Burgos obtuvo 37 euros por cada uno invertido en la capitalidad gastronómica
Afirman que fue «un revulsivo» que dejó empleo e imagen de marca y que impulsó el proyecto estratégico de la ciudad
D.B. / C.H. / WORD
Viernes, 9 de octubre 2015, 11:45
El último debate que divide a la ciudad es si Salamanca debería presentar su candidatura a Capital Española de la Gastronomía 2017. El PSOE lo planteó el miércoles y el PP replicó que la ciudad ya era una capital gastronómica y que ya tenía planes promocionales. La Cámara de Comercio y la patronal Confaes manifestaron ayer su apoyo a la idea y el resto de partidos también opinó al respecto.
Salamanca tiene dos espejos cercanos en los que mirarse. El primero es Burgos, que ya fue capital gastronómica en 2013, y el segundo es Cáceres, que ostenta dicho título hasta final de año. En 2016 será Toledo (después de competir con Huelva, entre otras ciudades) y el nombramiento de 2017 aún espera candidatos.
Rentabilidad
Burgos se planteó su candidatura como parte de un proceso estratégico. Una de las líneas de éste era «potenciar la identidad de los productos de la tierra, junto al turismo y el patrimonio», explican desde la Asociación Plan Estratégico de Burgos, integrada por instituciones públicas y privadas de dicha capital.
Antes de lanzarse al ruedo, aconsejan que la ciudad que se lo plantee se asegure de «tener unos mimbres. Debe tener un hecho diferencial en cuanto a productos, un movimiento gastronómico motivado para desarrollarlo y un sector hostelero potente. El título es un vehículo para desarrollar algo más. Debe preguntarse qué va a hacer con él y con lo que viene detrás. ¿Lo recomendamos? Sí, pero debe ser el vehículo para un proyecto a largo plazo y basado en unos mimbres».
¿Benefició a Burgos la capitalidad gastronómica? «El proyecto fue revulsivo y dejó poso: empleo, reversión económica, imagen y posicionamiento de la ciudad. Todas las consecuencias han sido positivas», aseguran. Fuentes cercanas son aún más explícitas: «es un regalo que vale la pena».
El Colegio de Economistas de Burgos cuantificó dichas consecuencias. Calculó que las menciones en los medios de comunicación nacionales equivalieron a invertir 13,5 millones de euros en publicidad, mientras que el gasto directo generado por el turismo dejó otros 3,6 millones adicionales. Si se restan los 450.000 euros invertidos en el proyecto, «el impacto neto alcanza los 16,6 millones, lo que significa que Burgos obtuvo un retorno de 37 euros por cada euro invertido», afirma el estudio.
El informe también calcula que la capitalidad gastronómica contribuyó a mantener 10.000 empleos directos vinculados con el turismo y a incrementar un 12% los contratos indefinidos relacionados con dicho sector.
Finalmente, el estudio recoge datos del Instituto Nacional de Estadística que confirmarían el incremento en el número de visitantes, tanto en la capital (+7,6%) como en la provincia (+5,5%), respecto al año anterior. La Asociación Plan Estratégico de Burgos opina que el 2013 sirvió para incrementar el turismo nacional e internacional gracias a reportajes en medios de EEUU, Reino Unido o Alemania, entre otros.
«El éxito no fue ser capital gastronómica per se, sino usar ese título para impulsar la estrategia de la ciudad. Fue nuestro vehículo para potenciarla». Lo comparan, salvando las distancias, con la resaca que dejó la Capitalidad Europea de la Cultura de 2002 en Salamanca.
Claroscuros en Cáceres
Cáceres es la actual Capital Española de la Gastronomía y lo seguirá siendo hasta el 31 de diciembre, cuando Toledo recogerá el testigo.
El presidente de la Asociación Empresarial Cacereña de Hostelería y Turismo, César Martín, opina que esta celebración tiene «tres niveles».
El primero, muy positivo, es la «importante» promoción nacional e internacional de Cáceres. Está teniendo «una gran difusión».
El segundo, «favorable», corresponde al incremento en el número de turistas en el centro de la ciudad, que a su vez potencian el consumo y el gasto en hoteles, bares, restaurantes, etcétera. Es un beneficio «aceptable».
Y finalmente, las consecuencias de la capitalidad gastronómica en el resto de la ciudad, que son directamente inexistentes. «No se nota para nada», comenta César Martín, quien cree que el turismo gastronómico debería repercutir también en el resto de la ciudad. Los hosteleros cacereños propusieron varias actividades, como rutas de tapas o comerciales los fines de semana, actividades históricas, eventos musicales... «para fomentar la capitalidad gastronómica» en los barrios «pero no ha valido». Y eso lo que temen algunos colectivos en Salamanca, que si finalmente es capital gastronómica lo sea sólo en el centro.