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Bergdich se lamenta tras una jugada.
REAL VALLADOLID

El Real Valladolid vuelve a desmoronarse

El conjunto blanquivioleta cae en El Sadar ante un Osasuna que jugó con diez desde el minuto 51

ARTURO POSADA

Domingo, 14 de diciembre 2014, 13:09

El Real Valladolid volvió a las andadas en El Sadar, con una nueva derrota a domicilio que desmiente el anuncio de recuperación del equipo de Rubi. El conjunto blanquivioleta, que cuajó una buena primera parte, se desmoronó con estrépito durante la segunda mitad, en la que se mostró incapaz de causar daño a un Osasuna que jugó en inferioridad desde el minuto 51 por la expulsión del lateral Javier Flaño. El Pucela volvió a ser el equipo ramplón de las segundas partes, sin carácter y sin opciones ofensivas ante un rival tocado por las lesiones y por las circunstancias del partido. El portero Santamaría vivió plácidamente cuando su equipo jugó con diez.

Osasuna y Real Valladolid llegaron al choque lastrados por la falta de gol, pero el partido cambió pronto las dinámicas de los dos equipos. Para empezar, Álvaro Rubio, que volvió al once como pareja de Leao en la medular, se jugó un penalti ante Nino tras una pérdida. Luego, Bergdich aprovechó un centro de Chica para anotar a los dos minutos de juego, pero el colegiado Munuera Montero anuló el tanto al apreciar falta previa de Mojica. Sin solución de continuidad, Osasuna marcó en un clamoroso fallo de marca blanquivioleta. Fallaron los centrales al permitir que Nekounam recibiera solo en el área un envío frontal de Loé y el centrocampista fusiló a placer. Al Real Valladolid le tocó remar contracorriente, pero no se descompuso. Osasuna permitía los espacios: Álvaro Rubio sacaba el balón desde atrás mientras Leao se escalonaba con su compañero. Chica y Peña aparecían por las bandas y Óscar se sentía libre para desarrollar su fútbol entre líneas.

Después de algunos avisos, el Pucela trenzó una excelente acción combinativa, un destello de esperanza. Rubio inició la jugada, que pasó por las botas de Óscar, Jeffren, Peña, de nuevo Jeffren, hasta que la pelota se quedó en los pies de Óscar, ya metido en el área. Sisi, reconvertido a lateral izquierdo por las necesidades de Osasuna, no pudo taponar al mago blanquivioleta y a Óscar le bastó un toque sutil para batir a Santamaría y empatar el partido.

El gol amenazó con desguazar a Osasuna, un equipo superado por las circunstancias. El Real Valladolid se sintió cómodo en la zona de tres cuartos y también en las internadas por las bandas. Mojica encendió la mecha cuando quebró al lateral Javier Flaño y colocó un centro desde la izquierda que Jeffren y Bergdich no acertaron a rematar. El conjunto de Rubi parecía disparado, pero entonces sufrió una descomposición defensiva. Torres entró por la banda derecha aprovechando una deserción de Javi Chica y colocó el balón al área, donde esperaba Cedrick. Marc Valiente interpuso la bota, el balón le golpeó y se coló para el 2-1 osasunista. A continuación, Nino aprovechó un pase de Cedrick para mandar de nuevo el balón a las mallas de Javi Varas, pero el árbitro anuló el tanto por un inexistente fuera de juego: Peña habilitaba al delantero centro. Los problemas pucelanos se incrementaron cuando Nino remató solo en el segundo palo, pero la cabeza del delantero rojillo no conectó bien con la pelota en otra ocasión clarísima para Osasuna.

El Real Valladolid se frotó las manos cuando Mojica logró que Javier Flaño fuese expulsado por dos amarillas en el minuto 51. Osasuna se quedaba con diez y todo un mundo se abría por delante para dar la vuelta al partido. Pero el conjunto de Rubi se ofuscó, vivió con ansiedad y empezó a sufrir. Jan Urban, técnico rojillo, recompuso la zaga con una decisión que se reveló brillante. Sisi abandonó su puesto en el lateral izquierdo para aparecer por el carril derecho, donde causó estragos. Rubi quiso ganar por acumulación arriba, retiró a Samuel, retrasó a Álvaro Rubio como central y dio entrada a Óscar Díaz.

El Real Valladolid se quedó sin luz en ataque, más allá de algún centro aislado de Mojica que no encontró rematador y una disparo de Óscar Díaz que lamió el palo izquierdo de Santamaría. Osasuna aguantó con diez y a punto estuvo de aumentar la ventaja cuando Sisi irrumpió con fuerza para probar los guantes de Javi Varas.

La crisis vuelve a instalarse en Zorrilla. El Real Valladolid no mejora fuera de casa ni en las circunstancias más favorables. Este Pucela continúa siendo un equipo con poco carácter y desdentado en ataque. En El Sadar demostró todas sus carencias.

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