El alférez mayor aboga por el turismo cultural como «llave estratégica» del futuro

Aunque el pasado jueves ya se iniciaron algunas de las actividades en torno a la fiesta Cuéllar Mudéjar, la feria como tal abrió ayer sus puertas en el parque de la Huerta del Duque, que durante este fin de semana se convierte en toda una aldea medieval con multitud de atractivos, como un mercado artesano, exposiciones, talleres, oficios, juegos y teatralizaciones, consiguiendo así una completa recreación de lo que era la localidad en la Edad Media. La cita en buena parte se centra en la vida de mercado. En este sentido, los visitantes podrán conocer y descubrir los productos de unos 90 artesanos que elaboran sus trabajos en cera, marroquinería, vidrio o madera, entre otros materiales y donde no faltan las joyas, la bisutería, los juguetes o la cosmética. A ellos se suman comerciantes que ofrecen manjares tradicionales como hornazos, encurtidos, repostería, derivados del vino, licores, lácteos o embutidos. La muestra comercial se completa con tabernas y paradas de restauración en las que se pueden degustar carnes y viandas de la más variada tipología.

Este mercado supone un gran atractivo para todos aquellos que se acerquen hasta el lugar, como ya lo hicieron ayer cientos de personas, que además pudieron disfrutar ya de distintas actividades, como de la comitiva real realizando su recorrido desde el castillo de Cuéllar hasta el parque de la Huerta del Duque, donde el concejal de la localidad cordobesa de Lucena, Manuel Lara Cantizani, fue nombrado alférez mayor de Cuéllar. Con este nombramiento se pretende agradecer la ayuda y colaboración que desde el municipio se ha tenido con la villa cuellarana en su candidatura para formar parte de la Red de Juderías de España.

En el cortejo real no faltaban el propio alférez, autoridades municipales, la corregidora de las fiestas y sus damas, representantes de peñas y asociaciones, además de damas, caballeros y jinetes sobre sus monturas, en un número que este año se ha visto incrementado, en buena parte gracias al llamamiento realizado por la Concejalía de Turismo para que los vecinos participaran de forma activa en esta iniciativa. Tras realizar el recorrido hicieron parada en el parque de la Huerta del Duque, un frondoso bosque situado al pie del castillo que durante siglos fue utilizado como coto de caza y zona de recreo y labrantío por la Casa Ducal de Alburquerque, convertido hoy en un jardín con diferentes especies vegetales, enriquecido con estanques, fuentes y caminos de arena, que proporcionan mayor realismo a la cita mudéjar, y que al mismo tiempo complementan la variada y cuidada decoración con la que se engalana para convertirlo durante tres días en una pequeña aldea medieval animada por juglares, bailes, justas y torneos, conciertos, teatro de calle, exposiciones, cetrería, talleres y oficios.

La presentación del acto corrió a cargo del alcalde de la villa, Jesús García, quien, tras los agradecimientos a los asistentes y a cuantos han trabajado en la puesta en marcha de la feria, dio la palabra a Manuel Lara, que dedicó a la villa de Cuéllar bonitas palabras, además de varios poemas, un cuento medieval y varios ‘haikus’. En ellos loaba la arquitectura de la localidad, sus monumentos, como murallas, castillos o iglesias mudéjares, sus fiestas y citas más importantes, realizando guiños también a los encierros de la localidad, a su gastronomía, su mar de pinares, a sus personajes ilustres y a la exposición de Las Edades del Hombre que este año alberga el municipio.

No se olvidó de la relación que mantienen Cuéllar y Lucena y de la importancia de la judería en ambas localidades, destacando que ambas localidades se encuentran «abriendo juntas una puerta hacia el futuro con la llave estratégica del turismo cultural». Tras sus palabras, Lara y García firmaron el documento de nombramiento. Tras estos actos vecinos y visitantes pudieron disfrutar de la música tradicional, juegos medievales en la aldea infantil, una exhibición del arte de la cetrería, la llegada de las criaturas del averno, un espectáculo de fuego, danza del vientre a cargo del grupo local Nirvana y un conjuro de queimada.