Adaptarse a la puerta cerrada es más importante que el estadio donde se disputen los partidos
El entrenador Javier Yepes y la psicóloga Raquel Martínez creen que la capacidad de concentración será clave en los choques sin público
Antes de saltar a Maracaná para disputar ante Brasil la final de la Copa del Mundo de Fútbol de 1950, el capitán de Uruguay Obdulio ' ... El Negro' Varela les dijo a cada uno de sus compañeros de selección: «Los de afuera son de palo».
Intentaba así el histórico futbolista ayudar a que los suyos se olvidaran de que 200.000 personas gritaban contra ellos y apoyaban a los cariocas en la lucha por hacerse con el cetro intercontinental. Y lo logró, Uruguay ganó 1-2 contra todo pronóstico y aquella gesta pasó a la historia como el Maracanazo, una muestra de que la hiperconcentración que pueden alcanzar los futbolistas es capaz de hacerles olvidar todo lo que les rodea en un partido de alta competición. El ejemplo lo extrapola Javier Yepes, entrenador y colaborador de El Norte de Castilla, a la situación que vivirán los futbolistas del Real Valladolid durante las próximas dos jornadas, cuando tengan que enfrentarse a puerta cerrada, tras las medidas tomadas por el CSD y LaLiga para frenar la expansión del coronavirus, a Leganés en Butarque y Celta de Vigo en el Nuevo José Zorrilla. «El público es un aditamento, pero lo importante es lo que está en juego en el campo, y el profesional debe ser capaz de abstraerse de lo que ocurre fuera de él, aunque es cierto que jugar a puerta cerrada va contra el espectáculo, y el fútbol de élite es un espectáculo», reflexiona.
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Así, la motivación de los futbolistas, «la que le consiga transmitir el cuerpo técnico pero también la que se autoimpongan los jugadores, que para eso son profesionales» será a juicio de Yepes la que marque los duelos con las gradas vacías. «En los partidillos de los jueves, que se hacen sin público, suele ganar el equipo que se pica o que más metido está, lo que indica la importancia que tiene la motivación para ser superior al rival», recuerda.
«Si los jugadores son capaces de aprender de la primera cita con las gradas vacías, les será más fácil afrontar la segunda»
Por ello, considera Yepes que, pese a que los jugadores de Primera División «juegan por y para el público», la ausencia de espectadores en las gradas no debería notarse en los próximos partidos de los blanquivioletas porque «son choques a vida o muerte y los equipos se van a entregar».
En línea con el llamamiento de este experto en los banquillos a la profesionalidad de los futbolistas y su capacidad de concentración se sitúa también la psicóloga deportiva Raquel Martínez Sinovas, colaboradora de la Federación de Castilla y León de Fútbol y profesora de la UEMC. Según su parecer, cualquier cambio en el contexto en el que juega un futbolista le afecta, «pero su rendimiento va a depender de su fortaleza mental para razonar la situación y entender qué está ocurriendo». «Deberá de ser capaz de replantearse los objetivos para ese encuentro y, sobre todo, si tiene interiorizada una buena rutina que le ayude a situarse en su punto optimo para competir».
Dando por seguro que la victoria es a lo que aspirarán en Leganés y en Valladolid los jugadores blanquivioletas, que se juegan, como dijo el lunes Javi Moyano «el futuro deportivo del club», la psicóloga considera que la mejor técnica que pueden llevar a cabo los jugadores es «establecerse unos buenos objetivos» que les ayuden a centrarse en lo que tienen que hacer en cada momento. «Le va a ayudar a que su mente se concentre en el juego y se olvidé de todo lo externo».
LaLiga ha decretado que el cierre de las gradas afecte a las dos próximas jornadas de liga, por lo que los futbolistas sufrirán los efectos del silencio del cemento en un partido de fuera de casa y en otro en su estadio. Los estudios, según Raquel Martínez, dicen que jugar en casa «favorece el rendimiento deportivo de los equipos, y eso se traslada a la presión ambiental», aunque considera que la ausencia de este factor en Leganés servirá de aprendizaje a los futbolistas de cara a la cita de Zorrilla. «Cuando se está acostumbrado a una situación, y en este caso es jugar con público, y ocurre el efecto contrario es lo que te trastoca, no tanto si estas en casa o fuera de ella. Depende de cómo afronten el primer partido, si son capaces de aprender de él, en el segundo se producirá una mejora, ya no les extrañará tanto la situación y probablemente se adaptarán antes y mejor a ella», defiende.
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