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La mezzosoprano madrileña María José Montiel. Fernando Vázquez Morago
«En el extranjero la gente se vuelve loca con nuestro patrimonio musical»

«En el extranjero la gente se vuelve loca con nuestro patrimonio musical»

La artista interpretará esta noche, en el Alcázar, «melodías de terciopelo puro e ideales para una noche de verano»

C. B. E.

Sábado, 23 de julio 2016, 11:49

El Festival de Segovia recibe esta noche a la mezzosoprano María José Montiel (Madrid, 1968), Premio Nacional de Música 2015, que ofrecerá en el Patio de Armas de El Alcázar, a las 22:30 horas, el recital Terciopelo.

Llega al Festival de Segovia, al Alcázar, en un ciclo muy ecléctico en cuanto a estilos y géneros. ¿Qué aporta su Terciopelo a este crisol de músicas y artistas?

En una programación tan ecléctica e interesante como la del Festival de Segovia, podríamos decir que nuestro recital aporta el perfume de la música clásica, además con un repertorio muy variado estilísticamente: una primera parte de música española y tras la pausa un primer bloque que incluye algunos clásicos de la música brasileña, inspirándome en el disco Modinha, que grabé hace unos años y que fue finalista a los premios Grammy. Para terminar el recital he reservado la música francesa, un repertorio que ha significado muchísimo en mi carrera. En definitiva, son todas canciones bellísimas, de gran calidad musical y de gran profundidad. El público podrá disfrutar de unas melodías de terciopelo puro, e ideales para una noche de verano.

El repertorio está construido sobre música popular de Falla, Turina, Granados ¿Concibe el espectáculo como un homenaje necesario a estos compositores españoles? Lo pregunto porque a veces España se olvida de su patrimonio musical.

Efectivamente, en el primer bloque de música española interpretaré canciones de Manuel de Falla, Joaquín Turina y Enrique Granados, de quien este año se conmemoran los 100 años de su fallecimiento. La música española ha sido fundamental desde los inicios de mi carrera; creo que es una obligación para un artista el fomentar y divulgar la música de su propio país. La nuestra sin duda es una música que no está suficientemente valorada en España, sin embargo fuera de nuestras fronteras la adoran; siempre que la interpreto los teatros se vienen abajo del entusiasmo y fervor del público. ¡La gente en el extranjero se vuelve absolutamente loca con nuestro patrimonio musical!. Por este motivo, durante toda mi trayectoria artística he procurado incluirla en mis recitales, no solo la canción o la música sinfónico-vocal española, sino también la zarzuela. Más allá de esto, a mí me encanta, me gusta muchísimo, tanto escucharla como interpretarla, porque me llega al corazón. Creo que en el marco segoviano, en el Alcázar, donde ya cante hace muchos años, le viene como anillo al dedo.

Usted es una de las Cármenes más reconocidas; también hace poco ha interpretado a María Moliner. ¿Hacen falta más mujeres en el mundo de la música clásica?

La presencia de las mujeres no solamente es necesaria en el campo de la música; su presencia es fundamental en todos los sectores de la sociedad; es cierto que se ha avanzado mucho en este terreno, pero en el mundo en general todavía hay un gran déficit de presencia de mujeres en el campo socioeconómico, artístico. El hombre y la mujer, por justicia, deberían estar presentes al cincuenta por ciento, aportando cada uno toda su sensibilidad y experiencia como seres humanos. En el ámbito que nos ocupa, el musical, sin duda la mujer ha estado, salvo en casos excepcionales, menos presente que el hombre. Hacen falta más directoras de orquesta, directoras de escena, directoras artísticas o intendentes. Hubo un tiempo en el que en las filarmónicas de Viena o Berlín no había mujeres, algo inaudito, que por suerte ha cambiado, pero que debe evolucionar más. En cualquier caso, no solo en el mundo musical, sino en todos, hay un gran camino por recorrer todavía.

