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El experimento le explotó en la cara al Real Valladolid
Sergio apostó por una línea de tres centrales con carrileros y encajó dos goles antes de la primera media hora que echaron por tierra el partido de los suyos
Enfado, decepción, tembleque de piernas y lo que es peor, impotencia. Así se sentirá el aficionado blanquivioleta después de la abultada derrota de los suyos ... ante el Athletic Club. El equipo que venía de estar de fiesta tras clasificarse para la final de la Copa del Rey y el que menos (o ninguna) apreturas clasificatorias tiene a estas alturas del campeonato se llevó, con muy poco, los tres puntos en juego en el Nuevo José Zorrilla gracias a su desaforado acierto de cara al gol y a que el Real Valladolid necesita que le regalen las dianas porque le cuesta Dios y ayuda batir a su oponente.
Real Valladolid
Jordi Masip; Pedro Porro, Kiko Olivas, Salisu, Nacho, Joaquín, Rubén Alcaraz (Toni Villa min. 60), Míchel Herrero (Hervías, min. 46), Óscar Plano (Ben Arfa, min. 77), Sandro y Enes Ünal
1
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4
Athletic Club
Unai Simón; Lekue, Yeray, Íñigo Martínez, Yuri Berchiche, Dani García, Unai López (Vesga, min. 53), Iñaki Williams (Aduriz, min. 89), Cordoba, Sancet (Muniain, min. 76) y Raúl García
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Goles: 0-1, Unai López min. 4. 0-2, Raúl García, min. 24. 1-2, Sandro Ramírez, min. 76. 1-3, Iñaki Williams, min. 87. 1-4, Cordoba, min. 90+3.
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ÁRbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz) amonestó a Ben Arfa del Real Valladolid y a Unai López y Raúl García del Athletic Club.
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Incidencias: 21.632 espectadores en el Nuevo José Zorrilla en partido correspondiente a la 27ª jornada de LaLiga Santander.
Lo hizo Sandro con un golazo a falta de un cuarto de hora de juego, pero su disparo pleno de talento no sirvió para nada después de que el Athletic hubiera cobrado una jugosa ventaja con los tantos de Unai López y de Raúl García en la primera parte del choque y de que un monumental error defensivo del Pucela desembocara en el tercero de los leones cuando los blanquivioletas soñaban con un empate que por lo visto sobre el campo era más una quimera que una posibilidad real. El postrero de Cordoba no hizo más que echar otra palada de tierra sobre un Real Valladolid desdibujado, que olvidó quién es y que naufragó víctima de un novedoso sistema de juego que no entendieron ni los futbolistas ni los aficionados y que se demostró absolutamente improductivo.
Y es que el partido se jugó en las casetas de ambos equipos mucho antes de que el árbitro decretara el inicio del choque. Gaizka Garitano apostó por poner en la punta del ataque a Raúl García como falso delantero, con Iñaki Williams acostado a la derecha, y Sergio descolocó a todos (incluidos sus jugadores) al pasar a jugar con tres centrales y con Pedro Porro y Nacho ejerciendo de carrileros y obligados por ello a cubrir muchos metros pese a que regresaban a un once titular muchas semanas después. En la punta de ataque, el catalán apostó por colocar a Sandro en la posición del sancionado Sergi Guardiola y a Plano haciendo de enlace.
El tablero de ajedrez sufrió un primer golpetazo en el minuto cuatro de partido, cuando un pelotazo muy lejano buscó y encontró la cabeza de un Raúl García que se las sabe todas y que viendo que estaba obligado a pelear con tres centrales se dedicó a merodear cerca de todos pero encima de ninguno para no fijarles y jugar a sacar petróleo de esa confusión. Y lo encontró cual experimentado zahorí porque tocó ese balón llovido y propició que Joaquín cometiera falta cuando intentaba despejar la pelota dormida tras topar con la cabeza del pamplonés. Unai López puso el libre directo en la escuadra y empezó a inclinar el partido hacia los intereses del equipo vasco.
El Athletic Club jugaba al trantrán y parecía no importarle dejar el balón durante todo el tiempo al Pucela y los de Sergio olvidaron por un momento que estaban por detrás en el marcador y se fueron arriba encontrando bien la espalda de la defensa rojiblanca y logrando sacar continuos centros y remates que parecía que en cualquier momento iban a poner la igualada en el electrónico. No lo logró Salisu tras cazar un balón en el área tras un córner, tampoco Nacho cuando cruzó en exceso su disparo y mucho menos Ünal, que estuvo involucrado en multitud de ocasiones de gol pero no consiguió llevar ninguna al fondo de las mallas.
Pasado el primer cuarto de hora de juego, y con el Pucela haciendo sufrir constantemente a la defensa rival, Garitano movió ficha y emparejó a Williams y Raúl García en la punta para cortocicuitar (con éxito) la salida de balón del Real Valladolid. Ahí se acabó la primera parte para el Pucela, porque primero dejó de generar juego y acto seguido, en el minuto 24, encajó el segundo gol de la tarde. Porro no fue contundente para evitar el centro de Cordoba, Masip no salió a cortar el balón pese a que en la jugada anterior Sergio le echó una buena bronca por no estar un par de metros más adelante, y Raúl García le comió la tostada a Salisu para poner el número dos junto al nombre de su equipo.
Habían transcurrido solo un 25% de los minutos que iba a tener el partido y Sergio ya se vio obligado a renunciar a su idea inicial. Ordenó a Joaquín ponerse por delante de la defensa y a Nacho y Porro regresar a la línea de atrás, pasando a un sistema mucho más reconocible y, sobre todo, mucho más sólido y con las bandas más cerradas.
Míchel fue el sacrificado en el paso por vestuarios para dar entrada a Pablo Hervías e intentar así voltear el choque.
Nada.
El riojano lo intentó pero volvió a deshacerse muy pronto, víctima del buen hacer de la defensa bilbaína en la segunda mitad, y el partido languidecía camino del final con un ritmo que estaba por los suelos ante la capacidad del Athletic de acunarlo tranquilamente para, con la ley del mínimo esfuerzo, hacerse valedor de la victoria.
Entonces, con la entrada de Toni, llegaron los mejores minutos del Real Valladolid. El pase atrás de Ünal con la cabeza no encontró rematador, el disparo de Porro se marchó por milímetros por encima del larguero y el turco, otra vez, remató fuera, justo antes de que Sandro, con un precioso disparo con rosca acortara distancias llevando la ilusión a la grada de que podría llegar la primera remontada blanquivioleta de lo que va de temporada.
Pero, otra vez… Nada.
Ben Arfa tuvo una nueva oportunidad y volvió a dejar tantas muestras de su calidad como de su falta de ritmo y un desbarajuste defensivo entre Masip, Kiko Olivas y Salisu derivó en el tercer gol del Athletic, obra de Williams y antesala del cuarto, de Cordoba.
Hundido y goleado el Pucela deberá hacer reflexión, borrón y cuenta nueva porque los dos siguientes partidos, ante Leganés y Celta de Vigo, será cruciales para lo que ocurra en su temporada. Lo de hoy ante el Athletic Club ya ha quedado atrás. Afortunadamente.
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