Excesivo sufrimiento del Real Valladolid para cerrar el año con victoria

Comenzó intenso y muy metido en el partido el Real Valladolid. Tanto, que en apenas tres minutos ya había conectado tres disparos, obra de Nacho, Plano y Weissman, para inquietar a Ayesa y presentar sus credenciales a la victoria en tierras donostiarras. Tras este inicio fulgurante, el filial txuriurdin replicó con una intentona de Karrikaburu en la que el joven delantero vasco cayó en fuera de juego.

Con una salida en tromba que aculó a los guipuzcoanos, el cuadro blanquivioleta se acunaba en los pies de Aguado y Roque Mesa para construir a través del balón ante una Real Sociedad B incómoda achicando espacios con la línea de cinco atrás. Con idea y sin espacio, el Pucela tocaba en busca de un hueco que encontraron Plata y Weissman con una combinación rápida dentro del área que el israelí no conectó con contundencia con su pierna izquierda.

Con el cuarto de hora cumplido, el conjunto castellano, bien asentado en el campo, impuso su dominio sobre el esférico y en el 17, tras una recuperación en campo contrario, el buen centro de Nacho al punto de penalti no fue capaz de aprovecharlo Plano, que le pegó mordido y desviado.

Sobando la pelota y con cierto criterio, el centro del campo distribuía hacia las bandas para que tanto Toni Villa como Plata desbordasen por fuera. Cabezazo de Javi Sánchez anulado mediante, la media hora del partido llegó con un posible penalti sobre el 19 del Real Valladolid, que insistió en la presión sobre los centrales y se terminó llevando el balón. Ya dentro del área, Urko González enmendó su error ante la duda del murciano que se durmió y terminó por perder la ocasión.

Con una marcha menos, el Real Valladolid no perdió el balón pero sí dejó que el Sanse se desperezase y saliese un poco de su campo, algo que había podido hacer en contadas ocasiones durante la primera parte. Los últimos minutos, apenas un tiro de los de Xabi Alonso fue todo lo que tuvieron que atajar los porteros de ambas escuadras. que aplazaron las hostilidades hasta la vuelta del paso por vestuarios.

Tras una primera parte con dominio y ocasiones pero sin definición, los de Pacheta salieron en la segunda entrega del choque con la misión de abrir la lata para encauzar una victoria que por juego mereció en la primera mitad. Un potente disparo alto y una buena internada de Roque que Weissman no aprovechó fueron las dos primeras acciones con interés que plasmó el Pucela en la segunda parte. De nuevo el 9 vallisoletano no llegó a culminar una fantástica jugada de estrategia que sacó Aguado y El Yamiq puso a dentro de la zona caliente. Sin aumentar el ritmo pero con la sensación de mayor peligro, el cuadro blanquivioleta siguió su camino al gol de manera pausada, con paciencia, cocinando a fuego lento el primero del partido. Hasta que apareció el de siempre.

Toni Villa, que estaba siendo de lo más destacado del Real Valladolid tiró un certero caño que Lobete se comió y la puso al primer palo para que ahí, donde los delanteros demuestran que lo son, Weissman anotase su décima diana en liga y desatascase un partido que, pese a tener controlado, se le estaba atragantando a los de Pacheta. Ya sin la prisa de del gol, el conjunto vallisoletano se centró en controlar y gestionar el minutaje. La faceta conservadora de la dupla Aguado-Roque empezó a amansar la tímida presión local y con todo a favor, el Real Valladolid continuó construyendo, ladrillo a ladrillo, pase a pase, la última victoria del año.

El paso de los minutos fue dando coba a una Real Sociedad B que había estado difusa durante el partido, pero que encontró a Lobete en la izquierda para enchufarse de nuevo al choque con un duro disparo abajo que Masip acertó a atajar con su manopla izquierda. Una parada que valió un potosí.

Ya en la recta final del encuentro, la precipitación del filial vasco y la indolencia de los de Pacheta, que se vieron con los tres puntos en la saca antes de tiempo y dieron más emoción de la que debía a los últimos diez minutos del partido.

Con Cristo demostrando su egoísmo en la enésima ocasión del Pucela para cerrar el partido, la replica la volvió a poner el 10 de los potrillos, que obligó a intervenir de nuevo al meta pucelano. Con el rechace en el área pequeña, el delantero donostiarra se topó con los felinos reflejos del catalán para salvar el segundo envite y dar dos de los tres puntos al Real Valladolid.

Con la tablilla del cuarto árbitro exponiendo los cinco de añadido, los de Xabi Alonso quemaron las naves y se fueron arriba para intentar la igualada. Peligro constante, esa fue la sensación que recorrió el área blanquivioleta durante el tiempo extra.

En el 96, con los locales volcados en busca del empate, una rápida contra del Real Valladolid con hasta cuatro futbolistas la definió Luis Pérez, más rápido que El Yamiq, para anotar a puerta vacía tras la subida al remate de Ayesa. Sufrió de más el Pucela para llevarse los últimos puntos del 2021 del Reale Arena.