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Jesús Senra, Marc Ros y Axel Pi, en una fotografía promocional del nuevo disco de Sidonie ‘Sierra y Canadá’.

«Lo de componer para uno mismo es una patraña, lo que buscas es comunicar»

La banda catalana actúa esta noche, a las 22 horas, en la Sala Beat, donde ofrecerá casi veinte años de canciones

nacho barrio

Jueves, 19 de noviembre 2015, 11:26

Sidonie tiene ese privilegio, del que solo presumen los grandes, de aportar canciones a la banda sonora de muchos jóvenes cada vez más talluditos. Los años pasan también para el trío catalán, que se subirá hoy a las 22 horas al escenario con los nervios de la primera vez. Cantarán Costa Azul, Un día más en la vida, El incendio y todos esos temas que traen recuerdos de un tiempo pasado no siempre mejor. Un concierto de los imprescindibles para poner música a una realidad que se empeña en censurar la alegría. Sidonie pondrá su grano de arena, usted pondrá el resto.

Cuénteme qué se encontrarán aquellos que vayan al concierto de hoy en la Sala Beat Club.

Verán todo lo que ofrecemos en el final de gira. El repertorio mezclará las canciones del nuevo disco con las míticas y algunos temas nuevos. Es un concierto muy rodado, llevamos casi cien noches detrás y como músico ya no tienes que pensar, te limitas a disfrutarlo. Y hemos pensado en disfrutarlo también en Segovia.

¿Por qué han decidido hacer parada en la capital?

Tenemos muy buena relación con Quique Santana, pero hacía tiempo que no pasábamos por la ciudad. Creímos que valdría la pena llegar hasta Segovia con motivo del final de gira porque ocurre como con Torelló, que es un sitio muy pequeño cerca de Barcelona al que vamos porque tenemos un vínculo y nos gusta, como pasa con Segovia.

¿Van pesando los meses de gira que llevan a la espalda?

Es curioso porque al disfrutar tanto al subirnos al escenario no notamos el cansancio. Da cierto palo salir de casa, dormir fuera y todo eso, pero como sabes que vas a hacer algo que te divierte y hace disfrutar a la gente... Ahora mismo nos tomamos cada concierto como una fiesta.

Ya son dieciocho los años que cumple Sidonie, la criatura ya es mayor de edad...

[Risas] Sí sí, es una pasada. Realmente no nos detenemos a pensar mucho en esto, aunque la gente nos lo recuerda en plan «oye, que dentro de dos años hacéis veinte». Preferimos gozar de esto, que es muy bonito, y seguir trabajando día a día, porque somos un grupo realmente currante, nos pasamos el día entero en el local de ensayo. Sí que hay algún momento en el que nos vamos a tomar unas copas y recordamos toda la historia pasada, poniéndonos tiernos y contando batallitas, pero no suele ser lo habitual.

Eso sí que es propio de la edad.

Totalmente, es bonito porque todos estamos rondando los cuarenta y disfrutas con más serenidad.

¿Se relaja más sobre el escenario con cuarenta o sigue siendo aquel que empezaba en el 97?

Yo me pongo histérico ante cualquier escenario y ante cualquier audiencia- En Navidad delante de mis padres, cuando toca cantar, también tiemblo. No sé cómo lo llevarán mis compañeros, pero cuando hay que hablar delante del público es un trago, aunque lo vas superando. Ese ideal romántico de cuando no sienta nervios dejaré de subirme al escenario no lo entiendo, disfrutaría más sin tanta tensión.

Frase de manual del artista.

Totalmente, pero no la comparto.

¿Lo de que el videoclip de la canción Un día de mierda lo hicieran los fans es por cansancio?

[Risas] No, no, en realidad ha sido el vídeo más costoso porque lo editamos nosotros y fue un lío. Nos llegaron un montón de grabaciones de fans y amigos y había que contar con todos. Quedó muy bien porque lo que queríamos era compartir esa canción con la gente, es un tema muy de taberna, de alzar las copas y cantar por el amor perdido.

Y lo clavan.

La verdad es que sí, era un poco extraño cantarla yo solo porque pensábamos que este tema teníamos que cantarlo todos. Al final es lo que ha calado y en el concierto será la canción más coreada.

Menos mal que uno trata luego de ser la crema...

Sí, pero hay cierta confusión. Hablamos de ese artista que quiere abrirse camino y está totalmente perdido tocando mogollón de palos sin entregar un producto sencillo y bonito. Es el personaje que te puedes encontrar en el barrio de Gracia en Barcelona o en Malasaña en Madrid. Ese pretendido artista que no consigue nada y cree que es culpa de que la gente no lo entiende. Todo artista tiene algo de eso, hay un poco de crema en todos nosotros.

En su último disco, Sierra y Canadá, se nota que están libres de ataduras. ¿Es así?

Sí, pero lo de la libertad artística hay que cogerlo con pinzas, porque cuando uno se pone a componer sabe que lo que intenta crear va dirigido a un público con el que te tienes que comunicar. Lo de yo solo hago canciones para mí es una patraña, no existe, porque tú lo que quieres es comunicarte con mucha gente, cuanta más mejor. Para empezar busco que las canciones gusten a mis dos compañeros de grupo, Axel y Jesús, después al público más fiel y luego a todos los demás.

Existe cierta transición en Sidonie, un encuentro con la realidad que deja atrás lo idílico, ¿verdad?

Uno pasa por diferentes estados y me gusta analizar las canciones que he hecho, es como una biografía musical que me parece muy interesante. No sé en qué momento se me ocurrió hacer una canción como Un día más en la vida o componer algo como Costa azul, ahora sería incapaz. Tanto el disco como la canción tienen un concepto muy bien acabado y ahora no podría hacer ese tipo de rimas o de estética, en ese momento estaba metido en lo que se canta en Costa Azul. Es bonito mirar al pasado sin llevarse las manos a la cabeza, porque estamos orgullosos de haber avanzado, nunca nos hemos anquilosado ni en el estilo ni en el discurso.

La sensación de tocar las canciones míticas y que el público se contagie confirma todo esto, ¿no?

Se consigue pocas veces, pero cuando lo logras tienes una sensación muy intensa, porque te ha costado mucho llegar hasta aquí. Soy muy lento componiendo y cuando pasa ésto es increíble.

¿Como ve el boom actual del indie español?

Hay grupos con mucho éxito que pueden llenar un Palacio de los Deportes o un Sant Jordi. El único problema que veo es que todo se queda en casa y no lo sabemos vender fuera. La internacionalización no la veo y el boom se quedará en nada si no somos capaces de que se nos escuche en Francia o en Inglaterra. Nosotros no nos lo creemos y no te hablo solo de los músicos. Los productores siguen empeñados en contratar a gente de fuera, que mueve menos gente, por mucho más dinero. Supongo que es porque somos el país de las envidias, pero es cansino. A mí me gustaría hacer giras internacionales como hacen los grupos ingleses. En España no nos creemos que tenemos talento como para poder exportarlo

Parece el eterno problema.

Así es. Perdona por el referente cultural, pero Dalí, Picasso o Juan Gris triunfaron en París porque aquí nadie creía en ellos. Nosotros hacemos música, que es el idioma de las emociones. Soy fan de los Beatles y me emocionan igual que Serrat, aunque a los Beatles me cueste más entenderlos.

¿Queda Sidonie para rato?

Ojalá, nosotros estamos muy felices juntos, somos tres amigos que hemos creado una familia. Mientras el cuerpo aguante seguiremos.

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