La vanguardia tecnológica del Ejército del Aire pasa por El Espinar

A 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar, el viento ruge con violencia. Estos días ha arrecia a más de 100 kilómetros por hora. Lo saben de buena tinta y de primera mano porque la Agencia Estatal de Meteorología tiene radicado en este punto una de sus estaciones de control. La sensación térmica es de intenso frío. Tan solo unos kilómetros más abajo, temperatura puede ser entre ocho y nueve grados más alta. Sobre un escarpado de rocas, en un paraje agreste que se alza entre los bosques serranos sobresalen y se alzan al cielo unas plataformas de antenas a las que Eolo ni siquiera llega a inmutar.

Son solo la punta del iceberg, la parte más visible del Acuartelamiento Aéreo Alto de los Leones, donde tiene su base operativa la Escuadrilla de Transmisiones número 3 del Ejército del Aire. Aunque por el trabajo que ejecuta, por sus equipos, por su estratégica localización geográfica y por la preparación de sus dotaciones personales y tecnológicas bien podría ser la número uno. La mejor del país. O al menos, de las más relevantes

Sus responsables sacan pecho y hablan con orgullo de las instalaciones y de las múltiples tareas que acaparan. El capitán Juan Carlos Gutiérrez asegura que «el Ejército del Aire está en la vanguardia a nivel tecnológico». Y en esa posición puntera tiene mucho que ver y que decir el trabajo «oscuro» que se desarrolla en este acuartelamiento.

Un gran desconocido

Oscuro, sí, porque incluso en el ámbito militar se desconoce la trascendencia que puede adquirir la misión que ejecuta. Y oscuro porque quizás usted ignoraba la existencia de estas dependencias en la provincia. Sin embargo, las instalaciones forman parte del paisaje de Guadarrama y de las redes de sistema de comunicaciones del Ministerio de Defensa desde hace más de medio siglo. En 2015 cumplió cincuenta años de actividad. Luego, están sus peculiaridades, que no son pocas.

La primera, es que el 80% del complejo militar está ubicado en territorio segoviano de El Espinar, mientras que la parte de la entrada está enclavada en el término madrileño de Guadarrama. Desde su atalaya del Alto del León se divisan ambas poblaciones a uno y otro lado. Y si hubiera que dibujar un triángulo, la extensión de estas instalaciones del Ejército del Aire tendrían casi otro vértice más en Castilla-La Mancha.

Otra singularidad, que además trae un poco de cabeza, es que la toma de agua del acuartelamiento se hace a través de la cuenca del Tajo, mientras que vierte a la del Duero. Temas administrativos con los que han de lidiar. El personal se multiplica en sus labores. En la jerga militar lo llaman gorros. Son los desempeños varios y responsabilidades diversas que suman los integrantes de la escuadrilla. Esa abundancia de gorros obedece a que hay mucho tajo y no tantos profesionales como se desearía. Una circunstancia que, por otro lado, no padece en exclusividad la plantilla de la base del Alto del León.

Ya en clave meramente militar, su ubicación en prácticamente el centro peninsular convierte al Acuartelamiento Aéreo Alto de los Leones en un lugar estratégico para las transmisiones de Defensa. El capitán Gutiérrez destaca que ahora mismo esta unidad es el «único centro nodal atendido» que posee el Ejército del Aire en España. Los otros carecen de personal dedicado a su mantenimiento y control durante las 24 horas del día y los 365 días al año.

Más preparados

Esa presencia y vigilancia constantes dan testimonio de la importancia que posee la Escuadrilla de Transmisiones número 3 del Ejército del Aire dentro del complejo entramado de comunicaciones que configuran el denominado Sistema de Telecomunicaciones Militares del Ministerio de Defensa.

Ese papel empezó a ser crucial cuando el Estado decidió refundar las redes con las que transmitía cada ejército en aras de una mayor interoperatividad. «Por aquí pasan muchas señales entre diferentes bases y acuartelamientos», bosqueja el brigada José Luis Martín. «Es un núcleo central» para el Ministerio que ahora dirige María Dolores de Cospedal, apostilla el portavoz.

La formación constante y la adaptación profesional se antojan claves en el engranaje de la operatividad del acuartelamiento. El capitán José Luis Gutiérrez detalla que la cualificación predominante es la de mecánicos de electrónica. Pero en la escuadrilla también conviven mecánicos de aviones, ingenieros, personal civil laboral, plantilla específica de seguridad y defensa... Los cursos de comunicaciones aplicados a distintos aspectos equivaldrían a un grado superior.

Pero la preparación va más allá. Para muestra, el botón del propio brigada José Luis Martín, quien ejerce la función de responsable del negociado de comunicación social tras haber recibido la instrucción pertinente. Asimismo, «he tenido que implementar una formación medioambiental» que pone de manifiesto la compatibilidad entre la actividad que se desarrolla con el nivel de protección que exige un entorno declarado Parque Nacional y que es Patrimonio de la Unesco como Reserva de la Biosfera.

Se preguntarán cuál es la misión principal de la base que la hace tan importante. Es, a grandes rasgos, «el mantenimiento de las comunicaciones». Esa conservación se divide en las tareas preventivas y en las correctivas. «Los controles son necesarios para que fallen lo menos posible», apunta el máximo responsable del acuartelamiento. También es imperiosa la actualización y renovación de la tecnología.

Esos deberes hacen que este personal «se recicle permanentemente y sea más especializado», si se compara con los otros departamentos. «Nuestra misión demanda rapidez y nos adaptamos a ello».

Interconexiones protegidas

En cuanto a la capacidad de interconexión radio, la unidad es «prácticamente el nodo con mayo número de interconexiones, todas ellas protegidas». Esto quiere decir que por su sistema transita no solo la información que viaja de sur a norte, sino «toda aquella que sea necesaria de cualquier sitio de España para el Ministerio de Defensa».

Otro de servicio especialmente importante que presta la base es «la mensajería con la que el mando hace llegar las órdenes a sus unidades». El Alto de los Leones hace posible esta transmisión para un gran número de entidades del Ejército del Aire. A su vez, posibilita las comunicaciones con las aeronaves del espacio aéreo español, al que se da cobertura desde esta unidad.