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Las alfombras de Aguilafuente traspasan fronteras
Treinta vecinos de la localidad segoviana participan en su elaboración por el Año Jacobeo, al mismo tiempo que otros 260 municipios del mundo
Desde hace dos años, los vecinos de Aguilafuente tenían por costumbre celebrar la fiesta del Corpus con la elaboración de unas grandes alfombras, de ... hasta 112 metros cuadrados, que adornaban el entorno de la iglesia del municipio durante las fechas más próximas a la fiesta. Para ello, la colaboración y el trabajo en equipo de los vecinos eran fundamentales durante las semanas previas. La belleza de las alfombras traspasó hace un par de años las fronteras de la provincia y llegó hasta Galicia.
Con motivo de la celebración en 2021 del Año Jacobeo, pensaron en celebrar un evento mundial en que hasta 260 localidades del mundo realizasen una alfombra, todas ellas con el mismo motivo, pero cada una de ellas realizada con técnicas y materiales diferentes. «Al principio nos parecía que nos podía quedar un poco grande. Hay gente muy especializada en hacer alfombras, pero nos dijeron que las que realizamos nosotros en Aguilafuente están al mismo nivel», explica Josefina Aragón, la vecina encargada de coordinar los trabajos tanto de esta alfombra como de las anteriores realizas con motivo de las fiesta del Corpus.
Una vez confirmaron su participación en el evento llegó el momento de comenzar a preparar su elaboración. Y eso no se hace de un día para otro. Cada una de las localidades participantes debía enviar dos propuestas con el Año Jacobeo con motivo. Hace algo más de medio año, se seleccionó uno, que es el que todos los municipios participantes debían seguir.
Con el dibujo de la alfombra ya elegido, tocaba ponerse manos a a la obra para convertirlo en realidad. Pasarlo del ordenador o del folio a una alfombra de 49 metros cuadrados. «Llevo diez días haciendo a escala las siluetas. Lo he hecho en mi casa. Luego ya las hemos montado en el lavadero», añade Josefina.
La pandemia, que ha impedido realizar las alfombras para el Corpus por segundo año consecutivo, también ha modificado su forma de trabajar. Normalmente, los vecinos se colocaban en una gran mesa bajo el porche de la plaza del municipio para cortar las flores necesarias para confeccionar la alfombra. Esta vez no ha sido posible y se ha hecho en las casas para evitar posibles aglomeraciones.
Todo el día
Con las flores cortadas y el dibujo ya preparado a escala, el sábado por la mañana comenzó el trabajo sobre la alfombra. A las puertas de la iglesia y con varios toldos cerca para protegerse del pegajoso sol de una jornada de julio, alrededor de una treintena de vecinos comenzaron con la elaboración. «A última hora ya es un poco más difícil. Además hace mucho calor, las flores están más secas y con el viento que hace algunas se vuelan», indica Josefina, que revisa una y otra vez si el material está bien colocado para que todo quede perfecto.
«Hemos utilizado tomillo, pero como ahora hace calor no lo podemos manejar como en primavera. También una planta de tabaco, que es la que bordea la alfombra y que en primavera es verde. Además hemos utilizado arizónicas o girasoles, que son las plantas que ahora dan más colorido, así como rosas o lavanda», añade. En aquellos lugares donde no podían colocar flores, como el incensario de la concha, han utilizado otros materiales, como abono o pequeñas piedras blancas.
«Ha quedado muy bonito», resalta Josefina. La alfombra fue bendecida el sábado por la tarde una vez concluyó la misa en la iglesia del pueblo y estuvo expuesta durante todo el día y también durante toda la jornada del domingo. «Como el año que viene también es Jacobeo esperamos que no sea la última vez que la hagamos», expuso. La pena es que la alfombra no se pueda conservar. «Se quedará en el recuerdo de todos los que hemos participado en este acto. Para nosotros ha sido un placer», concluye.
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