El príncipe blanquivioleta de Nigeria
«No deja de ser irónico que después de pedirle a la afición un esfuerzo por enésima vez, el resultado del partido fuera una nueva derrota que demuestra que el ambiente no es el problema»
Uno de los timos más conocidos es en el que, a través de un correo electrónico, un supuesto príncipe nigeriano promete una cuantiosa recompensa económica ... a un usuario a cambio de un pago por adelantado, a modo de gastos de gestión, para poder retirar su fortuna y sacarla del país. Una vez entregado ese adelanto solicitado, el príncipe desaparece, como las lágrimas en la lluvia en 'Blade Runner', y el engañado se queda con cara de tonto y con la cuenta del banco en cuarto menguante. Es un fraude tan habitual que ya se ha convertido en parte de la cultura popular y es cada vez más difícil caer en él… salvo si eres abonado del Real Valladolid.
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Con el Pucela vivimos cada temporada un caso similar al anterior, solo que nosotros empadronaríamos al príncipe y lo vestiríamos de blanquivioleta. Cada verano nos prometen un buen equipo, mucho trabajo, grandes resultados, tiempos mejores y demás patrañas populistas y pagamos por adelantado para tener nuestro abono (este año ni siquiera eso en muchos casos), pero una vez atada la masa social el equipo se dedica a hacer felices a todas las aficiones menos a la suya. En este siglo, salvo contadas excepciones, siempre ha sido así. Sin entrar en detalles que todos conocemos a estas alturas, estamos viviendo una de las etapas de mayor inestabilidad del club, sufrimos humillación tras humillación y no terminamos de encontrar el fondo del pozo en el que nos caímos allá por el 2004. Si a esto no se le puede llamar estafa…
El día antes del partido contra Las Palmas, se produjo una reunión entre el copresidente Gabriel Solares, el director deportivo Víctor Orta, los capitanes del equipo (con Javi Sánchez a la cabeza, increíblemente) y una representación de aficionados para tratar de mejorar el ambiente en Zorrilla ya que creen que ese apoyo es importante para que el Pucela pueda terminar la competición en los puestos altos. No deja de ser irónico que después de pedirle a la afición un esfuerzo por enésima vez, el resultado del partido fuera una nueva derrota que demuestra que el ambiente no es el problema, que el cambio debe llegar desde dentro hacia fuera y no al revés, y que el apoyo se gana desde el terreno de juego y no desde un despacho. Pronto llega el mercado de invierno así que aprovecharé para pedirle la talla de camiseta al príncipe.
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