La afición ha vuelto

Esta temporada comenzó con la noticia de que la gente, ese ente abstracto que mencionamos a menudo sin saber muy bien a quien nos referimos, podía volver a los estadios, pero antes de seguir tengo que hacer una pequeña aclaración. En las dos últimas jornadas de la temporada pasada hubo estadios a los que pudo asistir público y otros a los que no. Como entiendo que una de las premisas más importantes para que una competición sea justa debe ser que todos jueguen con las mismas normas, y no exista ninguna desventaja generada por la propia organización, vamos a hacer como si esto no hubiera pasado.

Como iba diciendo, los coliseos futbolísticos abrían sus puertas de nuevo, pero con limitaciones como porcentajes de asistencia reducidos y sin afición visitante. Y ese es para mí el punto clave. Ver como los espectadores pueden volver a sentarse en sus butacas ha sido como pasar una página que necesitábamos dejar de leer, pero que podamos acompañar a nuestro equipo en los partidos como visitante es como haber terminado el libro y empezar uno completamente nuevo.

Por eso creo que es tan importante y tan positivo lo que pasó después del encuentro en Ponferrada. ¿Todavía hoy alguien duda de que con público en el estadio y pudiéndose desplazar el Pucela seguiría en primera? Olvidémonos de críticas, decisiones no tomadas y de aquellos que ya no están. No lo digo por eso, sino por lo que supone que unos jugadores (personas) se sientan arropados cuando más falta les hace.

Si hay algo que nos ha enseñado la pandemia en lo relativo al deporte es que la afición tiene una importancia capital, y ahora que podemos ir de la mano de nuestro equipo a todas partes es cuando vuelve el fútbol. El fútbol de verdad.