«Los servicios sociales tendrían que ser más dinámicos, menos inmovilistas»

Maribel Campo repite concejalía en las filas del Grupo Municipal Socialista. Desde la experiencia de los cuatro años pasados bajo la mayoría absoluta del PP, la edil define a este tiempo legislativo que comenzó el 13 de junio como el periodo «de las oportunidades», en el que el PSOE ha conseguido sacar adelante iniciativas importantes, en especial en el ámbito de los servicios sociales.

¿Cómo se presenta la legislatura desde el Grupo Socialista?

Estamos contentos porque estamos haciendo un trabajo de equipo en el que, de cara a los plenos, planteamos a nuestro portavoz desde cada área todo tipo de propuestas. Por ejemplo, logramos sacar conjuntamente el Plan de Accesibilidad, algo que afecta de modo transversal a todas las áreas del Ayuntamiento. O solicitar la inclusión de Salamanca en la Red de Ciudades Amigables de las personas mayores, que se aprobó el viernes pasado.

¿Qué medidas echa en falta en el área de los Servicios Sociales municipales?

Renovar el Plan de Igualdad de Oportunidades, que está caducado, evaluar el Plan de Mayores y hacer uno nuevo y también el Plan Estratégico de Subvenciones, que ya por fin nos dijeron en el último pleno que han decidido elaborarlo. En general, hacer una revisión de todo lo que engloba el área de Servicios Sociales. Es comprensible que se tienda a dejarse llevar, a hacer siempre lo mismo porque es un ámbito muy amplio, con muchas ramificaciones, pero el continuismo puede derivar en que se hagan las cosas por hacerlas, sin tener en cuenta los cambios de la sociedad.

También creo que se deberían estudiar más caso a caso las solicitudes que nos llegan. Por ejemplo, hay muchas peticiones de viviendas sociales o de ayudas al alquiler, pero tienen una duración limitada, de dos años, tras los que la persona se queda en la calle otra vez. O casos de verdadera necesidad en los que no se conceden esas ayudas porque el solicitante tiene a su nombre una casa vieja en un pueblo al que no se puede ir a vivir. En estos temas el presupuesto tiene que ser ilimitado y los criterios, flexibles. No se pueden mantener los mismos requisitos que se exigían antes de la crisis, hay que tener en cuenta que la situación de las familias ha variado mucho. Y en lo que respecta a los mayores, no se pueden ofrecer tan sólo 20 plazas para el taller de la memoria en una ciudad con casi 50.000 habitantes mayores. Hay mucha falta de planificación en Servicios Sociales.

¿Se cuida a los mayores en Salamanca?

No tanto como se dice. ¿Qué importancia se les da si ni siquiera está constituido el consejo sectorial de Mayores? En cinco meses de gobierno no se ha constituido ninguno de los consejos, sólo el de Consumo y porque era obligatorio para presentar las ordenanzas. Pero no hay que actuar porque la burocracia te obligue, eso es síntoma de inmovilismo. Nosotros presentamos muchas mociones, sí, pero el aparato, el motor que tiene que mover el Ayuntamiento, sigue a su ritmo y no puede ser. Los programas de Servicios Sociales tienen que ser más dinámicos, no tan inmovilistas.

¿Qué implicará que Salamanca sea Ciudad Amigable de las Personas Mayores?

No es título, es una planificación a largo plazo que supone que para cualquier acto que se haga en la ciudad, se tenga en cuenta a los mayores. Es que ni siquiera tenemos un registro de personas mayores que viven solas en Salamanca, para ver qué tipos de servicios necesitan.

También entra en Servicios Sociales en esta área la acogida a refugiados, ¿qué le parecen los pasos dados en ese sentido?

En la última comisión de Bienestar Social pedí que de alguna manera, en la página web o como pudiera ser, se anuncie que el Ayuntamiento también va a ayudar a refugiados. Sería un modo de canalizar las ganas de colaborar que tienen muchos ciudadanos, que se acercan aquí preguntando cómo pueden echar una mano. Queremos que se difunda el pacto firmado, que se sepa a dónde se puede acudir.

Usted forma parte de la comisión sobre Buenos Aires, ¿qué se puede hacer en esa problemática?

Lo primero volver a convocar la comisión, que, como sucede otras veces, se creó pero nunca más se supo. Allí propuse que, por ejemplo, cualquier actuación del plan Tormes + empiece por Buenos Aires, nos concedan o no los fondos europeos. Hay que implicar al barrio y realizar allí actividades.

Hablando del Tormes, ahí está el asunto de la pesquera...

Lo tenemos claro. Nadie se puede poner en contra de la historia, la cultura y lo que quiere un barrio, que no va en contra de nadie sino en beneficio de todos. Es patrimonio de la humanidad, no es de nadie.

¿Qué quiere conseguir a lo largo de esta legislatura?

Que me pararan menos por la calle para decirme que las cosas van mal y más para decirme que todo funciona y va bien. Eso sería para mí lo mejor que podría pasar. Yo siempre he trabajado en temas sociales y estoy habituada a problemas y a que las personas se acerquen a mí a contarme sus casos, pero no a la desesperación que vemos aquí en los últimos tiempos.