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Perro, una de las bandas que más suenan en el ‘underground’ nacional. El Norte

El WIC apuntala su ‘indiependencia’ con una incursión internacional

El festival arranca este sábado con el doble concierto de Perro y Biznaga y este mes traerá a Josh Rouse y Bart Davenport

nacho sáez

Viernes, 7 de noviembre 2014, 11:37

Dicen que no hay quinto malo, y a fe que el dicho vuelve a dar en el clavo. La sabiduría popular, cuántas razones da. La organización del festival intermitente Winter Indie City se ha salido con la suya y hace bueno el dicho. El quinto WIC anuncia el frío invierno segoviano con su apuesta por la música underground y esta vez con un toque internacional que ratifica que no solo no hay quinto malo, sino que además se supera. En su forma de reivindicar en un proyecto que sobrevive tozudo y que camina por el lado más salvaje del panorama, parafraseando al difunto Lou Reed.

Cuando el anterior ciclo daba sus últimos riffs y afinaba sus últimas notas, el WIC quiso dejar patente su filosofía alternativa con un manifiesto que tuvo su aplaudido eco en algunos medios especializados. La organización del festival, con Víctor Sanz a la cabeza, desvelaba su particular código ético compartido por sellos, artistas y otros artífices que bombean salud, creatividad y vida a la escena indie nacional.

En ese manifiesto los promotores denudaban la razón de ser del festival, su sentido y también sus sensibilidades. El Juan Palomo del yo me lo guiso y el público se lo devora, con independencia de que sean muchos o pocos comensales melómanos a la mesa. Y en esa colección de premisas descubre la consolidación de este rara avis en la industria musical. La primera entrevista que concedió Sanz cuando el WIC apenas gateaba ya hablaba de la «rentabilidad emocional» por encima de otros rendimientos. Fue en El Norte de Castilla hace cinco años. Todo estaba incipiente y con el nerviosismo propio del estreno. Y viendo lo visto, esa pasión le sale a devolver en la fiscalización del proyecto. Revisa y solo puede que elogiar el milagro de que Segovia se haya convertido en parada y fonda (y nunca mejor dicho a tenor de las viandas con las que se agasaja a los grupos que llegan con tiempo suficiente para hacer algo de turismo) de algunos de los nombres que componen la banda sonora indie actual en España. Y no son pocos los que ya han pasado por esa intermitencia festivalera.

«El WIC almacena en su imaginario la palabra independencia en su sentido más primigenio: actitud para hacer las cosas de manera espontánea, también amateur y pasional, hacer caso al corazón y no al bolsillo». Así reza una de las máximas en las que WIC abre en cala su ética.

«Quizás no creamos demasiado en la democratización del arte, no refiriéndonos a su producción, sino más bien a su recepción. Y por eso no nos importa tanto que haya cuatro personas en los conciertos porque esos cuatro están allí en apología de su individualidad, no por modas o postureo vario». El código no lo puede decir más alto. El WIC se reivindica como una alternativa de ocio, cultural asentada en lo musical que se aleja de los patrones convencionales. El festival se define en ese manifiesto como «una vía de escape entre un montón de producciones en serie donde uno se parece peligrosamente a otro hasta que todo se convierte en una hilera de espejos. Nosotros queremos romper todos esos espejos».

El WIC se mira en el propio WIC, en los cuatro años de experiencia y aprendizaje que han supuesto los ciclos precedentes. Huye de otras comparaciones posibles porque el heroicismo que empujaba este tipo de iniciativas por el ariete de unas actitudes y valores determinados cada vez tiene menos de independiente. La organización habla de «extinción» a costa de llenar recintos y ganar dinero. Frente a ello contraponen su invierno indie. «Lo que pretendemos es traer a nuestras bandas nuevas y veteranas a esta pequeña y especial ciudad que es Segovia», justifica los promotores en el manifiesto, en que además dejan bien claro que programan, actúan y piensan libres de ataduras de salas, sellos, políticas, empresas y cualquier otra presión que suponga vender su independencia. Y así funciona el milagro de WIC, sin ayudas.

Y de esta manera se presenta su quinta edición. Con una programación que aún se está cocinando pero que ya conoce los nombres de quienes pondrán la banda sonora a esta alternativa indie, durante el presente mes, una opción que va más allá de sonidos y estilos y que habla de actitudes no profesionales, como remarca la organización del ciclo.

