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Juric comanda la salida de los jugadores del Real Valladolid en el partido del 6 de septiembre ante el Real Zaragoza Carlos Gil-Roig

Real Valladolid

Juric o cómo jugar dos partidos con una herida en el pie que acaba en infección grave

El croata estuvo seis días ingresado en el hospital la pasada semana tras sufrir un golpe el 6 de septiembre y es duda ante el Mirandés

Arturo Posada

Valladolid

Miércoles, 1 de octubre 2025, 16:22

Los deportistas profesionales deben saber lidiar con el dolor. Sucede en múltiples disciplinas y el fútbol no resulta una excepción. Sin embargo, hay casos, en ... apariencia normales, que se van complicando con el paso de los días hasta desembocar en situaciones de riesgo. Es lo que le ha sucedido a Stanko Juric en el Real Valladolid, donde un pisotón derivó en una herida en el pie derecho que no respondió al primer tratamiento antibiótico y acabó requiriendo el ingreso de Juric en el hospital Recoletas Salud Campo Grande durante casi una semana tras extenderse por la pierna.

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«Sí, he estado seis días en el hospital. Había recibido un golpe en un partido, pero yo sentía que se trataba sólo de eso, de un golpe, aunque tuviese mucha sangre. Jugaba, entrenaba, no podía pegar al balón fuerte, pero aguantaba. Un día me levanté con un dolor diferente y no podía caminar», explicó Juric este miércoles en la sala de prensa de Zorrilla.

El partido al que hace referencia el mediocentro croata es el que el Real Valladolid disputó ante el Real Zaragoza en La Romareda el 6 de septiembre. Desde entonces, Juric jugó íntegros los encuentros frente al Almería en Zorrilla y el Albacete a domicilio, sin que desde fuera se percibiera ningún bajón en su rendimiento sobre el campo.

Con el paso de las semanas, y al ver que la herida no se curaba, el doctor Alberto López Moreno comprobó que se trataba de una infección. Alertado por el médico blanquivioleta, Juric acudió al hospital y le recetaron antibióticos por vía oral. Sin embargo, el proceso infeccioso se encontraba ya muy desarrollado y todo se complicó. «Me asusté porque a los dos o tres días de que me diesen los primeros antibióticos la inflamación subió casi hasta la rodilla. Fue entonces cuando me dieron antibióticos más fuertes [ya en el ingreso hospitalario]. Ahora estoy mejor y quiero agradecer a los doctores que me han tratado, pero no sé si estaré para jugar el domingo ante el Mirandés, aunque lo intento».

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Stanko Juric es un ejemplo de esfuerzo y profesionalidad. Una vez que la infección ha remitido, el croata trabaja con intensidad en cada sesión para comprobar si podrá ayudar al equipo en la próxima jornada. El problema pasa por los efectos que el fuerte tratamiento antibiótico ha causado en su cuerpo. «Puedo aguantar de pie, pero no sé si podré ayudar al equipo. Entreno fuerte y cada día intento dar más, pero no sé si estaré en condiciones. Si veo que puedo jugar, lo haré, pero si veo que es mejor que juegue otro, no jugaré. No tengo infección, eso es lo importante. Si fuera sólo aguantar, no habría problema».

Juric es una pieza clave en el engranaje táctico de Guillermo Almada. Su capacidad para ayudar defensivamente en el centro del campo ha servido al Real Valladolid para mostrarse sólido hasta que las dos últimas derrotas obligan a análisis introspectivos. El croata vio desde la grada el 0-1 adverso ante la Cultural Leonesa, pero considera que el equipo «tiene ganas» y todo el vestuario «aprende para seguir mejorando» ante equipos que se juntan dentro de su área. «Yo ya sabía que íbamos a sufrir contra esos equipos que se cierran. A nosotros nos cuesta cuando tenemos el balón y cuando estamos cerca de la puerta del rival. Tenemos que mejorar eso. Espero que en los próximos partidos ante Mirandés y Burgos lo hagamos y mejoremos nuestro juego», confía

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A sus 29 años, Juric pensaba inicialmente que la juventud de la remozada plantilla blanquivioleta podría suponer un obstáculo en los primeros meses de competición. «Sin embargo, he visto a chavales con mucha hambre y un equipo muy focalizado para ganar otra vez». La clave para volver al camino de los triunfos pasa por «trabajar, hablar en el vestuario sobre cómo solucionar los problemas y, especialmente, tener paciencia». «Muchas veces quieres hacer gol en los primeros diez minutos, te equivocas y el rival te marca. Por eso debemos tener paciencia y trabajar mucho», insiste.

La jerarquía de Stanko Juric en el césped resulta indudable. Él afirma sentirse «importante» y trata de corresponder ayudando en todo lo posible a los éxitos colectivos. Su ascendiente en el vestuario le lleva a ostentar el brazalete de capitán. «Sí, pero soy un capitán al que no le gusta hablar mucho. Yo hablo en el campo. Aquí son Javi [Sánchez] e Iván [Alejo] los que me ayudan en esas tareas. Les estoy muy agradecido».

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Durante su comparecencia de este miércoles, Juric relató cómo fue su conversación con el colegiado Saúl Ais Reig, después de que le mostrase una amarilla injusta ante el Albacete que el comité de Competición acabó dejando sin efecto. «En el descanso me dijo que había mirado la falta y que casi era una roja. Latasa me dijo que me quedase en el suelo porque podría ser roja para ellos. No entendí la tarjeta del colegiado porque yo llegué al balón, pero entiendo menos que luego me dijera que podría haber sido una tarjeta roja para mí».

La exigencia que impone Guillermo Almada durante los entrenamientos no asusta a Juric, que ya ha estado a las órdenes de entrenadores que conceden gran importancia a la parte física tanto en Croacia con el Hajduk Split como en Italia con el Parma. «La pretemporada fue difícil, pero pienso que nos va a servir en el futuro. Ahora somos un equipo que corre más, que tiene esa fuerza física para apretar todo el partido. El problema viene cuando el equipo no quiere jugar y pega cada balón. En eso tenemos que crecer».

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En una comparación entre entrenadores, Juric admite que con Paulo Pezzolano «todo era más tranquilo» en el plano físico que en la temporada actual con Almada, un técnico que plantea «entrenamientos muy fuertes», con pocos respiros y una intensidad constante. «Debemos aprender lo que quiere», subraya.

Las cualidades defensivas de Juric se ponen a prueba en cada partido y él admite que se siente «más seguro» jugando con dos mediocentros por delante, aunque Almada apuesta por un doble pivote en la medular. «Con dos pivotes, a veces sufrimos y eso supone coger más riesgo. Yo me puedo ajustar a las dos posibilidades, pero me gusta más con tres», se sincera.

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Juric se esfuerza en superar los estragos del tratamiento antibiótico y la falta de entrenamientos la pasada semana para estar disponible para Almada ante el Mirandés. «Lo intentaré. Recuerdo el partido que jugamos hace dos temporadas contra ellos. Debemos ir al cien por cien y tener paciencia. Hace dos años teníamos menos puntos que ahora y yo creo en este equipo. En aquel partido contra el Mirandés, empezamos perdiendo en casa, pero acabamos ganando 3-2 con un gol de Sergio Escudero en el último minuto. Por eso creo que es clave tener paciencia en todos los partidos, estar juntos y trabajar mucho».

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