Concluye el campeonato avícola y rebasa las expectativas de los organizadores

El VI Campeonato Internacional de Avicultura y Colombicultura y el IV Campeonato Castilla y León de Razas Autóctonas Españolas que estos días ha acogido Alba de Tormes llegaron ayer a su fin.

Los organizadores, a la hora de hacer balances, no dudan en asegurar que 2018 será recordado como un buen año. Han recibido «más visitantes» que en ediciones anteriores y el nivel de los animales ha sido «superior» al de los años precedentes. Según la organización, se han superado las expectativas en cuanto al número de expositores (48, nada menos, llegados de varias provincias españolas como Madrid, Palencia, Asturias o Ciudad Real, además de Salamanca). También citan la presencia de expositores portugueses. La organización apunta que han contado con «un amplio abanico de razas internacionales» y que estaban representadas en torno al 60% de todas las razas españolas de palomas y gallinas.

La iniciativa ha estado promovida por el Ayuntamiento de Alba de Tormes y organizada por la asociación Avicoalba, junto a la colaboración de la Diputación de Salamanca y de varias empresas relacionadas con el sector. Los animales se ha repartido por la plaza de toros y por una carpa anexa a ésta. Este incremento del espacio expositivo ha permitido agrupar casi un millar de aves.

Los representantes de Avicoalba corroboran que la feria albense se ha ganado un nombre. Es uno de los certámenes nacionales «más importantes. Tiene un nombre y un prestigio y eso hace que nos vayamos superando», explican. En el Ayuntamiento apuntan que «los objetivos principales de la asociación son el intercambio de experiencias entre socios, la mejora de las razas y garantizar la pervivencia de las razas autóctonas, entre otros».

La última jornada se dedica a la entrega de premios en las numerosas categorías en las que compiten las aves.

Los responsables del certamen explican que en este tipo de reuniones los jueces de la Federación Española evalúan que la morfología del animal se acerque lo más posible a los estándares de la raza. Cada una tiene un ‘patrón’ y los ejemplares «deben cumplir lo más perfectamente posible».

Así, los jurados tienen en cuenta desde detalles como el color de las plumas y el de los ojos a posibles defectos en la cabeza, la cresta o las patas antes de emitir su veredicto.

La edición de 2019, como siempre, se celebrará el último fin de semana de enero.