Un arquitecto y una directiva de una multinacional finlandesa, savia nueva para Maderuelo
«Sospechaba que la vida en el campo era mejor, pero si hubiera sabido que era así, lo hubiera hecho antes», afirma Manuel García,
Elena Rubio
Lunes, 2 de noviembre 2015, 11:14
Manuel García, arquitecto de profesión, había vivido en numerosas ciudades, entre las que destacan Berlín, Viena, Barcelona y Madrid. En la capital de España, él y su mujer Julia estuvieron a punto de comprarse una casa pero «nos ofrecían malos lugares a precios fuera de lo razonable». En el último instante decidieron irse a vivir al campo, con la idea clara de comprar una parcela y construir allí su casa porque «estábamos hartos de vivir en la ciudad, donde todo cuesta mucho, a lo que hay que añadir el estrés».
En 2007 se fueron a vivir a Maderuelo y montaron su oficina de trabajo en la Plaza Mayor de Campo de San Pedro, donde Manuel se ha especializado en realizar edificaciones muy eficientes, fundamentalmente de madera, en las que aplican tecnología centroeuropea, suiza y alemana, con «proyectos muy difíciles para la construcción normal, con un nivel de ingeniería muy alto porque el 100% es I+D», explica.
La empresa de García, Klimark (www.klimark.com), es una unión cooperativa formada por arquitectos, ingenieros, carpinteros y arquitectos técnicos ya que desde que se instalara en el pueblo también ha creado varios puestos de trabajo. Además, en 2013 fundaron Novadomus Hábitat SL (www.nova-domus.es), que les está permitiendo prefabricar y construir proyectos de gran complejidad en el centro de Barcelona, con estudios de proyectos futuros con inversores en el centro de Madrid, Navarra e incluso en Londres.
En la actualidad, la falta de edificabilidad está haciendo en las grandes ciudades que se construyan edificios sobre edificios donde la altura máxima no se había alcanzado. Este fin de semana, García y su equipo están montando unos apartamentos en el centro de Barcelona, una planta de 125 metros cuadrados a 18 metros de altura en un solo día. «Una planta de construcción normal pesa lo mismo que tres de las nuestras», explica el director de proyectos de Novadomus.
Para toda la península
El caso de Manuel García está respaldado por el de su mujer, Julia Ahvenainen. De origen finlandés, trabaja desde casa para una multinacional de procesamiento de madera y papel, una de las cinco compañías más grandes del mundo en este campo. Julia es la responsable del área de madera estructural para toda la península, un trabajo que ejecuta desde Campo de San Pedro desde hace cinco años.
Para realizarlo desde esta localidad coinciden las dos circunstancias básicas que necesitan: una buena conexión a Internet para poder desarrollar su trabajo y una buena comunicación con un aeropuerto, por la necesidad de viajar. Están a apenas una hora y cuarto del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, «el tiempo que tarda en llegar una persona que vive en Móstoles».
«Sospechaba que la vida en el campo era mejor, pero si hubiera sabido que era tan mejor, lo hubiera hecho antes», sentencia García.
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