La Academia de Artillería empieza el curso con 206 alumnos y el reto de recuperar «la plena normalidad»

El acto ha estado presidido por el teniente general Fernando García-Vaquero Pradal, jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, acompañado por el jefe del Mando de Artillería Antiaérea, general de brigada Enrique Silvela; el jefe del Mando de Artillería de Campaña, general de brigada Vicente Torres, y el director de la Academia de Artillería de Segovia, coronel Alejandro Serrano. La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, y el vicepresidente de la Diputación Provincial, José María Bravo, ejercieron la representación del poder civil.

Durante el curso que ahora empieza, 41 alféreces alumnos pertenecientes a la 310º promoción de oficiales del Arma de Artillería estudiarán en Segovia, a los que hay que sumar los 82 sargentos alumnos de tercer curso de la XLVII Promoción y los 83 caballeros y damas alumnos de segundo curso de la XLVIII promoción de la escala de suboficiales. En enero, después de Navidad, se les sumarán 96 alumnos de primer curso de suboficiales, por lo que la Academia de Artillería acabará el curso con alrededor de 300 alumnos, el mismo número que ha venido registrando durante los últimso años académicos.

El subdirector y jefe de Estudios de la Academia, teniente coronel Francisco José Martín Moya, fue el encargado de impartir la primera lección del curso, tal y como se viene haciendo desde hace 257 años, cuando el matemático y jesuita Antonio Eximeno Pujades, a la sazón primer jefe de Estudios del centro, se dirigió a los primeros alumnos que formaron parte del Real Colegio de Artillería. «La responsabilidad de cumplir 257 años de existencia nos exige un continuo espíritu de superación para comprobar si logramos la finalidad de la enseñanza en los ámbitos operativo, científico, técnico y de gestión de recursos. Es, por lo tanto, este espíritu el que nos mueve a analizar el entorno operativo futuro porque, inevitablemente, será el que determine la forma de acción de las Fuerzas Armadas y el que defina los pilares de su formación», dijo Martín Moya.

Después del Homenaje a los Caídos por España y la interpretación del himno de los artilleros, un desfile de la unidad de alumnos al mando del comandante Guerrero cerró el acto en la renovada plaza de la Reina Victoria Eugenia.

Tras la pandemia, la vida académica de los artilleros tiene entre los principales retos del curso recuperar la normalidad, dentro de la prudencia y con las medidas necesarias para garantizar la seguridad sanitaria de todos los componentes de la Academia, alumnos, profesores e integrantes de las unidades de Artillería que a lo largo de un curso suelen pasar por el centro de estudios militares segoviano. «Estamos intentando desarrollar el plan de estudios con la mayor de las normalidades, con las distintas y las debidas precauciones, y los alumnos siguen sus actividades habituales, tomando sus clases y realizando los mismos ejercicios de instrucción y adiestramiento, tanto en el interior de Segovia como en el exterior, en otras unidades, tal y como teníamos programado antes de la pandemia», dijo el director del centro.

El coronel Serrano no se quiso pronunciar sobre el futuro de la Base Mixta («ese asunto queda fuera de mi ámbito», se disculpó), pero sí sobre el de la propia Academia de Artillería, que está garantizado. «La Academia no tiene ningún problema. Estamos como hemos estado durante 256 años, enraizados en Segovia, y tenemos un proyecto de futuro en todos los órdenes, no solo en el educativo, de formación. En la Academia hay un centro de simulación que en breve va a cumplir veinte años y es un centro de referencia para todas las unidades de Artillería de España. Por otra parte, está nuestra vinculación y colaboración con la ciudad en el orden social y cultural, más que demostradas», dijo el director.

Sobre una hipotética ampliación del centro, Serrano lo descarta, al menos por el momento. «Tenemos las instalaciones que necesitamos, por un lado San Francisco, y, por otro, el polígono de Baterías, donde se alojan nuestros alumnos y están las aulas adecuadas, los simuladores adecuados y los espacios necesarios para las prácticas. Ahora mismo, no tenemos necesidad de crecer, ni espacios para hacerlo tampoco».