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Javier Arranz vota en solitario una de sus enmiendas, durante el pasado pleno.

Arahuetes & Peter Pan y los «caciques»

El debate del nombre de las calles estuvo marcado por las descalificaciones del edil Javier Arranz hacia los miembros del pleno

el norte

Domingo, 1 de febrero 2015, 13:06

El debate sobre el cambio de nombres de las calles se prolongó durante una hora y media en un clima tenso y con descalificaciones, sobre todo, las del edil no adscrito, Javier Arranz, hacia el de Izquierda Unida, Luis Peñalosa.

Unos insultos que comenzaron por parte de Arranz tras leer la enmienda a la totalidad que había presentado, en la que dejaba claro que estaba a favor de la Ley de Memoria Histórica pero que no quería Peñalosadas. Fue entonces cuando calificó de «hipócritas» a algunos componentes del pleno por seguir manteniendo nombres de calles de familiares suyos que, según él, habían estado relacionados con el franquismo. Una explicación que el concejal de Izquierda Unida, Luis Peñalosa, achacó a su «inmadurez» personal y al «asesoramiento de Arahuetes and Peter Pan», haciendo una alusión directa al despacho de abogado del ex alcalde socialista, Pedro Arahuetes y al grupo de música del que Arranz es cantante.

Estas palabras fueron el detonante que encendieron la ira del edil no adscrito que comenzó una bronca con descalificaciones, empezando por sus excompañeros de partido, a los que calificó de «pseudosocialistas», para luego centrarse en los concejales de Izquierda Unida, Luis Peñalosa y del PP, Jesús Postigo, de quienes aseguró que eran iguales, porque «son caciques de la ciudad».

A pesar de las llamadas al orden de la alcaldesa y la solicitud de que se retractara de sus palabras, el tono de Arranz no bajó, asegurando que Luis Peñalosa era un «hipócrita políticamente hablando», «un soberbio», al que «nunca» había considerado su socio y que «nunca me ha puesto el pantalón ni a dos centímetros de donde tenía que estar», sentenció en su interlocución. Peñalosa, por su parte, defendió la memoria de su padre, de quien aseguró sentirse orgulloso porque «no era franquista» y el Ayuntamiento le dedicó una calle en democracia.

Tras rechazarse la enmienda a la totalidad, cuando nuevamente tomó la palabra, el edil díscolo aseguró que «el único que es de izquierdas en este hemiciclo es el señor Arranz y ese soy yo». Acto seguido, se levantó y salió de la sesión plenaria durante 30 minutos. Cuando volvió se disculpó: «He ido al servicio».

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