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El músico segoviano ensaya con el xilófono. PFP/ ICAL

Un percusionista para mil ritmos

El músico segoviano Eugenio Uñón es polifacético por propia decisión y vuelca su talento como percusionista en diferentes formaciones de folk, pop, rock, clásico o barroco

Javier de andrés/ ical

Miércoles, 17 de agosto 2016, 11:26

Cuando un instrumento musical como la marimba ocupa la mitad del salón de tu casa es que tu mundo gira en torno a ella. Pero en el caso de Eugenio Uñón (Segovia, 1976) hay que utilizar una perspectiva más global. Profesor de conservatorio en Getafe desde hace seis años, se define percusionista «por vocación» y forma parte de una docena de grupos musicales, además de realizar colaboraciones con diferentes orquestas, componer bandas sonoras para cortometrajes o audiovisuales y, ahora, estudiar dirección de orquesta. Y además los ensayos, incluidos los del grupo de teatro al que pertenece.

«La percusión es mi modo de vida, me enganchó desde pequeño», asegura Uñón, que no oculta su pasión por todos los estilos musicales sin dejarse ninguno. «Cuando dejo de hacer algo siento que me lo estoy perdiendo», dice, a la vez que encuentra una relación entre partituras, melodías e instrumentos de distintas concepciones musicales porque se retroalimentan unos con otros.

«Al final no dejan de ser doce notas combinadas de diferentes maneras con diferentes ritmos», explica Uñón para justificar su pasión por la mezcla de estilos refiriéndose al sistema temperado, el que se toma como referencia para la afinación en la música occidental.

Aunque la mayor parte del tiempo sobre los escenarios Uñón los pasa acompañado por las decenas de colegas con los que toca en cada uno de los grupos y orquestas con las que colabora y da sonido a la marimba, un instrumento de percusión originario de Guatemala. En su versión de concierto, la marimba cuenta con 61 láminas de madera de palo de santo dispuestas como un piano de las que se extrae el sonido mediante mazas, cuya punta está coronada por una bola recubierta por diferentes materiales según el gusto o el tono que se busca en las diferentes interpretaciones.

Un marimbero puede utilizar hasta cuatro mazas al mismo tiempo para sus conciertos y aunque el propio Eugeni Uñón reconoce que es un «instrumento muy complicado y que requiere muchas horas de estudio», «defender un concierto de marimba tú solo es una pasada», añade.

Nació y creció Uñón en Segovia, una ciudad en la que varias decenas de grupos musicales superviven gracias a conciertos, festivales o simplemente por el mero hecho del disfrute entre amigos. Uñón, que ha recorrido buena parte de la geografía nacional y una decena de países, no conoce un movimiento similar teniendo en cuenta el tamaño de la provincia y lo cataloga como «sorprendente» y asegura que «hay muchísima gente que trabaja muy bien tanto en lo clásico como en rock o jazz y que trabaja con gente muy importante», explica. Para encontrar los motivos de esta proliferación e interés por la música apunta, entre otras cosas, al «estilo de vida de los músicos que puede resultar atractivo» y, fundamentalmente «a la gran cantidad de festivales de todo tipo que hay en la ciudad».

Por si fuera poco el tiempo que le dedica a la música, Uñón también tiene inquietudes teatrales y forma parte de la compañía Tanteas pero además y mezclando las tablas con la música, participa en un espectáculo con el actor Fernando Cayo como músico en una obra llamada La terapia definitiva que lleva representándose nueve años.

En el ámbito de la composición para audiovisual «un campo que me gustaría explotar más», apunta Uñón, es responsable de varias bandas sonoras de documentales para televisión y promocionales. Además en la actualidad prepara la banda sonora de un cortometraje dirigido, precisamente, por Fernando Cayo y que se rodó en Segovia.

Dirección de orquesta

La formación es el nexo indispensable que une a todos los músicos profesionales en torno a sus instrumentos aunque, sostiene Uñón «si hacemos una encuesta entre los músicos de conservatorio que salen, la mayoría dice que lo que quieren es tocar y no enseñar», expone pero «este es un mundo en el que cierta estabilidad viene muy bien», dice. En un paso adelante en su desarrollo profesional, la siguiente etapa para Uñón es la dirección de orquesta. «Todo es evolución en la profesión», mantiene y «el director tiene que conocer todos los instrumentos y todos los parámetros de la música. Comprendes la música desde otro punto de vista», expone.

Si sus compañeros del Nuevo Mester de Juglaría, La Órdiga, Free Folk, El nuevo ensemble de Segovia y La bandada Mancini, entre muchos otros, se lo permiten, Eugenio Uñón completará en dos años un Máster en dirección de orquesta que, seguro, no es más que unanu

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