Programa

Este sábado 8 empieza el invierno musical del WIC en Segovia con dos de las bandas que más suenan en este momento en esos sótanos del underground nacional. Perro y Biznaga. Los primeros, desde Murcia, abandonan este fin de semana unos intensos meses de carretera y bolos con la actuación segoviana en la que descargarán sobre el escenario de la sala Beat Club su álbum de debut Tiene bacalao, tiene melodía (editado por Miel de moscas), una trepidante batidora de noise, pop, shoegaze y sintetizadores revolucionados que arropan letras hilarantes y que les ha encumbrado como una de las bandas revelación. Les acompañan en el cartel inaugural de este quinto WIC Biznaga. Esta banda madrileña ha publicado su primer largo Centro dramático nacional en el que entroncan con la filosofía del festival: no ceñirse a estilos y hacer lo que les gusta. Holy Cuervo ha creído en el proyecto y ha editado este disco en el que las melodías se imponen a un sentimiento sonoro punk que no busca la urgencia, sino la realidad vista desde la crudeza de unas canciones que pueden sonar generacionales sin pretenderlo, como ellos mismos reconocen.

Tras este primer arreón, el festival volverá el 14 de noviembre con uno de los artistas que más lustre y tirón dará a esta edición. Josh Rouse se dará cita con el público del WIC en el ambiente más íntimo y solemne que imprime la sala Ex.Presa del centro de creación de La Cárcel. El nombre del norteamericano afincado en Valencia quizás suene más desde que el pasado febrero la Academia de Cine le concediera el Goya a la mejor canción original incluida en La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo. Pero Rouse es mucho más. Se mudó de la gélida Nebraska a la costa mediterránea en 2004. En este tiempo su folk de corte clásico, su retrospectiva sesentera, su ramalazo soul, su pop de cánones británicos, sus melodías compuestas desde la más sensible de las ortodoxias han evolucionado (que no mutado ni extinguido) y se han embriagado de la calidez levantina donde ha asentado su talento y su vida personal.

Este intenso noviembre que propone el Winter Indie City tendrá su continuidad el día 21. En esta ocasión, el ciclo retorna a los cuarteles de la Beat Club y acoge el concierto de Villanueva con su estreno discográfico en solitario después de mucha batalla en las trincheras. Viajes de ida (Editado por Esmerarte) colecciona canciones con mayúsculas que transitan por el rock más elegante y que hacen incursiones en el pop más ácido y descarado, sin perder nunca los papeles de sobriedad que escupen los textos de cada tema. Villanueva se ha rodeado muy bien en este debut. En la grabación del disco han participado músicos de la talla de Ramio Nieto (The Right Ons, Jet Lag), Carlos Sosa (batería de Fuel Fandango), Javier Doria ( Anni B. Sweet) u Óscar García (Tuya).

Esa irreductibilidad en las convicciones que apuntala y en las que se ratifica el festival segoviano queda patente en el sato internacional de esta quinta edición. El WIC lo quiere, al WIC le gusta y el WIC trata de traerlo a Segovia. Esta vez lo ha conseguido con un ilustre artesano de melodías perfectas, un orfebre del pop internacional desde que a principios de siglo comenzara a moldear con sus canciones una carrera impoluta, respetada, reputada y elogiada. Davenport ha logrado con sus creaciones moverse por el finísimo alambre de la atemporalidad, abrazando el folk, el soul y tomando aire en los sonidos setenteros que adopta con elegancia y clase supinas y también con letras que destilan humor e ironía. Su irrupción en el WIC será el 25 de noviembre, en el recoleto escenario del Shout XL. Será su primera escala en la gira invernal por España, que le conducirá a Gijón, El Ferrol, Vigo, Orense, y La Coruña. Este verano, se subió a los escenarios estadounidenses con Eho and the Bunnymen, otros iconos de la indiependencia de las últimas décadas.

Y el mes inicial del quinto Winter Indie City culmina el día 29 con otra doble ración de independencia nacional. Por una parte, el intimismo ornamentado de melodías pop del valenciano Tórtel y por otra el rock más ralentizado y el folk-pop de timbre acústico de Lázaro.

Estas cinco actuaciones son solo el adelanto de lo que vendrá meses después. El WIC despeja dudas con aquel manifiesto y pone en práctica su escapismo cultural rompiendo espejos de los convencionalismos con una apuesta que coloca a Segovia en mapa del underground nacional con incursiones internacionales.

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