Malestar entre los caballistas por la limitación impuesta en los encierros

Los caballistas de Cuéllar no ven con buenos ojos la limitación impuesta por el Ayuntamiento para los encierros de este año. Solo veinte jinetes podrán participar en la suelta de los astados desde los corrales del río Cega, según anunció Luis Senovilla a finales de la semana pasada. La presidenta de la Asociación Cuellarana Amigos del Caballo, Ainhoa Iglesias, afirma que los jinetes no creen que toda la culpa de que un encierro salga mal sea suya, sino que existen muchos factores para que llegue o no a buen término, por lo que la medida no le parece justa, además de considerar que no garantiza que el encierro llegue completo y con fuerza a las calles.

También muestra su malestar por las formas del Ayuntamiento, que no les ha pedido opinión, sino que directamente les ha informado sobre la medida que iba a tomar, además de avisar con muy poco tiempo para estudiar los cambios. A pesar de los escasos días que faltan para las fiestas, los jinetes se han realizado varias propuestas para que no se tome esta medida, pero no se han tenido en cuenta.

Iglesias señaló que su agrupación no piensa que sea un acierto, en primer lugar porque la suelta es una de las partes más bonitas del encierro de Cuéllar, «lo que le hace diferente de otros. Y si tu quitas lo particular de nuestro encierro, este se convierte en uno más», apunta, al tiempo que recuerda que este momento reúne cada año a miles de personas a caballo, a pie o en coche, ya que es una de las partes más emblemáticas y con este cambio «podría perder fuerza».Para Amigos del Caballo ,la medida no tiene sentido, puesto que el encierro igualmente puede realizar el trayecto completo y fuerte o no. «Lo que tenemos que hacer es proteger nuestro encierro», apuntó Iglesias, quien solicita medidas que salvaguarden el trayecto que los astados realizan por el pinar de forma tradicional.

Tampoco queda claro si un máximo de veinte caballistas serán suficientes para controlar el ganado en la salida, pues la manada puede salir dispersa ya desde el inicio y complicar las labores de su traslado. Iglesias señaló que habitualmente el encierro lo componen unos ocho bueyes y seis astados, un total de catorce animales, y que si se escapa un toro aún quedarían 17 jinetes, pero en el caso de una mayor dispersión la medida «podría ser un fracaso». También señaló que habitualmente los astados de los encierros de Cuéllar se encabestran con cuatro jinetes, pero apuntó que «están solos en el campo, no hay coches, gente ni ningún movimiento extraño», mientras que en Cuéllar esos factores están presentes. «El toro en el campo, en su hábitat natural, no suele dar problemas, pero en el momento en que la gente intercede en su camino puede cambiar», apuntó.

Iglesias considera que las masificaciones hay que saberlas controlar, «y todos tenemos cabida, si hay buena organización». Por eso, reclama el derecho de los caballistas a participar en el encierro, el mismo que los corredores de cualquier punto del tramo urbano.

Poco valorado

Asimismo, destaca que en muchas ocasiones no se valora el trabajo de los caballistas, y en ese sentido recuerda situaciones como la vivida el año pasado, cuando un jinete se cruzó por delante de la manada para evitar que los astados entraran al pueblo antes de tiempo, cuando aún no se encontraban cerradas las calles. También destacó que están cubiertos por su seguro y no por uno municipal, ya que se exponen por voluntad propia.

Por su parte, la Asociación Amigos del Caballo ha convocado a sus miembros a una reunión informativa mañana por la noche. Hasta entonces, entre los jinetes hay diferentes posturas, aunque como entidad se va a apoyar el encierro de Cuéllar. «Aunque no compartamos la decisión, la tenemos que respetar», apuntó la presidenta, que también señaló que existen otras medidas que se pueden tomar y que «no destruyen nuestro encierro».

Por su parte, la entidad de promoción A Caballo, la otra agrupación cuellarana que reúne a buen número de aficionados, tras conocer la medida, se ha celebrado una asamblea extraordinaria, en la que se ha tomado un acuerdo que, de momento, no van a hacer público, según señaló su presidente, Luis Ángel García. Esta decisión obedece a que se pretende consensuar una postura con la Asociación Amigos del Caballo, con el fin de «ir sumando».

Una vez que las posturas de ambas asociaciones se pongan en común, se determinará si se realiza alguna acción conjunta. En caso contrario, A Caballo, hará pública su postura en los próximos días. Hasta entonces, lo que sí avanzó García es que la medida no es de su agrado.