La III edición de la Feria del Pincho llega este fin de semana a Candelario

La tercera edición de la Feria del Pincho llega este fin de semana a Candelario. En ella, un total de diez bares y restaurantes de la villa corita ofrecerán su pincho estrella -ya dentro de su carta habitual o creado especialmente para la ocasión- a los vecinos y visitantes que se acerquen durante este fin de semana (sábado y domingo) y el que viene hasta sus locales.

Esta iniciativa, organizada por el Centro de Iniciativas Turísticas de Candelario (CIT), fue presentada de manera oficial en la tarde de ayer por la presidenta del CIT, María del Carmen Muñoz; la secretaria, María Jesús Martínez; y su portavoz y encargada de Comunicación, Ana María Muñoz.

Este año los bares en los cuales se podrá degustar los pinchos serán el bar Casino Obrero (plaza del Solano, 2); el café-bar La Chocolatería (avenida del Humilladero, 2); el bar-bodega La Regadera (calle Pedro Muñoz Rico, 1); el hostal El Pasaje (calle Eras 11); el bar-restaurante El Ruedo (avenida del Humilladero, 2); el complejo 5 Castaños (carretera de la Sierra, s/n); el bar El Hogar (calle Perales, 2); el bar-mesón Casa Tolo (calle Enrique Fraile, 14); el bar El Calvitero (paseo de Don Miguel de Unamuno y Jugo, 13); y el hostal Cristi (plaza de Béjar, 1) que es el único que se estrena este año en esta feria, mientras que el resto ya han participado en al menos una de las dos anteriores.

Según cuentan los propios hosteleros, el motivo de su repetición no es otro que el gran éxito que han tenido en ediciones anteriores, en los que se llegaron a servir cerca de los 1.500 pinchos de media.

Y es que pese al gran trabajo que supone recibir a ese gran volumen de personas en apenas cuatro días, todos coinciden al señalar que es una gran promoción turística, que les permite enseñar al visitante sus pinchos clásicos -aquellos que nunca fallan y que convencen a todo tipo de público- o, por el contrario, les brinda la oportunidad de innovar en la cocina, mostrando platos vanguardistas y mezclas de sabores únicas con los que tentar a los más sibaritas, viendo también el éxito de los pinchos, que muchas veces han pasado a formar parte de sus cartas habituales.

Para la presidenta del CIT, la Feria del Pincho de Candelario es una «cita obligada para todos aquellos que apuestan por la calidad y el buen gusto gastronómico». Y no solo eso, sino que todos aquellos que se animen a participar de la feria del pincho tendrán la oportunidad de recorrer las bellas calles coritas, declaradas Conjunto Histórico Artístico, algo a lo que la presidenta del Centro de Iniciativas Turísticas invitó a hacer a los visitantes.

Por su parte, la secretaria destacó que «el año pasado tuvimos una mayor afluencia de público que el primer año», por lo que, de seguir aumentando este año significaría una consolidación de la feria en el calendario gastronómico de la zona.

Una de las novedades de este año será el establecimiento de horarios en los cuales se podrán encontrar los pinchos a disposición de los visitantes, haciendo más viable la organización de los propios hosteleros. Será todos los días de la feria de 12:30 a 15 horas y de 19:30 a 22 horas, excepto el domingo día 20, en el que solo habrá feria en horario de mañana.

La coincidencia de la feria con el Festival de Blues de Béjar, que se celebra este fin de semana en Béjar, está hecho a propósito ya que, tal y como señaló la encargada de Comunicación del CIT, «el primer año coincidió por casualidad pero nos dimos cuenta que, durante esos días, hay mucho más movimiento de gente y es una buena forma de promocionarnos entre los que vienen a ver el festival de blues y no son de la zona».

Por otra parte, el día 19, los que participen en la Feria del Pincho de Candelario tendrán otro aliciente y es que en el parque municipal tendrá lugar el Jardín de las Delicias, un mercado de productos locales de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Francia y de Béjar. En definitiva, una buena excusa para pasearse por las singulares calles de Candelario y disfrutar de su gastronomía y el buen recibimiento de sus vecinos.