«Las diputaciones de Castilla y León no son equiparables a la de Valencia o Barcelona»

Dieciséis años en la política activa en distintos frentes dan para muchas respuestas ahora que el país vive en permanente convulsión, condicionado por constantes pactos. El último, como el penúltimo, la supresión de diputaciones y Senado, afectan directamente a una mujer que ha ocupado escaño en prácticamente todas las instituciones. Cuatro años en la Delegación Territorial de la Junta, ocho más al frente de la Diputación, y otros cuatro como senadora le convierten en voz autorizada.

Isabel Jiménez matiza que habla ya como pensionista, alejada de la primera línea, de ahí que su discurso no suene ya políticamente correcto. La chica de Macotera, como ella misma se sigue considerando, se siente «dolida» por la situación política que atraviesa España. «Me duele mucho lo que está pasando en mi país», sentencia.

¿Es necesario eliminar las diputaciones, modificarlas, reajustarlas o mantenerlas como están?

Éste ha sido mi caballo de batalla y lo he dicho muchas veces, incluso cuando estaba en activo. Que eliminen la Diputación de Valencia o la de Barcelona, pero nuestras diputaciones, las de Castilla y León que dan servicio a tantos y tantos pueblos, no es posible. No es equiparable. ¿Dónde irían pueblos pequeños de menos de mil habitantes? Qué hacemos con Villasdardo, el pueblo más pequeño de la provincia con 19 vecinos, si mañana se le rompe la bomba de agua. Estoy de acuerdo con lo que se dice de que no han pisado los pueblos. En Ciudadanos no saben de lo que hablan porque no conocen la realidad de nuestros pueblos.

Ahora habla como alcaldesa que fue de Macotera...

Mire, siendo alcaldesa, en mi primer año en fiestas, se me quema de repente la bomba del depósito. Un pueblo con 5.000 habitantes en aquellos momentos. Si no hubiera sido por Diputación, que me mandaron rápidamente una cisterna de agua, no sé qué hubiera pasado.

¿Un Consejo de Alcaldes no tendría el mismo efecto?

No lo sé muy bien, aunque estaríamos en lo mismo. Sería un órgano con alcaldes de municipios grandes que tendrían autoridad sobre los más pequeños. Habría que verlo pero yo siempre he sido una firme defensora de las diputaciones.

Con usted al frente de la Diputación de Salamanca ya se hablaba de lo mismo.

Claro. Con el Gobierno de Zapatero ya tuvimos este debate porque en ese momento el PSOE había perdido muchas diputaciones. Creo sinceramente que hay otras cosas más importantes, y los servicios los vas a tener que seguir prestando. Los funcionarios no los puedes echar a la calle, alguien los tiene que asumir. Por lo tanto, el gasto no creo que pudiera reducirse como se está diciendo.

Se habla de un ahorro de entre 4.000 y 5.000 millones de euros.

Los servicios que prestan los ayuntamientos no hay que ponerlos en el balance del debe y haber. Hay servicios que hay que mantener aunque sean deficitarios. Entiendo cuando se habla de ahorro, pero hay que ver la prestación que tienen esos servicios. No se pueden retirar alegremente. Cuando estaba en la presidencia ya planteé ciertas reformas, y en muchas ocasiones hemos hablado de competencias impropias. ¿Por qué teníamos que llevar los servicios de salud mental, por ejemplo? A lo mejor hay que hacer una reforma y que se dediquen solo a los servicios a sus municipios. Es que Salamanca tiene 362 municipios, ¡es la provincia que más tiene de toda España! ¡Y solo 27 tienen más de mil habitantes!

¿Está de acuerdo en que se han convertido en chiringuitos o en agencias de colocación?

Tonterías. Al marido de la Colau no le ha colocado ninguna diputación. Si alguien ha cometido algo de lo que me habla, habrá que actuar en consecuencia, pero eso no es razón para suprimir una institución como las diputaciones.

Viendo las reacciones que se han producido en los últimos días, ¿cree que se van a llegar a suprimir?

Sin apasionamiento y con la cabeza fría, las diputaciones provinciales están en la Constitución. ¿Dónde va el pacto PSOE-Ciudadanos sin el Partido Popular, que tiene mayoría en el Senado? Habría que modificar la Constitución, y una vez modificada, volver a hacer elecciones para aprobar esa Constitución modificada. De verdad, hay cosas más importantes en España ahora mismo.

¿Y el Senado? ¿Hay que suprimirlo, modificarlas o reajustarlas?

A mi, bien es cierto, siempre me ha gustado más la política local, y a lo mejor se podría reducir el número de senadores, por ejemplo, a cien. No lo suprimiría con el sistema territorial que tenemos en España. Si no funciona como debe ser en determinados aspectos, lo que hay que hacer es reformarlo, pero no suprimirlo porque sí.

¿Acabaremos de nuevo en las urnas, entonces?

Sí. Creo que iremos otra vez a las urnas. Hay que recordar que cuando el señor Sánchez se presentó a las elecciones, la foto era la de la cuarta lista más votada en Madrid. ¿Cómo puede decir ahora que no se reúne con el Partido Popular? Está despreciando al partido mayoritario y a siete millones de españoles que han votado al Partido Popular.