El alcalde se compromete a rectificar lo que pueda para mejorar el encierro

Hace tan soólo una semana comenzaban las fiestas de la localidad, que se cerraron la noche del pasado domingo, con los fuegos artificiales, pero antes tuvo lugar la tradicional despedida en la plaza de toros, que estuvo marcada por los abucheos de gran parte del público a la Corporación municipal, aunque también por los aplausos, como el que se dio tras el minuto de silencio realizado en memoria de Juan Manuel Ruiz, fallecido el pasado domingo en el primero de los encierros de la localidad.

Sin duda, las fiestas de este año han estado marcadas por la trágica noticia de esta muerte registrada en la zona del Embudo, y que, en palabras del propio alcalde, fue una acción que empañó todas las fiestas. Desde el Ayuntamiento se estuvo en contacto con la familia en todo momento, se les facilitó el traslado del cuerpo y se solidarizó con esa pérdida tan sentida.

También en la despedida de las fiestas, el alcalde, Jesús García Pastor, pedía disculpas «desde mi responsabilidad» por las incidencias acontecidas en estas fiestas, y se comprometía a su análisis y a la rectificación de todo lo que pueda ser mejorado. Ayer realizaba un análisis más pormenorizado de estas incidencias, calificando de catástrofe lo ocurrido en el encierro del lunes, cuando sólo una res completó el encierro, después de que otras tres fallecieran en distintos puntos del mismo.

Sobre esta cuestión quiso aclarar que en Cuéllar «queremos un encierro que es el que estamos llevando a cabo a lo largo de los años y tenemos que ser conscientes de los riesgos que estamos corriendo en todos los sentidos». Señaló que se buscan animales con pureza, con casta, con trapío y con bravura, y que estos están en el campo abierto, por lo que independientemente de todas las medidas de seguridad que por parte del Ayuntamiento y los directores de campo se tomen en la selección del ganado, ese riesgo está ahí constantemente «y nos puede visitar en cualquier momento. Quien dijese lo contrario es que no conoce la problemática en vivo y en directo de lo que son los encierros de Cuéllar».

García apuntó que se dio la circunstancia de que los toros estuvieron moviéndose de un lado para otro y que hubo que sedar a dos de ellos. Recordó que cuando entró el primer toro en el encierro, ya había tres por la zona del Embudo y que uno de ellos, ya sin fuerzas, demostró la bravura hasta el último momento. «Los otros dos se lanzaron al recorrido y nadie podía pensar que no fueran a completarlo, porque en el embudo estuvieron arremetiendo contra las talanqueras con toda la fuerza», destacó. Por ello lamentó la imagen que se dio y recordó que la organización no está de fiesta, sino sufriendo desde el primer momento y trabajando por que las cosas salgan lo mejor posible. Reiteró las disculpas que pidió a los vecinos en el fin de fiestas y aseguró que se intentarán tomar medidas al respecto, «pero ese riesgo tenemos que saber que existe y le estamos corriendo si queremos un encierro de estas características». También sobre este encierro quiso recordar la problemática que se plantea después para el festejo de plaza, ya que hay que sustituir los toros, buscarles y trasladarles para que por la tarde estén en Cuéllar: «Hay una cantidad de problemas que resolver, y que luego continúe la fiesta de una forma normal, que es complicadísimo». «Visto desde fuera parece ser que todo tiene que ser matemático, cronometrado y punto».

Respecto al encierro del martes, a pesar de ser movidito por el campo, recordó que entraron cinco novillos y finalmente se pudo disfrutar de un encierro, sobre todo los corredores; mientras que el miércoles, los astados de Los Bayones dieron muchos problemas por el campo, y al final se consiguió meter cuatro en el encierro. Destacó la importancia de que se optara por la sedación de los dos ejemplares que se desviaron hacia Escarabajosa «y ahí tenemos la prueba de la organización en el encierro, pues se sedaron para que no hubiese ningún otro peligro, ya que podía haber consecuencias», reiterando nuevamente que el campo está abierto y son animales muy bravos. Para finalizar, señaló que el del jueves fue «un buen encierro» con buen comportamiento en el campo, donde los astados dieron algunos problemas, que se pudieran controlar con bueyes y caballos. Destacó la bajada del embudo y cómo en el recorrido los novillos también estuvieron bien, a pesar de los heridos.

Respecto a los abucheos y pitos escuchados en la despedida, García admitía la responsabilidad del equipo de gobierno como organizador de los festejos, pero quiso hacer hincapié sobre que en ningún momento se ha dejado de trabajar. «Se ha luchado por que las cosas salgan bien y hemos tenido la mala fortuna de que este año ha sido así y ha habido ciertas incidencias, y lo tenemos que asumir como tal, y yo, como responsable del Ayuntamiento, sigo asumiéndolo», aunque pidió al público que entienda la problemática y puso sobre la mesa los poderes de organización por si existe algún voluntario «que lo sepa hacer mejor».