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Varias personas recogen setas en un monte de la provincia de Segovia.

Los micólogos auguran una temporada de setas «excelente» en la provincia

La zona Montes de Segovia, que agrupa las unidades de Ayllón y Guadarrama, suma 47.709 hectáreas

PPLL

Miércoles, 15 de octubre 2014, 11:28

«Mejor imposible, uno de los mejores años, como hace muchos, con un montón de especies y mucha cantidad». Así se presenta la temporada de setas que comenzó con el mes de octubre en opinión del presidente de la Sociedad Micológica Segoviana, Ramón Sáiz. Las tormentas del verano, la temperatura adecuada de las últimas semanas y las lluvias recientes auguran una temporada «excelente», en la que hasta ahora «todo va muy bien» y que podría prolongarse hasta finales de noviembre «si aguanta sin helar». Para entonces, las especies más resistentes, la seta inverniza y la lepista personata, estarán a punto de desaparecer; pero la recolección de especies habrá sido abundante, tanto de comestibles como de las que solo tienen interés científico. Conocer las distintas variedades es necesario para consumirlas con seguridad, aunque no es fácil porque en la provincia de Segovia han sido identificadas más de 300 especies, señala Sáiz.

«La regulación es necesaria, pero falla algo el control»

  • la opinión del Presidente de la Sociedad Micológica Segoviana

  • «Nos parece bien que haya una zona delimitada, es necesario regular el recurso», advierte el presidente de la Sociedad Micológica Segoviana, Ramón Sáiz. En esta quinta temporada de la regulación, los medios humanos y materiales de que dispone el servicio de guardería forestal son «insuficientes», en opinión de Sáiz.

  • «Está fallando algo el control, hay pocos guardas. En Navafría, por ejemplo, que es una zona regulada donde vamos a menudo, nunca nos han pedido el permiso, y vemos a gente con cestas de muchos kilos y hasta con bolsas de plástico, que están prohibidas», señala. La gran cantidad de setas que hay esta temporada minimizará los posibles daños en casi todos los hábitats, a pesar de que en la sierra la limitación de 25 kilos que había para los recolectores comerciales ha desaparecido. Pero la presión es mucha. A este lado norte de la sierra acuden muchos madrileños; «pasan a este lado y, como en Madrid no está regulada la recolección ni hace falta licencia, esquilman los lugares, muchos por desconocimiento», apunta Sáiz.

  • Aún así, cree que «lo que importa es concienciar a la gente que no destroce los ejemplares porque en el monte ves muchas setas rotas a patadas; hay que sensibilizar al público de que hay que respetar los hongos porque cumplen una función ecológica y son beneficiosos para los bosques».

  • Este es uno de los propósitos de la Sociedad Micológica Segoviana, que este año cumple 25 desde su creación. Para celebrar el aniversario la tradicional exposición del día de San Frutos en la Plaza Mayor se retrasa unas fechas y cambia de lugar. El Torreón de Lozoya acogerá esta vez la muestra de más de 300 especies de setas de todos los hábitats de la provincia, que serán recogidas unos días antes. El programa completo del aniversario lo decidirán en la próxima reunión de los lunes en el Laboratorio de Ciencias del Instituto de Secundaria María Moliner; habrá un ciclo de conferencias, entre ellas la de Antonio Sánchez sobre mixomicetos y otra sobre setas raras.

Boletus edulis y boletus pinícola, ambos conocidos como ceps, son ahora los más abundantes en la zona regulada de la provincia, que comprende en la práctica toda la sierra y que tiene la denominación de Montes de Segovia tras la unión de las dos unidades de gestión que existían en años anteriores, Sierra de Ayllón y Sierra de Guadarrama. De esta forma, la superficie del área de recolección regulada alcanza este año 47.709 hectáreas, unas dos mil más que en 2013, un área en la que la producción media anual sostenible es de cerca de 338 toneladas y en la que pueden otorgarse 17.562 permisos de recolección, como máximo, según los datos del Programa Micocyl de la Junta de Castilla y León.

Hace una semana, los permisos expedidos eran ya 2.384 y a fecha de hoy serán muchos más;la mayoría corresponden a las zonas de Segovia capital y el municipio de El Espinar y la previsión es que el número final sea de más de 4.000, como el año pasado, aunque no llegará a la cifra máxima establecida. El precio de los permisos va de los 3 euros para el recolector local sin afán comercial a los 500 para el foráneo que recoge setas para su venta.

Hábitats

En esta zona regulada los hábitats donde proliferan las setas son los pinares de montaña (que forman el 41% de la superficie), los rebollares (29%), pinares de llanura (4%) y encinares y quejigares (3%). La variedad de setas comestibles es elevada, aunque predominan las especies de boletus, el níscalo, las llanegas, setas de cardo, senderillas, rebozuelos y la suculenta oronja (amanita cesarea). Los expertos de la Sociedad Micológica recalcan que es difícil saber cuántas especies pueden crecer en la provincia; estiman que «solo en primavera, cuando hay menos, han sido identificadas unas 120 especies, y ahora habrá cuatro o cinco veces más».

Comestibles hay muchas. Explica Sáiz que de ellas bastantes no tienen interés culinario, que solo cerca de una veintena son apreciadas para el consumo humano y que la mayoría son tóxicas, pero «venenosas y mortales solo cinco o seis especies». Una de estas, que prolifera mucho esta temporada, es la entoloma libidum, de color blanco y muy parecida al perrochico: «Es una seta engañosa, y hay que conocerla porque es muy venenosa». Entre las comestibles las más abundantes están siendo los boletus, pero quien sabe buscar también encuentra níscalos setas de cardo, de pie azul (lepista nuda) o inverniza (lepista personata).

Esto es en la sierra, la zona regulada y la que mayor presión sufre de los buscadores. En los pinares de llanura, que están sin regular y no requieren permiso, la especie más buscada es el níscalo (lactarius deliciosus), aunque en estos bosques donde predominan los pinos negrales hay también una amplia variedad de especies comestibles y también solo de valor científico o ecológico.

La recolección requiere conocer las especies y seguir las reglas, como solicitar el permiso donde es necesario y saber cortar el pie sin dañar el micelio. Las distintas agrupaciones micológicas de la provincia se ofrecen a los recolectores para identificar las setas recogidas; la de Segovia capital atiende al público todos los domingos en el Centro Cultural de San José.

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