El PP critica que no haya fecha para el final de la reforma de la estación de autobuses

Durante los últimos días festivos, cientos de turistas han llegado a Segovia en autobús. Sin embargo, no se han podido bajar en la terminal, sino en el Paseo de Ezequiel González, porque aún no han finalizado las obras, un proyecto que acumula «una serie de problemas y retrasos y en el que el equipo de gobierno socialista lleva invertidos miles de euros, también derivados en parte de sentencias judiciales desfavorables», critica el grupo del PP en el Ayuntamiento.

La obligación de desmontar las marquesinas, con «un desembolso cercano a los 300.000 euros más las costas del proceso judicial» y la adjudicación de las obras a la empresa Yara 1999, en junio de 2016, están alargando la finalización de los trabajos, porque «según anunció a bombo y platillo el equipo de Gobierno municipal socialista, la intervención duraría seis meses, con lo que tendríamos que estar a punto de presenciar su inauguración», matiza el grupo que encabeza Raquel Fernández. Pero lo peor, señala, es que el plazo está a punto de cumplirse y «la obra no estará acabada en el plazo previsto y desconocemos la fecha concreta de finalización».

Por eso, recuerdan a la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, diferentes aspectos que «parece obviar para no dejar en evidencia su nefasta gestión y el incumplimiento de sus compromisos con los segovianos». Entre ellos, la última sentencia desfavorable para el Ayuntamiento conocida en septiembre, derivada de la demanda interpuesta por la comunidad de vecinos de los edificios anexos a la estación, que obligó al Consistorio a asumir la reparación de los daños estructurales en los dos sótanos y parte de los edificios de viviendas, que «supondrá el desembolso de casi 400.000 euros, que sumados a los 300.000 euros de la fallida marquesina suponen una cantidad de 700.000 euros, salidos del bolsillo de los segovianos por la falta de diálogo». Por otro lado, el Partido Popular también cuestiona «la idoneidad» del cubrimiento de la campa con una estructura metálica y material textil. «Cabe plantearse si es necesario cubrir la totalidad de la superficie o se podría prescindir de la cubrición de parte central, que es la que cuenta con mayor altura y que únicamente sirve para la circulación de los vehículos, no para la carga y descarga de viajeros». Para los populares, esta situación acarrearía una serie de ventajas, como la mejora la ventilación, reducción del impacto visual y el coste de la obra de forma notable, además de reducir posibles problemas estructurales en los pilares del sótano y evitar tapar vistas a los vecinos.

Los populares también han recogido el «malestar» de los vecinos tanto por la impermeabilización llevada a cabo en la campa como por la obra en general, que califican de «chapuza». Según el grupo del Partido Popular, los vecinos consideran que el Consistorio «está incumpliendo con las servidumbres a perpetuidad de luces y vistas que tiene el edificio en general y cada uno de los propietarios de las viviendas en particular, que están reconocidas en cada una de las escrituras privadas de propiedad».

Los vecinos también han transmitido a los ediles populares que el Ayuntamiento debe pedir permiso en todo lo que afecte a elementos comunes y estructurales, aspecto que «se salta continuamente».