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Edificio de la antigua biblioteca de Segovia, que se convertirá en Casa de Lectura.ICAL
La cárcel de Lope de Vega ya es de propiedad municipal

La cárcel de Lope de Vega ya es de propiedad municipal

El inmueble, que data del siglo XVI, pertenecía a la Administración General del Estado, que lo destinó durante 68 años a biblioteca

el norte

Miércoles, 29 de junio 2016, 21:22

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El Ayuntamiento de Segovia incorpora a su inventario de bienes inmuebles el edificio denominado Cárcel Vieja, ubicado en la calle Juan Bravo, en pleno centro de la ciudad, y cuya propiedad ostentaba hasta ahora la Administración General del Estado, que destinó en 1948 las dependencias a la Biblioteca Pública y sala de lectura.

A partir de ahora, y con la inauguración de las nuevas instalaciones de la biblioteca en el barrio de Nueva Segovia, este edificio del siglo XVI, que fue una cárcel en la que estuvo preso, entre otros, Lope de Vega, pasa a depender del Consistorio segoviano. El edificio se convertirá en la Casa de la Lectura y el Ayuntamiento pretende que las salas acojan una biblioteca conectada en red con otras nacionales e internacionales. Clubes de lectura, presentaciones de libros, tertulias, talleres, animación lectora, espacio expositivo y sala de visionado y audición serán algunas de las actividades que desarrolle el Ayuntamiento, según explican fuentes municipales. Está previsto que en septiembre la nueva Casa de Lectura abra sus puertas y hasta ese momento, el Ayuntamiento irá acondicionando las dependencias.

Cuatro siglos de reformas

El edificio situado entre las calles de Juan Bravo, José Canalejas, Herrería y la escalinata de la iglesia de San Martín ocupa un espacio donde, según la ficha del Plan Especial de las Áreas Históricas, estuvo a finales del siglo XI, después de la repoblación de Segovia, un monasterio de monjas cistercienses. También estuvo en el solar la desaparecida iglesia de San Briz. Más tarde, sin que el documento del plan especial cite fechas, se ubicó en este lugar la Cárcel Real, «compuesta por un conjunto de edificios y dependencias de diferentes alturas y materiales que prácticamente llegaban al pórtico de la iglesia vecina. Este hecho propiciaba que fueran muchos los que de allí se fugaban».

La ficha, sin embargo, menciona que debido al mal estado del edificio el Consejo decidió su derribo y reconstrucción a la vez que la reordenación de las calles contiguas, y aunque no indica los años, indica que fue objeto de obras de reforma y ampliación en los años 1498, 1524, 1560 y 1585., Luego, añade que en la última década del siglo XVI se llevaron a cabo las primeras obras de remodelación de cierta importancia, con el cambio de lugar de la entrada, que estaba enfrente de la iglesia de San Martín, para situarla en la actual calle Juan Bravo. Sería entonces cuando se hizo la fachada en piedra de granito procedente del río Ciguiñuela.

«Las obras se prolongaron durante el primer tercio del siglo XVII, bajo la dirección del aparejador mayor de las obras reales y del obispado de la ciudad, Pedro de Brizuela», precisa la ficha urbanística. En 1737 se reformó la fachada para sustituir los emblemas heráldicos de los Austrias por las tres lises de los Borbones y entonces adquirió «la fisonomía exterior que todavía hoy se puede apreciar. De lo que debió ser el primitivo edificio no se conserva ya nada, excepción hecha de las rejas de las ventanas». En el interior, tras el zagúan hay un arco románico procedente de la antigua ermita de San Medel, un artesonado que es copia del de la iglesia de San Millán y, en la actual sala de lectura, una lápida recuerda la estancia en la cárcel de Lope de Vega.

La Biblioteca Pública fue fundada en 1842 con los fondos procedentes de las desamortizaciones de Madoz y Mendizábal y cien años después, en 1942, el Ayuntamiento cedió el inmueble al Estado para su uso como Palacio de Archivos y Bibliotecas, que fue inaugurado el 2 de febrero de 1948 tras las obras de adaptación realizadas entre 1943 y 1947.

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