Una zaga blanquivioleta renovada a la fuerza
Sergio se ve obligado a alterar el esqueleto defensivo del Real Valladolid por las bajas de Moyano y Joaquín, que se juntan a la larga lesión de Olivas
Si Kiko Olivas no estuviese recuperándose de una lesión de larga duración, Sergio González habría iniciado la temporada 2020-2021 con tres de los cuatro ... hombres a los que recurrió cuando aterrizó en Zorrilla, allá por abril de 2018. En aquella zaga ya estaban los laterales Javi Moyano y Nacho Martínez, junto al propio Olivas. El cuarto en discordia era Fernando Calero, traspasado posteriormente al Espanyol por ocho millones de euros. Y luego fue Mohammed Salisu, vendido al Southampton por 12 millones. El central izquierdo ha sido la única pieza que ha cambiado claramente (y que ha dejado cuantiosas sumas en las arcas del club) desde aquel Pucela atascado en Segunda que ascendió de manera milagrosa gracias a la llegada de Sergio y que se ha consolidado en Primera División.
En esta campaña ha tocado revolución en la zaga, aunque no por decisiones técnicas. Kiko Olivas se rompió el ligamento cruzado anterior el pasado mes de julio, con un diagnóstico estimado de ocho meses de baja. Su puesto parecía destinado a Javi Sánchez, adquirido ya en propiedad, pero el central procedente del Real Madrid también comenzó la temporada tocado. Ante tales infortunios, Bruno se convirtió en el acompañante de Joaquín Fernández, un mediocentro lleno de virtudes adaptado con nota a la posición de central zurdo. Pero Joaquín se lesionó el pasado domingo, al igual que el lateral Javi Moyano, los dos con sendas dolencias musculares. Y, en el último tramo del prescindible choque ante el Betis, la línea trasera se pobló de caras nuevas y apellidos comunes:Pérez, González, Sánchez son ahora los nuevos acompañantes de Martínez.
A Sergio le toca acomodar todas las nuevas piezas del mecano defensivo. Como la rocosidad del Pucela siempre ha sido una de las señas de identidad del técnico blanquivioleta, a los nuevos defensas les toca asumir una gran parte de responsabilidad.
Javi Sánchez compareció ayer en la sala de prensa y recordó que le tocó saltar al césped «lo más rápido posible» cuando Joaquín solicitó el cambio por lesión. «Me encontré muy a gusto con Bruno», añadió.
A Javi Sánchez, de 23 años, se le presenta un futuro esplendoroso como defensa central o, al menos, eso espera el club blanquivioleta. Los precedentes de Calero y Salisu invitan a pensar en una nueva explosión deportiva que acabe dejando réditos económicos. «Me encuentro bien, asentado en esta ciudad y en este equipo. Creo que todos me han acogido muy bien. Estoy deseando demostrar por qué estoy aquí y por qué me compraron, así como devolver la confianza que han depositado en mí», apuntó ayer.
La pasada campaña, Javi Sánchez solo disputó ocho partidos ligueros (seis como titular) con la camiseta del Real Valladolid, pero eso no fue óbice para que el club le comprase por tres millones de euros, aunque el Real Madrid se guardó una parte de sus derechos federativos. Por si acaso.
Ahora no le importa que lleguen otros centrales como el marroquí El Yamiq. «Que nos aporte lo más posible si viene. Le daremos la bienvenida como se merece. Estamos todos para ayudar».
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