Muere Sor Mercedes, una de las monjas que más años llevaba en un convento de clausura
Natural de Cantimpalos, tenía 103 años y había ingresado hace 75 en la congregación de San Juan de Dios de Segovia
cristina vega
Sábado, 9 de abril 2016, 12:02
Sor Mercedes, religiosa del convento de San Juan de Dios de Segovia y una de las monjas que más tiempo llevaba en clausura, ha fallecido a los 103 años. La misa de funeral, oficiada en la iglesia del convento, fue concelebrada por seis sacerdotes: el vicario de las religiosas, el confesor, el capellán y dos sacerdotes de Cantimpalos. Durante la eucaristía, a la que asistieron familiares y amigos de la fallecida, las religiosas de la congregación entonaron bellas canciones desde el coro.
Al finalizar la misa intervino una de sus sobrinas: «Tía Bernarda ha sido una mujer centenaria, con un envejecimiento lento y una longevidad saludable. En esa larga vida da tiempo para hacer muchas cosas, yo solo quiero destacar dos: su valentía y su amor a Dios y a la familia», señaló. Mujer de oración contemplativa, tenía siempre presente a la familia en sus oraciones, y cuando recibía sus visitas se mostraba alegre y jovial, pendiente de todos los acontecimientos: bodas, nacimientos, comuniones, bautizos y, sobre todo, de cómo iban creciendo los niños. Siempre le llenó de orgullo decir que era de Cantimpalos, de la familia Garrido.
Fue el 28 de octubre de 1941 cuando Bernarda Garrido hizo los votos para entrar en el convento de clausura de San Juan de Dios, adoptando el nombre de Sor Mercedes. Dedicada a la oración y al trabajo, fue una persona servicial a la comunidad de religiosas, ejercía de bordadora, labor que alternaba con la bollería casera, y hasta que la vista se lo permitió hacia la lectura espiritual mientras el resto de hermanas cosían.
Laboriosidad incansable
Era una de las monjas que más tiempo llevaba en un convento, pues 75 de sus 103 años los pasó en clausura. Mujer de profunda vocación, laboriosidad incansable y hábitos disciplinados, alcanzó los 103 años con plena lucidez. En esta última etapa de su vida, solo aspiraba a servir a la comunidad de religiosas y a la Iglesia mediante la oración.
En la celebración de su centenario, en agosto de 2012, estuvieron presentes prácticamente todos los familiares. Al preguntarle por su longeva vida, decía sentirse orgullosa de llevar el apellido Garrido, uno de los más arraigados en Cantimpalos, pues tiene una herencia genética de gran longevidad. Varios miembros de la familia han superado la barrera de los 103 años y una tía suya llegó a cumplir 107. Según el testimonio de las monjas del convento, Sor Mercedes «fue una persona entregada a Dios, una mujer singular, querida, alegre, enérgica, decidida, inteligente, servicial, una verdadera religiosa». A pesar de la edad, añadieron, «ha mantenido intactas las facultades mentales. Cuando le llegó la hora de la muerte, Dios le concedió la gracia de morir con la misma lucidez mental con la que había vivido durante su vida, agradecida, alegre y consciente de su pascua a la eternidad».