Reforma en el ático en el Real Valladolid
Opinión ·
«Es lícito que un proyecto recién nacido se asiente sobre perfiles de confianza de la nueva propiedad, y que adelgace nóminas prescindibles»Ahora que el club ha empuñado la tijera para aliviar el peso de la estructura en la zona noble, abajo, en el vestuario, a Guillermo ... Almada se le agrieta el tejado. Es como una señal. El curso rueda y la monotonía se quiebra. El reto reside en encontrar el equilibrio para que los socavones que van apareciendo no se transformen en zanjas inabarcables. En las oficinas, el recorte llega como la crónica de una muerte anunciada, aunque el trabajo en marketing y desarrollo de negocio ejecutado por Nacho Oruezábal y su equipo fue de lo poco potable de la era Ronaldo. Ahí están el 'footer' de patrocinadores y las cifras de notoriedad del club. Es lícito, por otra parte, que un proyecto recién nacido se asiente sobre perfiles de confianza de la nueva propiedad y que el camino hacia la estabilidad presupuestaria se acomode en el adelgazamiento de las nóminas prescindibles.
La gotera que se le viene encima a Almada para este fin de semana, con el Almería como examinador implacable, radica precisamente en una de las zonas más sensibles. Y este boquete atiza directamente a la planificación deportiva. Si Latasa no supera sus problemas físicos, el entrenador uruguayo va a tener que improvisar un 'nueve' ante uno de los rivales más incómodos. En este mismo rincón, hace una semana, agarré el rosario y me aferré a todos los santos para mantener intacta la salud del único delantero centro puro que tiene la plantilla. Se ve que lo mío no son las oraciones porque Latasa ha durado sano un suspiro.
Almada tendrá que desencorsetar su pizarra. Tampoco viene mal, porque los últimos dos partidos han supuesto un pellizco de realidad para el fútbol ofensivo que propone el Real Valladolid. Con la retaguardia y la presión bien sujetas, el mal aparece cuando el contrario se cierra y los espacios se convierten en un bosque de piernas. Ahí patina el Pucela, que no consigue abrir el campo, correr y encontrar la espalda del oponente. Las lesiones de Chuki, que no estaba en su mejor momento, y Latasa, han acelerado el despertar táctico del técnico, que en las primeras jornadas ha puesto el piloto automático y el barco ya estaba emitiendo señales de aplatanamiento. También tiene que evolucionar en la lectura de los partidos, muy plana y con las sustituciones muy tardías.
La cita contra el Almería representa algo más que una jornada de Liga. Es una prueba clave para ver cómo compite el Pucela ante un rival confeccionado para ascender. También será un examen para ver si la libreta de Almada se muestra capaz de escapar del costumbrismo. Será el momento de ver si el fondo de armario está preparado para el envite y si el plan de Orta supera la prueba del 'nueve'. Mucha tarea por delante.
Con la ciudad en plenas fiestas, las lesiones y los cambios estructurales han arrancado la montaña rusa para el Real Valladolid, que se asoma al abismo con la firme intención de no terminar vomitando. La Segunda es infinita y seguro que aparecerán las curvas y empinadas cuestas. El éxito o el fracaso habitan a la vuelta de saber manejar bien el volante para aplastar la cresta a las turbulencias.
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