El formato que ofrecerá en su actuación varía del de los grandes teatros. ¿La cercanía con el público impone más respeto o esa intimidad le motiva?

El formato del recital o concierto lo he fomentado muchísimo a lo largo de toda mi carrera. A los 19 años hice mi primer recital en el Ateneo de Madrid, y podríamos decir que fue mi debut absoluto. Es un formato en el que me encuentro absolutamente cómoda. Acompañada por un piano u otro instrumento como el arpa, etcétera es música de cámara en estado puro. La cercanía del público en un marco tan íntimo es algo que me motiva muchísimo, que me inspira; cada canción que canto es como una pequeña obra de arte, una joya, una historia que voy contando. Me siento absolutamente metido en el personaje de esa canción.E un formato que me hace muy feliz. Es la música en estado puro, la voz acompañada de un instrumento.

Retroceso por los recortes

Usted que recorre y conoce los auditorios de España, ¿cuál el estado de salud de la escena clásica?

Lo cierto es que ha habido un retroceso en los últimos años por los recortes en cultura, por el aumento del IVA, y por un descuido general que hay en nuestro país por fomentar la cultura. En cualquier caso, todos los que nos dedicamos al mundo de las artes, intérpretes, pìntores, escritores seguimos y seguiremos luchando para que esto cambie. En lo personal, yo procuro siempre poner mi granito de arena llevando la música por todas partes en las que puedo. Recientemente, la semana pasada, participé en un concierto benéfico en el que interpretamos una Novena Sinfonía de Beethoven en un campo de refugiados de Hamburgo; fue una experiencia maravillosa y emocionante que me dio mucha paz. Los conciertos o recitales benéficos me llenan el alma porque sé que con la música ayudamos a que este mundo sea mejor.

A veces se critica un cierto elitismo. ¿A lo mejor es que falta educación y formación?

Sin duda, hay una falta de educación y de formación en nuestro país. Al público, al joven o al no tan joven, pero al público en general que va por primera vez a ver una ópera o a escuchar un concierto, habría que explicarle un poco lo que va a ver, el argumento (si es una ópera), el contexto histórico en el que fue compuesta, el estilo del compositor Si uno se informa y se prepara un poco acerca de lo que va a ver, con toda seguridad va a disfrutar muchísimo más. En el caso de la ópera, por ejemplo, no hay que tenerle miedo; hay que pensar que en realidad nos cuenta historias de vida, de amor, de desamor, de celos, de traición, de lealtad, de muerte, de vida. En la ópera ocurre lo que nos pasa en la vida cotidiana. En España, como ocurre en otros países de Centroeuropa, se debería proteger mucho más la educación y la cultura. Hay que enseñar a los niños desde pequeños a amar la música, a ser más curiosos. La música y las artes en general nos ayuda a ser mejores personas. También habría que dar más ayudas a los jóvenes para que pudieran obtener entradas más asequibles para ver ópera o ir a un recital o a un concierto sinfónico. No me gusta la idea de que la ópera, la música en general o cualquier arte es elitista, es simplemente un problema de educación.

¿Cómo cuida su voz? ¿Hay mucha diferencia con respecto a un recital de ópera, por ejemplo?

La voz la cuido bebiendo mucho líquido, especialmente agua. En las ciudades con clima seco procuro tener un humidificador en la habitación del hotel u apartamento; descansando las horas correspondientes; el día que canto procuro hablar lo menos posible; cuando no estoy cantando en un teatro procuro vocalizar un rato todos los días. Procuro también descansar la voz el día siguiente de una función de ópera o de un concierto o recital.

¿Alguna superstición antes de subirse al escenario?

La verdad es que no tengo supersticiones; tengo mis costumbres o ritos como tener agua en el camerino, fruta que me aporte potasio como plátanos. Necesito comer algo antes de ir a cantar o en la pausa.

Por lo demás, siento una enorme alegría regresar al Festival de Segovia y cantar para el público segoviano.

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