color del movimiento comunero, elaborado con distintas flores con la intención que, visto de abajo arriba, dé la sensación de un solo bloque. «Este tapiz va por partes, parece una sola pieza con una intención para que »visto de abajo arriba dé una sensación de un solo bloque«, explicó Purificación, docente de este curso.. Se han utilizado diferentes flores »buscando la tonalidad y crear la mixtura del color en morados para al final conseguir este color comunero tan arraigado a nuestro personaje que homenajeamos en su 500 aniversario. No ha sido fácil y ha creado ciertas dificultades, pero creo que las hemos salvado, Estamos contentos porque se ha logrado lo que queríamos y el resultado de un grupo que apenas lleva un mes trabajando; han hecho un trabajo magnífico como auténticos profesionales «. dijo, mientras recibía las felicitaciones de la alcaldesa.
Este curso comenzó el pasado mes de marzo «y aprovechando los 500 años de la rebelión comunera surgió la idea de hacer un adorno floral. Nos pidieron de la alcaldía colaborar y entendimos que podía ser una práctica interesante para los alumnos, con unos objetivos reales y es lo que se ha hecho para montarlo en la base de la estatua de Juan Bravo, algo sencillo y normal, una manera de que pongan los alumnos su trabajo a la vista de todo el mundo, explicó José Manuel Morcillo, responsable de estos cursos y director del centro.
El curso está integrado por dos profesores y quince alumnos, «que tienen que ser prioritariamente desempleados», añadió Morcillo. Tiene una duración de unas 300 horas y otras 80 de prácticas en empresas. «Gracias a convenios con floristerías o centros de adornos florales los alumnos realizan prácticas en esas empresas para que se ubiquen directamente en el mercado laboral. Es un oficio que prácticamente no se enseña en ningún lado, y puedo decir que hemos tenido alumnos que se han quedado a trabajar en las empresas de floristería. Es un curso que empezamos hace tres años, ha tenido mucha aceptación y está funcionando muy bien; y también motiva mucho porque los resultados son prácticamente inmediatos«, dijo.
Consta de cuatro módulos básicos, uno de ellos es el conocimiento de lo que es el establecimiento, un almacén, zona de ventas, zona de cámara frigorífica, limpieza, el orden y manejo de la maquinaria y herramienta y útiles específicos del oficio, luego hay otro apartado que es el montaje de ramos y composiciones florales, otro específico de elementos funerarios, bodas y otros eventos y la parte de venta y atención al público, reclamaciones, recepción de albaranes, reparto a domicilio...
Morcillo quiso dejar claro que «somos formación y lo hacemos para nosotros, aunque se aprovechan actos para eventos, somos sinergias, los alumnos se implican más porque hay un objetivo real detrás, pero no hay en estos cursos ese afán de trabajar para... El objetivo no es hacer trabajos para fuera ni encargos para nadie, ha surgido así y me parece bien«, dijo.