Miles de romeros se reúnen en El Henar para festejar a la Virgen en su día grande
La agradable temperatura favoreció la afluencia de gente, muy alta desde primeras horas de la mañana
mónica rico
Lunes, 21 de septiembre 2015, 11:32
Decenas de miles de personas se dieron cita ayer en la pradera y el Santuario de la Virgen del Henar, a cinco kilómetros de Cuéllar, para celebrar la Solemnidad de la Virgen y su tradicional romería popular, una cita que se celebra cada año el domingo anterior a San Mateo y en la que por primera vez la imagen original no salió en procesión. En esta ocasión fue una copia la que ocupó su lugar, una iniciativa llevada a cabo por la Comunidad Carmelita que trata así de evitar los golpes que sufre la imagen durante el trayecto, y que no quitó ni un ápice de fervor a los romeros de la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia procedentes de los pueblos de Segovia y Valladolid que la forman.
Cuenta la leyenda...
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Aunque existen varias leyendas en torno a la aparición de la Virgen del Henar, una de las más populares señala que la talla llegó hasta el lugar en el año 67. Ante la invasión musulmana y el miedo a su destrucción, la imagen fue enterrada en el lugar, apareciéndose a un pastor en el año 1580 en las cercanías de la Fuente del Cirio, uno de los lugares más visitados durante la romería, puesto que son muchos los fieles que piensan que esta agua está bendecido por la Virgen.
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La talla original de la Virgen del Henar es una imagen románica del siglo XII, que perteneció a un poblado desaparecido que llevaba el nombre de Santa María del Henar. A partir de los siglos XVII y XVIII su devoción alcanzó gran renombre, por lo que comenzó a edificarse el Santuario que hoy regentan los padres Carmelitas, que se hicieron cargo del lugar en el año 1924.
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La Virgen del Henar es la patrona de los resineros y de la Comunidad de Villa y Tierra Antigua de Cuéllar, formada por 36 municipios de las provincias de Segovia y Valladolid, cuyos vecinos tienen un especial fervor y cariño por esta talla.
El Santuario ya se llenó de fieles en la tarde y la noche del sábado, cuando se celebró la Solemne Vigilia a la Virgen y el tradicional Rosario de Antorchas, en el que cerca de un millar de personas iluminaron la pradera contigua con sus velas. Ayer, los actos comenzaron a primera hora de la mañana, con el fin de dar cabida a las miles de personas que se asistieron a los actos. El Santuario abrió a las ocho y comenzaron las misas y confesiones, que se desarrollaron durante toda la jornada y se celebraron casi a cada hora, con el fin de evitar aglomeraciones.
Misa de campaña y procesión
Uno de los actos más seguidos por los fieles, como cada año, fue la Misa Mayor de Campaña, celebrada en la pradera, donde cientos de personas instalaron sus sillas para poder participar de la liturgia y al mismo tiempo ver la imagen de la Virgen, que presidió el acto. Durante la eucaristía, concelebrada, se mostró el gran fervor que en la zona se tiene por Nuestra Señora del Henar e incluso se leyó una poesía sobre su leyenda. Los asistentes recibieron la bendición final por el padre Ismael Arevalillo, religioso agustino que también se ha encargado de predicar el novenario que desde el pasado 10 de septiembre se celebró en honor a la Virgen.
Tras finalizar la Misa Mayor, la imagen de la Virgen fue conducida en andas hasta su carroza, donde se situó para presidir la procesión, que se prolongó durante más de dos horas, en las que recorrió las calles que rodean la pradera situada frente al Santuario. Como siempre, la procesión partió unida al ritmo de las dulzainas y los tamboriles, con cuyos ritmos decenas de fieles bailaron las tradicionales danzas. Muchos de ellos lo hicieron mirando de frente a la imagen, tal y como manda la tradición; algunos incluso portaban las populares tejoletas, unas castañuelas tradicionales en este tipo de celebraciones, que hicieron sonar al ritmo de la música.
Otros de los protagonistas de esta procesión fueron los más pequeños. A lo largo de todo el recorrido decenas de padres auparon a sus hijos hasta la carroza de la Virgen, para compartir con ella una pequeña parte del trayecto, una iniciativa que tiene como finalidad que Nuestra Señora del Henar cobije y acoja a los niños bajo el manto de su protección. Durante la procesión tampoco faltaron los gritos y vivas hacia la Virgen, conocida popularmente como la morenita, por el tono tostado de la talla, que este año lo es algo menos que en otras ocasiones, después de una restauración que ha llevado a cabo la experta Isabel Pantaleón y en la que se eliminó buena parte del betún de Judea que cubría toda la talla, además de realizar distintos arreglos en la madera y realizar varios tratamientos para su mejor conservación.
A lo largo de todo el trayecto, la imagen de la Virgen estuvo custodiada por un cordón humano de protección, formado por voluntarios que cada año ayudan a los Padres Carmelitas de El Henar en las jornadas festivas con los preparativos y los actos festivos. Entre sus labores se encuentra salvaguardar la imagen de Nuestra Señora en los momentos de aglomeración y evitar empujones en el recorrido.
Estos voluntarios también se encargan del orden en el camarín de la Virgen, una sala que durante toda la jornada estuvo abierta al público y por la que pasaron miles de fieles, que pudieron ver de cerca la talla original del Henar, además de besar su medalla o conocer la sala de exvotos, aquella en la que los devotos depositan sus recuerdos para la patrona y en la que se pueden contemplar también numerosas reliquias de la talla, como trajes antiguos o joyas y coronas, objetos litúrgicos y religiosos. Después de más de dos horas de danzas, y ante un fuerte calor, cientos de fieles se congregaron en la puerta de la iglesia del Santuario para despedir la imagen de la Virgen uniendo sus voces entonando la Salve Popular, uno de los actos más emotivos de la jornada. Finalmente, la imagen fue introducida en el templo en andas.
Comida y mercadillo
Ya durante la procesión, cientos de personas aprovecharon para disfrutar del día en la pradera y los aledaños del Santuario. Niños y mayores instalaron sus mantas, sillas y mesas por todo el lugar y disfrutaron de una comida y una agradable tarde. También muchos se acercaron hasta la zona de La Chopera, donde desde hace años se instala un popular mercadillo. En esta ocasión más de 200 puestos de venta ambulante se dieron cita en el lugar, donde los visitantes pudieron adquirir numerosos productos, principalmente de textil y calzado, aunque también bisutería, juguetes o herramientas. Los tradicionales botijos de barro han dado paso a los palos de 'selfie', aunque en este mercado se puede encontrar de todo.
No faltan las atracciones para los más pequeños ni los puestos de alimentación. Churrerías y heladerías conviven en esta popular romería, en la que también se instalan numerosos bares que trataron de refrescar el calor de la jornada de ayer. Mención especial merecen los puestos de frutos secos, todo un clásico de la romería, pues desde hace décadas era tradicional acudir a la fiesta del Henar para comprar las típicas obleas y avellanas, una adquisición que se sigue manteniendo.