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Ayuntamiento de Lastras de Cuéllar.
La presencia de arsénico en el agua potable obliga a prohibir su consumo

La presencia de arsénico en el agua potable obliga a prohibir su consumo

La decisión municipal de suministrar agua mineral solo a los empadronados causa malestar en el vecindario

mónica rico

Jueves, 11 de septiembre 2014, 11:41

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Los vecinos de Lastras de Cuéllar se encontraron la tarde del pasado martes con un bando de la Alcaldía en el que se les informaba de que desde esa misma jornada el agua del municipio no era apta para el consumo en boca (ni para cocinar ni para beber) por incumplimiento del valor paramétrico del arsénico, un problema que no les había afectado en toda su historia.

Desde el Ayuntamiento, según afirma su alcaldesa, Victoria Abial, el técnico que realiza los análisis de agua de forma mensual, puso a última hora de esa misma mañana en su conocimiento tal hecho (el valor del arsénico había saltado unas décimas), por lo que decidió realizar el bando lo más rápidamente posible y tomar las medidas necesarias para evitar el consumo.

Así, señaló, se puso en contacto con la Diputación Provincial, desde donde se le facilitaron los pasos a seguir referente a la información a los vecinos y al abastecimiento mediante agua embotellada. Se decidió que el primer reparto de botellas de 1,5 litros (por día y persona empadronada al precio de 30 céntimos), se realizaría esa misma tarde, para que los vecinos no sufrieran ningún inconveniente, y a partir del día siguiente durante la mañana.

Una medida injusta

Este hecho ya resultó controvertido entre algunos vecinos, pues el agua únicamente se ha facilitado a los empadronados, y no al resto de los vecinos que tienen vivienda en el municipio. Es el caso de María Antonia Berbejo, una madrileña de 66 años que, según afirma, pasa largas temporadas en Lastras de Cuéllar y que se mostró sorprendida y molesta cuando ayer, al acercarse al Ayuntamiento a adquirir el agua embotellada que se había puesto a disposición de la población, vio la negativa por parte del personal para poder adquirirla. Ella, al igual que el resto de afectados, consideran que esta medida es injusta, debido a que «aquí pago mis impuestos, aunque no esté empadronada».

Sin embargo, la alcaldesa señala que Lastras es un pueblo sin recursos y sin industrias y que existen numerosos servicios que se pagan con el dinero del Ayuntamiento. Recuerda que las subvenciones de la Diputación llegan dependiendo del número de empadronados y que muchas iniciativas no se pueden llevar a cabo debido a que muchos vecinos pasan en la localidad algunas temporadas pero no se empadronan. Así, señala que este verano puede haber habido en torno a un millar de habitantes en el municipio, mientras que únicamente se cuenta con 400 empadronados, y que en ningún caso se les ha negado ningún servicio, pero reitera que las ayudas provinciales llegan en función del número de empadronamientos. «Es una regla», afirma.

Después de fiestas

Otra de las polémicas a las que ha tenido que hacer frente la regidora es a la casualidad de que el anuncio se haya realizado justo un día después de la finalización de las fiestas, cuando los veraneantes ya se habían marchado. Algunos vecinos se preguntaban cuánto tiempo podían llevar con valores elevados y sin haberlo comunicado a la población. A este respecto, Abial, fue tajante. Recordó que los análisis se realizan por técnicos de la Junta una vez al mes y que en el momento de tener conocimiento de los valores se puso en marcha el bando y todo lo necesario para el abastecimiento. «Si esto hubiera ocurrido durante las fiestas hubiera hecho lo mismo», asegura y recordó que el examen se realizó el pasado martes.

Respecto a las causas probables del aumento de estos niveles de arsénico en el agua potable, la alcaldesa declaró no conocerlos, aunque admitió que la red de abastecimiento actual del municipio data de los años 60 y aún muchas de las tuberías son de plomo, lo que puede haber influido en alguna medida.

Sin embargo, otras fuentes apuntan a que el exceso de población y un aumento en el consumo hayan bajado el nivel del agua del sondeo subterráneo del que se nutre el municipio de Lastras de Cuéllar, aunque por el momento todo son conjeturas. Abial explicó que la situación se mantendrá al menos durante unos días, aunque se espera que los próximos análisis se realicen la semana próxima. Mientras tanto sólo queda esperar, en lo que es «una situación incómoda para todos», manifestó la alcaldesa, quién aseguró lamentar mucho esta incidencia. Respecto al reparto de agua, aunque en un primer momento se había optado por repartir una botella de 1.5 litros por persona y día, en el reparto de ayer se decidió entregar el equivalente para seis jornadas, y evitar así a los vecinos el desplazarse diariamente hasta el Consistorio, por lo que el reparto no se realizará de nuevo hasta el próximo martes. Si alguna persona lo necesitara antes, se le atenderá en el Ayuntamiento.

A pesar de la medida, la alcaldesa señaló que apenas se habían vendido medio centenar de botellas entre los dos repartes, debido a que en el municipio, muchos de los habitantes ya utilizaban agua embotellada y normalmente la adquirían en garrafas, lo que es más económico. Si los problemas de arsénico persistieran, el Ayuntamiento también se planteará la venta de las garrafas, en lugar de botellas, pero esperan que la solución llegue antes.

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