Entrenamiento familiar del Real Valladolid para volver a la normalidad

El pasado sábado, con domingo y lunes de descanso para el primer equipo, cinco integrantes de la plantilla del primer equipo salieron a disfrutar de una noche vallisoletana en la que se supo que Cristo González y Kike Pérez tuvieron un intercambio de palabras subido de tono.

Pese a los rumores que han ido corriendo por redes sociales, la sesión matinal del primer equipo se ha desarrollado con la más absoluta tranquilidad. Tras la reconciliación anticipada entre el canario y el toledano, todo ha sido buen rollo y bromas debido principalmente a la presencia de varios familiares de los jugadores en la grada de los Anexos que han supuesto una necesaria balsa de aceite tras la el conflicto.

Con una pausada charla han salido Pacheta y Bruno Mazzioti sobre las 11:30 de la mañana tras el trabajo interior del grupo. Cinco minutos más tarde, los jugadores han realizado ejercicios de calentamiento para después trabajar los centros laterales y los remates a puerta para afinar la puntería de cara al próximo compromiso liguero en Butarque. Después, el técnico burgalés ha preparado un partidillo en espacio reducido con tres porterías para entrenar la asociación rápida entre los jugadores y la finalización.

Cristo, aquejado entrenamientos atrás de unas molestias en el muslo derecho, no ha saltado al césped de los Anexos como tampoco lo han hecho Gonzalo Plata, Saidy Janko y Shon Weissman, concentrados en sus compromisos internacionales, ni los lesionados de larga duración Hugo Vallejo y El Hacen.

El que sí ha estado disfrutando del entrenamiento ha sido Pablo Hervías, que se ha acercado hasta las inmediaciones de Zorrilla para observar el ejercicio. Carnero, Aguado, Olaza y Joaquín han realizado trabajo específico para continuar con la recuperación de sus respectivas lesiones. Además, Slavy, Kike Ríos y Dalisson, del filial, han completado la sesión con el primer equipo.