Como los torneos de verano

Hace casi diez años en una de mis primeras colaboraciones en estas páginas escribí una pieza en la que hablaba de cómo sería Zorrilla 10 años después. Haciendo una parodia llevada a lo absurdo hablaba de que el aforo habría disminuido a la mitad y que los 8.000 de siempre veríamos los partidos en una tumbona con un montón de comodidades porque los horarios serían muy raros ya que los derechos estarían vendidos a algún donde viven mientras nosotros dormimos. Os juro que nunca pensé que llevaríamos dos años con un 80% del aforo completo y que en vez de reducirlo se haya aumentado. Me alegra un montón haber fallado en mi pronóstico una de las pocas veces que he sido pesimista. Lo de los horarios, como era una parodia creo que lo he clavado. Ya no lo juzgo. Es lo que tenemos. Hemos decidido que es más importante que entre el dinero a respetar una tradición de horarios, pero es que además ahora hay más gente en los estadios que hace 10 años. Es un win- win que dicen los de marketing. Todos ganamos.

Ahora en apenas dos semanas solo se verá plástico en las gradas. Por salud nos dejan en casa mientras se acaba la liga. Y también es por dinero. Pero ahora es un despropósito. Aunque salga bien, todo está mal. ¿habría mandado el señor Tebas a sus hijos cuando eran pequeños a un campamento donde tuvieran que hacerles pruebas cada poco tiempo para ver si se han contagiado de un virus peligroso? ¿les llevaría al colegio sabiendo que solo pueden ir 5 alumnos por clase y que en el recreo no pueden jugar juntos? Pues lo va a hacer con los futbolistas. Y con los árbitros que también son seres vivos. Yo le entiendo. A él le han puesto ahí para eso, para sacar dinero y como he dicho en el párrafo anterior el fútbol ahora es un negocio, va más gente al campo, se persigue a los tramposos y las reglas de control económico y financiero han hecho que todo sea más «legal». Por eso a pesar del «Tebas vete ya» del minuto 12, creo que el fútbol está mejor hoy que antes de entrar él.

Entiendo por lo tanto a Tebas en su empeño por terminar esta liga. No así que se lo permitan. En Francia han preferido que no hubiese competiciones deportivas y eso implica que este verano no haya Tour y no haya habido Roland Garros. Casi nada.

Pero encima el poco respeto que tienen al aficionado hará que en las transmisiones deportivas pongan sonido enlatado de las aficiones o que incluso quieran llenar las gradas digitalmente. Esto no es fútbol. Sin público, sin celebraciones, sin entrevistas a pie de campo, sin fotógrafos, con 5 cambios por partido. Igual que los torneos de verano, pero jugándose la vida. La deportiva y la propia.